Entrevista

Virginia Gallo, gerente de la asociación Sannas para el triple balance

Lo caro es el producto que contamina o el servicio de un trabajador sin derechos sociales
Por Alex Fernández Muerza 3 de marzo de 2017
Img virginia gallo hd
Imagen: Sannas

Las empresas del triple balance logran beneficios económicos sin que sea a costa de contaminar ni de pobres condiciones laborales de sus trabajadores. “Cualquier empresa puede conseguirlo”, asegura Virginia Gallo, gerente de Sannas, una asociación que agrupa en España a más de 60 compañías que apuestan por ello, como Ecoalf o Ecooo. De hecho, su objetivo es reunir a más para que logren ese equilibrio entre lo económico, lo ambiental y lo social, una demanda ciudadana cada vez mayor. Gallo recuerda que “muchos consumidores no quieren ya comer, vestir, viajar, vivir sin considerar las implicaciones de sus actuaciones para el planeta y la sociedad”.

¿Qué es el triple balance?

El término “Triple bottom line”, acuñado por el británico John Elkington, se refiere a las tres dimensiones de la empresa (económica, ecológica y social). El triple balance es una aspiración, un deseo, que implica cambiar la forma en que se ha medido la salud de las empresas. Nuestra premisa es que la maximización del beneficio económico no es nuestro objetivo principal. Queremos ser empresas prósperas y rentables, pero también impactar de manera positiva en el entorno social y ambiental. No nos interesa generar beneficios económicos a costa de, por ejemplo, pobres condiciones laborales de nuestros trabajadores o de contaminación ambiental. Necesitamos que nuestros tres balances -el económico, el ecológico y el social- estén equilibrados. Solo así seremos empresas sanas.

¿Qué ejemplos destacaría a nivel mundial de empresas que lo estén llevando a la práctica?

“Solo seremos empresas sanas si nuestro balance económico, ecológico y social están equilibrados”
Como no existe un método estándar universal de medición, resulta difícil evaluar qué empresas son triple balance y en qué medida. De algunas se oye mucho hablar, pero no necesariamente implica que sean más triple balance que otras más pequeñas o menos conocidas. Patagonia, de ropa de montaña on line, aparece de forma recurrente en artículos dedicados al triple balance por su acción en favor del medio ambiente. Existen varios movimientos internacionales, que comparten nuestras inquietudes, como la Economía del Bien Común o las B Corps, que ofrecen mecanismos para evaluar las empresas desde una perspectiva más amplia y global y no limitada al rendimiento económico.

¿Y en España?

Todas las empresas de nuestra asociación comparten el manifiesto de Sannas, una declaración de intenciones y un compromiso a transitar hacia el triple balance. Por supuesto, no son las únicas. España está llena de profesionales autónomos y de pequeñas y medianas empresas que comparten nuestra filosofía y valores. Por eso mismo creamos la asociación: para juntarnos, para ser más fuertes. Necesitamos amplificar la voz de las empresas que están demostrando que se puede hacer las cosas de otra forma.

¿Cómo se puede conseguir ese triple balance?

“Cualquier empresa puede ser de triple balance”
Hemos identificado cinco dimensiones claves de las empresas en las que opera el triple balance: el modelo de negocio, de los productos y servicios, los clientes, los proveedores, los trabajadores y el entorno de ubicación y movilidad. Para cada una de ellas, estamos generando indicadores económicos, ecológicos y sociales que permitan autoevaluar la situación de cada empresa y ayuden a mejorar. En el próximo Foro Global sobre Nueva Economía e Innovación Social (NESI), que se celebrará en Málaga en abril, presentaremos el resultado de nuestro trabajo.

¿Cualquier empresa puede ser de triple balance?

Sí. La herramienta de autoevaluación que estamos generando busca ser sencilla, útil y capaz de adaptarse a todo tipo de empresa, grande o pequeña, de productos o servicios. Además, cada vez hay más instrumentos para ayudar a las empresas a transitar al triple balance. En concreto, dos de ellas, Praxxis y Rrebrand, crearon bajo el paraguas de la Escuela de Organización Industrial el Árbol Estratégico, una herramienta visual e inspiradora para el diseño de modelos de negocio y emprendimientos triple balance. En la asociación ofrecemos también cursos de formación para orientar a las empresas, así como múltiples encuentros, donde los socios pueden compartir experiencias y aprender unos de otros.

¿Son más caros estos productos?

“Muchos consumidores no quieren ya comer, vestir, viajar, vivir sin considerar sus implicaciones para el planeta y la sociedad”
No. Si algunos de ellos pueden implicar una inversión inicial mayor (por ejemplo, un aislamiento eficiente en la construcción de una vivienda), el ahorro a medio a plazo es evidente (en gastos de energía, en este caso). El triple balance lucha, entre otras cosas, contra la obsolescencia programada. Y me estoy refiriendo exclusivamente a términos económicos. Si hablamos de la dimensión social y ecológica, lo caro es el producto que contamina o el servicio de un trabajador sin derechos sociales.

¿Cómo convencería a un ciudadano tipo para que los consuma?

No hace falta convencer. Basta con que el consumidor lea las noticias para que constate la urgente necesidad de cambiar el actual modelo productivo, de ocio y de consumo.

¿Qué desafíos principales tiene que hacer frente el triple balance para generalizarse?

El escepticismo, la falta de motivación, el miedo a la innovación. Todavía hay gente que prefiere lo malo conocido. El triple balance necesita comunicarse, medirse, fortalecerse, generalizarse. Para ello, es fundamental unirse. Solo así llegaremos lejos. En Sannas queremos precisamente seguir creciendo para tener capacidad de interlocución con la Administración y diferentes instituciones para presionar por un tejido empresarial triple balance.

¿Los consumidores se fijan más en la variante ambiental y social o con la crisis ha decaído la concienciación y se prioriza el precio?

La crisis ha despertado conciencias de cambio. En nuestro caso, las de las empresas socias que quieren hacer las cosas de forma diferente. Sin duda, también las de muchos consumidores que no quieren ya comer, vestir, viajar, vivir sin considerar las implicaciones de sus actuaciones para el planeta y la sociedad.

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