El amortiguador de frecuencia selectiva

Puede actuar suavemente o con firmeza según las circunstancias
Por EROSKI Consumer 4 de diciembre de 2006

Los expertos consideran que no todos los avances del automóvil van a venir de la mano de la electrónica. La mecánica aún no ha dicho su última palabra.

El amortiguador es el elemento de la suspensión que impide un excesivo rebote del automóvil tras sortear las irregularidades de la carretera. Así mantiene pegado el neumático al asfalto y garantiza la seguridad en la circulación.

Hasta ahora había que elegir el tipo de amortiguador según el «carácter» del vehículo. En los familiares destinados a rodar muchos kilómetros a velocidades moderadas por autopistas se elegían amortiguadores blandos, que proporcionan una mayor comodidad en detrimento de la seguridad.

Los autos deportivos o las versiones potenciadas de vehículos de serie utilizan amortiguadores duros. Ofrecen un mayor agarre al asfalto y por tanto una mayor velocidad de paso por curva y mejor estabilidad. El precio que hay que pagar es la comodidad del conductor que puede «sentir» cada bache de la carretera en el volante.

Una suspensión blanda provoca:

– Respuesta pobre al volante

– Balanceo del coche

– Menor estabilidad

Una suspensión firme provoca:

– Reacciones muy directas procedentes del relieve de la carretera

– Reduce el agarre en firme estropeados

– Reacciones bruscas, especialmente con neumáticos de perfil bajo

– Incomodidad

Una conocida marca europea acaba de lanzar al mercado el primer amortiguador que supera estas diferencias y puede actuar suavemente o con firmeza según las circunstancias.

Se trata de un sistema mecánico sencillo, que no requiere ningún dispositivo electrónico añadido. La simplicidad revierte en menos averías y por tanto mayor seguridad. Lo han denominado Amortiguador de Frecuencia Selectiva, FSD en sus siglas inglesas (Frecuency Selective Damping).

Dentro del pistón por el que circula el aceite se ha añadido un segundo conducto con una válvula adicional que se cierra al recibir un mayor empuje, endureciendo la suspensión. Sus inventores lo definen como un amplificador hidráulico capaz de retrasar el pico de presión.

Este concepto reúne los beneficios de los amortiguadores blandos y duros:

– Mejora la adherencia y el nivel de seguridad

– Ofrece gran estabilidad

– Nivel de confort óptimo

– Control inmejorable del chasis

– Añade extra confort con el uso de neumáticos de perfil bajo

– Máximo placer de conducción

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