Una investigación de la Universidad de Berkeley (California) ha logrado producir grandes cantidades de ácido artemisínico, un compuesto que se encuentra a unos «pocos pasos» químicos de la artemisinina.
Según explican en la revista «Nature», se trata de un avance importante en el objetivo de conseguir producir artemisinina, un compuesto derivado de la planta «Artemisa annua» y que se encuentra entre uno de los fármacos más importantes para luchar contra el parásito que provoca la malaria o el paludismo
Este mismo equipo logró hace dos años cultivar una bacteria con la que conseguían un precursor químico de artemisinina, un fermento transgénico.
La demanda de artemisinina ha crecido tanto que es casi imposible atender todos los requerimientos. Sólo durante 2004 se produjeron 24 toneladas, cuando las necesidades exigían más de cien. Suele emplearse cuando los tratamientos con cloroquina no son efectivos debido a la generación de resistencias.
Lo que resta de conseguir ahora es garantizar la inocuidad del producto sintetizado mediante manipulación genética y, lo que puede ser más importante, comprobar si tiene capacidad para ser fabricado industrialmente con un coste por debajo de los 25 céntimos de dólar por tratamiento, frente a los 2,40 que cuesta ahora con el compuesto natural.
Su alto coste actual provoca que no sea administrada allí donde es más necesario, en los países más pobres de Asia y África. De momento, un laboratorio de San Francisco (California) se ha puesto manos a la obra con la ayuda financiera de la Fundación Bill y Melinda Gates.