El sector de las dos ruedas vive la peor crisis de su historia en España. Las ventas se han desplomado un 30% en el último año e incluso han empezado a cerrarse fábricas, como la de Yamaha en Cataluña. Los usuarios y empresarios atribuyen el descalabro al elevado precio de los seguros, que frena a potenciales compradores y desanima a los ya iniciados. «Cuestan casi más que la propia moto», se queja Oscar Cámara, que acaba de abrir hace dos años una tienda en Bilbao. «El negocio ha caído en picado, los números son una barbaridad; atravesamos el peor momento».
El seguro de una «Scooter», por ejemplo, que cuesta 1.500 euros, puede alcanzar fácilmente los 900 euros. Una cifra astronómica teniendo en cuenta que muchos de los compradores son adolescentes. Eso cuando el usuario tiene la suerte de encontrar un seguro que le acepte. El Consorcio de Compensación está obligado a cubrir a todos aquellos que han sido rechazados por al menos tres aseguradoras. Y los afectados se cuentan por miles. En este caso, el precio medio es de 337 euros anuales.
Las compañías, por su parte, se justifican y alegan que la elevada siniestralidad de motos y ciclomotores les obliga a incrementar las pólizas para compensar las pérdidas.
Ante esta situación, un grupo de catorce moteros -los conocidos como «socios fundadores»- decidió hace un par de meses apelar a la «solidaridad motera» para crear su propia mutua y poner freno a las aseguradoras. «Nos sangran de mala manera», critica Miguel Ángel Jaimez, abogado y portavoz de la recién fundada Asociación para la Promoción de la Mutualidad General del Motociclista.
«Es una iniciativa popular, de gente de la calle. No podemos seguir quejándonos del ‘palo’ que nos ha dado el seguro», sostiene un afectado. «Alguien tenía que hacer algo; no podemos permitir que nos acribillen». Con esta filosofía, 1.110 moteros españoles han sacado 30 euros de su bolsillo para sufragar los primeros gastos -trípticos, página web-, y emprender la aventura.
Su objetivo es sumar 15.000 miembros, cifra calculada para que la idea sea rentable, y crear su propia compañía de seguros. Calculan que podrían reducir las primas entre un 30 y un 70%.
Los socios serían además accionistas de la mutua a cambio de 300 euros. La Ley considera a las mutuas entidades sin ánimo de lucro y las obliga a reinvertir todos los beneficios. La cobertura alcanzaría aspectos de los que ahora algunos seguros no se hacen cargo, como la asistencia en viaje o la reclamación de daños y el seguro sería a precio de coste, explican. Los moteros acusan a las aseguradoras de atribuir sus precios a la siniestralidad con datos irreales. Un estudio del Real Automóvil Club (RAC) desvela que sólo en el 37% de los percances tiene la culpa el motorista.
La unión de seguros (UNESPA), por su parte, recuerda que, según una encuesta, el peligro de accidente en las motocicletas es 18 veces superior al de los coches, y que la principal causa de muerte de los adolescentes siguen siendo los siniestros de tráfico. El trucaje de los motores, que permite alcanzar velocidades superiores, y la ingesta de drogas y alcohol está detrás de estas dramáticas estadísticas, según la UNESPA.
