Dormir cerca de lugares ruidosos, como los aeropuertos, puede afectar a la salud

Un estudio concluye que exponerse a ruidos de más de 35 decibelios durante el sueño hace subir la tensión arterial
Por EROSKI Consumer 13 de febrero de 2008

Un estudio recientemente publicado por la revista «European Herat Journal» concluye que exponerse durante el sueño a ruidos superiores a 35 decibelios incrementa los niveles de tensión arterial. Así, dormir al lado de un aeropuerto y oír continuamente cómo aterrizan o despegan aviones, e incluso soportar el tráfico cercano de vehículos y trenes, puede afectar a la salud del corazón aunque no despierte a quienes duermen.

Img dormir
Imagen: CONSUMER EROSKI

Un equipo dirigido por el epidemiólogo Lars Jarup, del Imperial College de Londres (Reino Unido), analizó el sueño de 140 voluntarios que vivían cerca de cuatro grandes aeropuertos: London Heathrow (Reino Unido), Malpensa (Italia), Arlanda (Suecia) y Atenas (Grecia).

Según explican los autores de esta investigación en la revista, ya se sabía que exponerse a altos niveles de ruidos industriales provoca elevación de la presión arterial, «pero faltaban estudios de campo sobre los efectos del ruido en la tensión durante el sueño y en condiciones reales».

Los investigadores observan una relación directa entre el aumento de la tensión arterial y la intensidad del sonido

Los investigadores han podido constatar los efectos perniciosos del ruido durante el sueño tras controlar cada 15 minutos los niveles de tensión arterial de los participantes mediante un sistema que permitía obtener mediciones sin tener que despertarlos. Al sistematizar los datos se comprobó que los niveles de tensión arterial se incrementaban en gran manera cada vez que se producía un ruido superior a 35 decibelios, incluso si estas personas no se despertaban e independientemente de su origen.

Más ruido, más tensión

35 decibelios puede alcanzar no sólo un avión al sobrevolar el aeropuerto, sino el tráfico rodado e incluso algunos ronquidos. La llegada y despegue de los aviones provocaba un incremento de 6,2 mmHg en la tensión sistólica y del 7,4 en la diastólica, un aumento similar al registrado cuando el ruido provenía del caso del tráfico rodado o de fuertes ronquidos.

Los autores del estudio también observaron una relación directa entre el aumento de la tensión arterial y la intensidad del sonido. Es decir, que la tensión subía más cuando los ruidos registrados eran más altos. Estos mismos investigadores trabajan en el proyecto HYENA (hipertensión y exposición a los ruidos en las cercanías de un aeropuerto).

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube