La enfermedad cardiovascular continúa siendo la primera causa de muerte entre los españoles, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En total, 122.466 personas fallecieron en España en 2017 debido a enfermedades del sistema circulatorio. Para poder combatirlas, la clave está en prevenirlas y, en caso de que ya hayan hecho aparición, intentar controlarlas y saber actuar rápido ante sus síntomas. Con la ayuda de la cardióloga Petra Sanz Mayodormo, miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Española del Corazón (FEC), respondemos a cinco preguntas frecuentes acerca de cuándo debemos consultar con el especialista.
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Atención a estos síntomas
¿Cuáles son las principales señales que pueden avisarnos de que debemos pedir cita con el cardiólogo?
Los principales signos y síntomas por los que se recomienda consultar con el cardiólogo son los siguientes:
- Dolor en el pecho, sobre todo con esfuerzos.
- Sensación de fatiga con los esfuerzos.
- Palpitaciones.
- Mareos o síncope (pérdida de conocimiento).
- Retención de líquidos (por ejemplo, hinchazón de las piernas).
- Disfunción eréctil.
También conviene consultar con el cardiólogo, si en un electrocardiograma realizado de forma rutinaria se observa alguna alteración. Otro motivo frecuente para remitir al especialista es cuando un médico escucha un soplo cardiaco al auscultar a un paciente por otros motivos, por ejemplo, durante una revisión rutinaria o un catarro.
La edad importa
¿A partir de qué edad conviene revisar factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión o la diabetes?
Con respecto a la hipertensión arterial se recomienda la detección precoz mediante una estrategia oportunista; es decir, se debería tomar la tensión arterial cuando un paciente acuda al médico por cualquier motivo, aunque aparentemente no tenga relación con la hipertensión. Además, se aconseja tomarla al menos una vez antes de los 14 años; cada cuatro o cinco años desde los 14 hasta los 40 años de edad; y cada dos años a partir de los 40 años. No hay un límite de edad para interrumpir el cribado. Y en cuanto a quién debe realizar estos controles, el personal de enfermería es el profesional más indicado para hacerlo. Si se detecta hipertensión arterial, lo que se corresponde con cifras por encima de 130/80, el médico de atención primaria indicará las pautas y las revisiones futuras.
En cuanto a la diabetes, se recomiendan análisis de sangre cada tres años en todas las personas mayores de 45 años (a partir de esta edad la prevalencia de diabetes aumenta). Habría que investigar si existe diabetes antes de los 45 años en pacientes con otros factores de riesgo cardiovascular como sobrepeso, hipertensión, colesterol elevado, antecedentes familiares de diabetes o antecedentes de diabetes en el embarazo.
¿Electrocardiograma sí o sí?
¿Debemos someternos a pruebas específicas como el electrocardiograma a partir de cierta edad?
No hay una edad a partir de la cual se aconseje realizar un electrocardiograma. Estaría indicado si el paciente tiene síntomas o signos que sugieran alguna patología cardiaca o bien si tiene alto riesgo cardiovascular por la presencia de factores como diabetes, hipertensión arterial, tabaquismo, niveles altos de colesterol u obesidad.
En cualquier caso, es importante hacer análisis de sangre y tomar la tensión arterial para vigilar si aparece algún factor de riesgo cardiovascular «silencioso» como la hipertensión, la diabetes o la hipercolesterolemia.
La familia también importa
¿Debemos informar al médico de cabecera si un familiar masculino de primer grado (padre o hermano) ha sufrido un infarto antes de los 55 años o un familiar femenino de primer grado (madre o hermana) ha tenido un infarto antes de los 65 años?
Existe más riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, si algún familiar de primer grado ha tenido una enfermedad cardiovascular a una edad precoz (hombres por debajo de los 55 años o mujeres con menos de 65 años). Además, se considera un factor de riesgo cardiovascular no modificable, por lo que es muy importante comentar estos antecedentes familiares al médico de cabecera y al cardiólogo para que puedan poner más atención en el resto de factores de riesgo cardiovascular que sí son modificables.
Cómo mantener joven el corazón
¿Qué podemos hacer para retrasar todo lo posible el envejecimiento de nuestro corazón?
Para poder retrasar el envejecimiento de nuestro corazón hay que adoptar un estilo de vida saludable con el fin de prevenir la aparición de hipertensión arterial, diabetes o colesterol elevado (factores de riesgo «silenciosos») y, además, evitar el tabaquismo. Todos estos factores de riesgo aceleran el envejecimiento del corazón. Por eso se recomienda no fumar nunca, hacer ejercicio físico a diario de forma moderada y cuidar la alimentación -la dieta mediterránea es la mejor opción puesto que ha demostrado disminuir la mortalidad cardiovascular-.