El 7 de octubre de 1955 se presentaba en el salón de París el modelo DS, el coche popularmente conocido en España como «Tiburón». Era un automóvil adelantado a su tiempo y entre los avances en seguridad que incorporaba destacaron los faros que se orientaban con el volante para iluminar el área sobre la que el vehículo iba a girar.
50 años más tarde, esta tecnología está presente como opción en algunos modelos de gama media alta. Por supuesto que el funcionamiento ya no es mecánico, sino electrónico.
Ahora, una conocida multinacional de la iluminación del automóvil ha lanzado el primer kit de luz de curvas del mundo, que es posible instalar en todos los vehículos.
Cuando la luz de cruce está conectada, la luz de curvas se activa sin retardo al accionar el intermitente o automáticamente al circular por una curva a una velocidad inferior a 40 km/h. En función del trazado de la curva, se utilizará el faro derecho (en las curvas hacia la derecha) o el izquierdo (en las curvas hacia la izquierda).
Al circular por una curva, un sensor de velocidad de giro emite el impulso de arranque. Una vez pasada la curva, un reductor de luz hace que la luz vaya apagándose suavemente.
La luz de curvas proporciona seguridad adicional a la hora de circular marcha atrás: cuando se pone la marcha atrás, ambas luces se conectan e iluminan de forma amplia y clara las zonas laterales del vehículo.
Estos faros también están homologados como antinieblas y se pueden accionar manualmente mediante el interruptor habitual en el salpicadero del vehículo.
La luz de curvas está homologada como reequipamiento desde abril de 2005. Desde el pasado 6 de abril, la luz de curvas adicional está homologada en toda Europa en conexión con la luz de cruce en virtud de la nueva normativa CEE 119.
