Amamantar a los niños es aconsejable hasta que cumplen dos años

La Semana Mundial de la Lactancia Materna resalta estos días los beneficios de dar el pecho
Por EROSKI Consumer 10 de octubre de 2002

La leche materna es el mejor alimento que puede tomar un bebé. Con esta contundencia los médicos y especialistas resaltan el valor nutricional de este tipo de alimentación, por lo que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Española de Pediatría se aconseja a las madres continuar la lactancia materna hasta los dos años de edad como mínimo.

Estudios realizados por la Academia Americana de Pediatría (AAP) resaltan que la leche humana es extraordinariamente superior como alimento infantil y es específica para nuestra especie frente a cualquier tipo de sustituto alimentario de ella, precisamente cuando estos días se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna.

Desde primera hora

«La leche materna es imposible de reproducir en laboratorio y contiene la mezcla perfecta de nutrientes, hormonas y proteínas, debido a que está elaborada para el ser humano», recalca María Victoria Navas, presidenta de la Liga de la Leche en Andalucía, una organización no lucrativa formada por voluntarios que ofrecen información y ayuda de manera personal a las madres sobre las distintas alternativas existentes para criar a los niños.

La Asociación Española de Pediatría, que ha creado un comité de lactancia infantil, recomienda ofrecer el pecho al niño precozmente, «a ser posible en la primera media hora tras el parto», debido a que el recién nacido suele quedar adormecido unas horas después del nacimiento. Además, comenzar de manera inmediata a dar el pecho ayuda a la recuperación de la madre, ya que la succión del niño provoca la contracción del útero, acelerando la expulsión de la placenta y reduciendo las pérdidas de sangre.

La leche materna es una sustancia viva que no siempre cuenta con los mismos componentes. «La primera leche producida por la madre se denomina calostro, que provee una nutrición superior en la forma de vitaminas y minerales en las proporciones correctas, además de que protege al bebé al contener sustancias que fortalecen el sistema inmunológico», recalca Navas.

A medida que va creciendo el bebé la leche va evolucionando conforme a sus necesidades, «y no pierde nunca sus propiedades, porque sigue disminuyendo significativamente el riesgo de diferentes enfermedades», enfatiza la presidenta de la Liga de la Leche en Andalucía.

Hasta los seis meses

Las diferentes asociaciones e instituciones recomiendan la alimentación exclusiva mediante el pecho durante los seis primeros meses de vida, «por lo que generalmente no es necesario administrar agua, zumos u otro tipo de alimentos», explica la AAP.

Así, los especialistas recomiendan que sea precisamente a partir del sexto mes cuando se comience a introducir en la dieta del bebé algunos alimentos sólidos, aunque siempre tras darle el pecho. Y es que hasta este mes el sistema digestivo del bebé es inmaduro y no está listo para otros alimentos.

La lactancia materna tiene el problema de que realmente no se conoce la cantidad de leche que está tomando el bebé, como sucede con los biberones, de ahí que muchas madres se preocupen y en algunos casos incluso recurran a las leches artificiales. Para saber si el niño mama lo suficiente sólo basta con mirar la báscula, porque un bebé que sólo recibe pecho subirá entre 120-250 g por semana hasta los cuatro meses y de 85 a 142 g por semana de los seis a los doce meses, según los estudios realizados por la Academia Americana de Pediatría.

Asimismo, el tópico de que la madre no cuenta con leche suficiente para toda la lactancia infantil es incierto. Los especialistas destacan que mientras más se dé de amamantar más leche se va a producir, puesto que la leche materna se produce en base a la oferta y la demanda.

Problemas de hora

Dar el pecho a un bebé requiere tiempo, que en ocasiones las madres no tienen y por eso prefieren los biberones y las leches artificiales. Esto viene dado en gran medida por las ocupaciones laborales de las lactantes, aunque la ley les otorga cierta flexibilidad en su horario. «Los derechos legales de las madres incluyen una hora por cada ocho horas de trabajo que la madre distribuye según le convenga; además de que puede solicitar la reducción de la jornada y que no realizan turnos ni trabajos nocturnos», alega Navas.

Pero este problema tiene solución, debido a que la madre puede extraerse la leche con diferentes aparatos y guardarla en la nevera, sin que pierda ninguna de sus propiedades incluso después de varios días. En países como Francia se están introduciendo en las empresas los «babyrooms», una sala en la que las madres dejan a los bebés a cargo de una cuidadora que ellas pagan y que les avisa cuando es la hora de dar el pecho. Pese a la comodidad que esto supone, desde la Liga de la Leche opinan que este modelo tardará en copiarse en España.

El destete

Los consejos de los especialistas chocan de lleno con algunas creencias existentes en la sociedad en la gran mayoría de los casos. Muchas madres destetan a sus hijos a los seis meses aconsejadas por amigas y familiares, ayudadas por el mito «de que si el niño sigue mamando después será menos independiente», detalla María Ángeles Fernández, una madre malagueña perteneciente a la Liga de la Leche y que sigue dando el pecho a su hija con un año de edad.

«El destete no tiene un calendario exacto. Cuando el bebé esté listo para destetar lo hará de forma gradual en un periodo de semanas e incluso meses; en donde muchas veces la madre no es consciente hasta que pasa algún tiempo», asegura María del Carmen Navas.

Por otro lado, aunque siempre se relacione la lactancia con el papel de la madre, las diferentes instituciones atribuyen al padre un papel fundamental, puesto que realizan otras tareas que las lactantes no pueden realizar el estar dando el pecho. Además, la Liga de la Leche enfatiza que el rol del padre es fundamental para que la madre continúe amamantando al hijo.

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