Los cirujanos del centro médico de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) comenzaron ayer una delicada operación para separar a unas niñas siamesas guatemaltecas unidas por la cabeza, María Teresa y María de Jesús Quiej-Álvarez, nacidas hace un año. Las niñas nacieron con las cabezas unidas, de tal modo que sus caras se dirigen a lados opuestos.
La intervención tiene una duración prevista de 10 horas y en ella participan cerca de 50 expertos, la mayoría de los cuales trabaja de forma desinteresada.
Las pequeñas tienen cerebros separados y cada uno funciona de forma autónoma. Asimismo, cada niña posee un riego sanguíneo independiente por sus arterias, pero comparten parte de las venas que realizan el drenaje.
Tras esta intervención, los médicos tendrán que reconstruir los cráneos, utilizando injertos que fueron anteriormente implantados bajo el cuero cabelludo de las niñas.