Crean una vacuna contra la leishmaniasis, una enfermedad que afecta cada año a dos millones de personas

Las vacunas actuales no eran eficaces, mientras que los tratamientos disponibles son poco efectivos
Por EROSKI Consumer 11 de noviembre de 2009

Científicos de la Red de Investigación Cooperativa de Enfermedades Tropicales (RICET) han creado, a partir de organismos genéticamente modificados, una vacuna contra la leishmaniasis. Esta enfermedad afecta cada año a dos millones de personas en más de 90 países, pero hasta este momento no existía ninguna vacuna eficaz contra la enfermedad, mientras que los tratamientos disponibles resultan poco efectivos.

La vacuna, todavía en fase de investigación, se ha logrado mediante la manipulación genética de la Leishmania con técnicas de biología molecular. Los investigadores crearon así mutantes con una capacidad muy comprometida de desarrollar una infección activa «in vivo» que podría proteger tanto a personas como a perros. En concreto, han generado una línea de L. infantum que es deficiente en uno de los genes HSP70. La proteína HSP70 protege al parásito del cambio de temperatura asociada a su transmisión, desde la temperatura ambiente en el insecto vector hasta la temperatura corporal, que puede ser de 37 grados o mayor, en estados febriles.

La falta de producción de esta proteína disminuye la capacidad de multiplicación del parásito en animales de experimentación (ratones), lo que hace que los parásitos mutantes sean menos virulentos. El parásito obtenido mediante manipulación genética ha servido para desarrollar una vacuna atenuada que podría ser eficaz para distintos tipos de leishmaniasis.

El abordaje que ha permitido hallar esta vacuna «va en la misma dirección de la técnica conocida como leishmanización, empleada en soldados de países como Irán o Israel», explicó el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, José María Requena, uno de los autores del descubrimiento. Este método consiste en administrar un parásito atenuado -menos agresivo y con problemas para multiplicarse con temperaturas superiores a 37 grados-, que persistiría en el organismo y mantendría activa la protección del sistema inmunitario, apuntó.

Protección de por vida

Hasta ahora se han investigado vacunas basadas en el uso de proteínas recombinantes o parásitos muertos. Este tipo de vacunas no ha funcionado, ya que el problema está en que la memoria inmunológica de estas vacunas es de corto alcance, por lo que su protección disminuye y al final desaparece», indicó el científico. «Nuestra vacuna conseguiría una protección de por vida frente a este parásito, como la que se consigue con la inmunización natural, en la que el parásito continúa albergado en la persona, a unos niveles bajos que no generan enfermedad, pero que activaría de manera continua la memoria biológica del organismo», detalló Requena.

El objetivo hora es probar la efectividad de esta vacuna para la Leishmaniasis visceral en hamsters y después continuar los ensayos en perros, donde su éxito sería clave para saber si funcionará o no en humanos. «El perro es el modelo idóneo, porque reproduce bastante bien lo que ocurre en humanos. Si funciona en perros, tendría muchos visos de funcionar en personas», aseguró el investigador.

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