Entrevista

«Por fin se dan pasos para dotar de mayor seguridad al transporte escolar»

Mikel Garrido, presidente de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil
Por María Huidobro González 13 de septiembre de 2019
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Ir caminando o en bici al colegio es una forma asequible, práctica y sostenible con innumerables beneficios para la salud de los niños a nivel físico y mental, como apunta un estudio reciente de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Sin embargo, en muchas ocasiones no queda más remedio que acudir al centro escolar en autobús o en coche particular. La vuelta al cole conlleva el regreso a las carreteras de cientos de autocares con miles de niños desde los 2 años. ¿Viajan seguros? No siempre. Lo reconoce el presidente de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, Mikel Garrido. Pero pronto esto podría cambiar, como adelanta en esta entrevista.

¿Los niños viajan seguros en autobús?

Estadísticamente, el autobús es un medio de transporte seguro en cuanto a mortalidad, pero no se han hecho estudios referentes a accidentabilidad. Tan solo hay uno sobre autobús escolar de hace unos años en Estados Unidos y los datos son escalofriantes y dantescos, pues la cantidad de menores que por un accidente (frenazo, pequeño golpe) tuvieron que acudir a un hospital fue cinco veces mayor del peor dato con el que trabajaban: mandíbulas desencajadas, glóbulos oculares reventados, brechas, cadera, hombros… secuelas para toda la vida. Así que, si nos basamos en accidentabilidad, el autobús no es seguro, y tan solo es obligatorio el cinturón de seguridad de dos puntos.

Y son insuficientes…

En menores sí. Y para adultos, este cinturón no evita que impacte contra la butaca de enfrente. Está archidemostrado que son de todo menos seguros. De hecho, están prohibidos en los automóviles.

Y algunos autobuses ni lo tienen.

Exacto. El cinturón de seguridad de dos puntos es obligatorio desde octubre de 2007.

¿Cuál es la solución?

Lo ideal serían cinturones de tres puntos como en el coche y, en el caso de menores, el uso de sistemas de retención (SRI) homologados. No se entiende que la sensibilización que se está haciendo con el coche (multas, normativa, campañas) con el autobús no sirva. Es como si la física cambiara, y no es así. Por eso estamos tratando de demostrar que lo válido para el automóvil tiene que serlo en autobús.

Tiene patentado desde hace unos años un sistema homologado para usar en autobuses de toda Europa.

Un sistema de retención para coche no vale para autobús. Las compañías pedían que fuera pequeño, ligero y fácil de instalar y guardar, pues no son autobuses solo de transporte escolar, sino que primero llevan a trabajadores, luego niños, después una excursión de jubilados… Por eso creamos la Kidy Bus. Y precisamente, en julio la GRSP, que es la agrupación mundial de normativas en materia de seguridad, por primera vez en su historia ha informado de que los sistemas de retención infantil homologados para coche no lo están para autobuses, lo que complica aún más poder dar una solución real a la necesidad actual. De ahí la importancia de nuestro sistema de retención.

¿Qué acogida tiene?

Buena por parte de la demanda social. Otra cosa es la parte empresarial, pues se basan en que cumplen la ley. Y es una ley nada clara porque dice que los menores deben viajar siempre con un sistema de retención infantil, pero que, si no disponen de ello, podrán usar un cinturón de seguridad siempre que sea adecuado a su edad, estatura y peso. Y es ahí donde está el dilema, porque se ha demostrado que el cinturón no es adecuado para un menor.

Y menos para los menores de 3 años, que cada vez viajan más en bus.

Para la ley actual no existen los niños de 0 a 3 años; no los menciona. Hay un vacío legal. Por eso el pasado curso se creó un conflicto en Euskadi. Al normalizarse la escolarización de infantil a los 2 años como en Valencia, o llevas a tu hijo con tu vehículo particular o le montas en el autobús, pero ¿cómo? El Gobierno vasco quiso eliminar el servicio de transporte escolar para estas edades porque se incumplían las medidas de seguridad, pero al final les dejó transportarles, si los padres firmaban un escrito eximiéndole de responsabilidad alguna.

¿Y no se plantea un cambio?

Es una enorme patata caliente para la Dirección General de Tráfico (DGT) que no sabe cómo atajar. En 2017 se presentó un proyecto no de ley donde se insta a igualar la seguridad infantil en el automóvil y en el autobús y a la obligatoriedad de usar siempre SRI. ¿Cuándo pasa a proyecto de ley? Cuando la Administración coja esta patata caliente y lo resuelva de manera inmediata o, lamentablemente, cuando haya un accidente grave. Pero, después de mucho tiempo, a raíz de la declaración del GRSP por fin se han creado dos grupos de trabajo que pueden agilizar los pasos para dar mayor seguridad al transporte escolar: uno liderado por la DGT y que presido, formado por Confebus, gobiernos como la Generalitat y asociaciones de colegios públicos; y otro interministerial, porque la problemática es legal.

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