Consiguen un nuevo modelo animal para estudiar el síndrome de Rett

Se trata de un trastorno del desarrollo que aparece durante los primeros meses de vida
Por EROSKI Consumer 7 de septiembre de 2002

Al analizar el conjunto de mutaciones genéticas en un grupo de pacientes afectados por el síndrome de Rett, la investigadora Huda Zoghib, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Baylor, ha conseguido desarrollar un modelo de roedor que imita este trastorno neurológico, que es la causa principal de retraso mental en niñas.Más de veinte años de investigaciones sobre esta enfermedad, que afecta a una de cada diez mil niñas recién nacidas, ha invertido la doctora Zoghib en su estudio. Reconocido como síndrome a principios de los años 80, se trata de un trastorno del desarrollo que aparece durante los primeros meses de vida. Las niñas con síndrome de Rett nacen aparentemente sanas y se desarrollan con normalidad hasta que cumplen entre seis y dieciocho meses. Es entonces cuando se pueden detectar una serie de síntomas típicos, que está causada por mutaciones en el gen «MECP2».Cromosoma XEse descubrimiento se debe al equipo de la doctora Zoghib, que localizó el gen en el cromosoma X, concretamente en la región Xq28. Este hallazgo fue crucial para entender la enfermedad y proceder a un diagnóstico preciso aunque, de momento, no se ha encontrado un tratamiento adecuado para combatirla con eficacia. Tampoco se descarta que existan otros genes implicados en ella.

La consecución de este nuevo modelo de roedor -otros investigadores como Adrian Bird, en Escocia, y Rudolf Jaenisch, en Boston, habían conseguido desarrollar ratones con el gen defectuoso- es considerado por los científicos como un paso de gran importancia, ya que se podrá estudiar con mayor detalle la biología del «MECP2». «Ahora está claro que este gen, que se encuentra en el extremo del brazo largo del cromosoma X del ser humano y del ratón, desempeña un importante papel en el desarrollo del sistema nervioso, durante una etapa crucial en la que las niñas y niños aprenden a sentarse o comienzan a decir sus primeras palabras», explica la doctora Zoghib.

El siguiente paso de estos científicos es estudiar cómo la proteína que codifica este gen afecta a la función cerebral en una etapa básica del desarrollo. «Básicamente -señala- tenemos que descubrir lo que hace esta proteína en el cerebro, ya que puede ser que en cierta etapa requiera, de forma repentina, su función. La infancia es una etapa crítica, ya que las experiencias influyen en gran medida en la función sináptica».

Desde que se consiguió una prueba de diagnóstico para la mutación del gen mencionado, los científicos saben más aspectos relacionados con el predominio del síndrome y revela que esas alteraciones génicas pueden adoptar una amplia variedad de formas. «Ahora sabemos que casos de autismo y de esquizofrenia clásicos son causados por mutaciones en este gen, pero el espectro clínico es tan amplio que no conocemos el verdadero alcance de estas disfunciones genéticas», reconoce la doctora Zoghbi, que tiene la esperanza de que estos trabajos se traduzcan, en un futuro, en el tratamiento terapéutico de estos pacientes.

Existen una serie de diferencias individuales respecto a la clínica de las pacientes con síndrome de Rett, dependiendo de su edad.

Los investigadores y clínicos crearon un modelo de cuatro etapas para ilustrar las características clínicas y el perfil de la patología a través de los años: el estadio I (entre seis y dieciocho meses de vida) se caracteriza porque muestran desinterés por actividades de juego; el II (entre uno y tres años), por irritabilidad y síntomas de autismo; el estadio III (de dos a diez años), durante el cual pueden aparecer convulsiones severas y retraso mental. Por último, en el estadio IV, cuando se curva la columna vertebral, aparecen también manifestaciones de debilidad muscular y de rigidez.

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