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La enfermería escolar tiene atribuidas diferentes funciones dentro de las escuelas. Sus competencias van desde las más asistenciales, que en el caso de los menores con diabetes incluiría el control de hipoglucemias y la administración de insulinas, hasta funciones relacionadas con la formación y la promoción de hábitos saludables. Este es un aspecto clave para prevenir patologías como la obesidad infantil y la diabetes tipo 2, que en la actualidad están aumentando de forma preocupante entre los más jóvenes.
Cómo ayuda la enfermería escolar a los menores con diabetes
En el caso de la diabetes, la enfermera escolar se enfoca en los pilares fundamentales de esta patología que, según la ‘Guía de actuación de enfermería en caso de urgencias diabetológicas en centros educativos’ elaborada por la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE), son la alimentación saludable, el ejercicio, el tratamiento y la educación diabetológica. También pertenece a su área de intervención “el uso de nuevas tecnologías para la diabetes, tanto en terapia con dosis diarias de insulina como en el uso de la bomba”.
Además, la enfermera escolar debe estar cualificada para gestionar las principales urgencias diabetológicas que pueden tener lugar en el ámbito escolar:
- Hipoglucemia. Se puede producir debido a la variabilidad de los patrones alimentarios o de ejercicio físico durante el horario escolar, o también por la falta de capacidad de detectar los síntomas que pueden tener especialmente los más pequeños.
- Hiperglucemia. La segunda complicación más frecuente en los alumnos con diabetes puede interferir en su capacidad para participar en la actividad académica.

La enfermera escolar adecuadamente formada, por tanto, es un salvavidas para estos niños. Esta figura no solo brinda la asistencia necesaria al alumnado, sino que, además, proporciona información y herramientas para que los menores puedan implementar de forma autónoma esta gestión en el día a día.
¿Puede haber una enfermera escolar en todos los centros educativos?
Hoy en día en España, la figura de la enfermera escolar está implantada de forma desigual en las diferentes comunidades autónomas, lo que deja a algunas regiones desprovistas de regulación al respecto. Por eso, hace un año, la Federación Española de Diabetes se unió al Consejo General de Enfermería (CGE) y a otras 14 sociedades científicas y asociaciones para reivindicar una Ley Nacional de Enfermería Escolar.
Mediante esta petición, estas entidades buscaban impulsar la coordinación territorial a nivel nacional para lograr que se establecieran “criterios normativos homogéneos en relación con las competencias, formación, dependencia y grado de participación de la enfermera escolar en la comunidad educativa”. Desde entonces se trabaja en el diseño de una cartera de servicios, junto con las administraciones central y autonómicas, con el fin de reforzar el sistema sanitario en este sentido.
Aunque estamos lejos de ver la implantación de una enfermera escolar en cada centro educativo, acciones como esta suponen un paso adelante en la unificación de los criterios para regular esta figura. Y es que, en España, uno de cada cuatro niños convive con una patología crónica, entre ellas la diabetes. Para estos menores y sus familias, contar con una enfermería escolar marca una gran diferencia, asegurando la tranquilidad dentro del horario escolar y, con ello, garantizando una educación de mayor calidad.