EPOC, una enfermedad crónica y desconocida

Se estima que en España cerca del 10% de las personas de entre 40 y 80 años padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica, aunque más de la mitad no están diagnosticadas
Por Eva Maroto López, Fundación Lovexair 29 de noviembre de 2017
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Imagen: CLIPAREA

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC es una enfermedad respiratoria prevenible y tratable, pero no curable. Esta patología se caracteriza por la obstrucción del flujo aéreo y la dificultad para vaciar el aire de los pulmones. La EPOC, según datos del 2015 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la cuarta causa de muerte en el mundo. En España, de los 21.400.000 habitantes de entre 40 y 80 años que hay, se estima que padecen EPOC más de 2.185.000 de personas, pero 1.595.000 no están diagnosticados; por eso se dice que es una enfermedad muy frecuente, pero desconocida. En este artículo se explican las causas de la EPOC, sus síntomas, el diagnóstico y el tratamiento.

La EPOC es provocada, fundamentalmente, por la inhalación de partículas procedentes del humo del cigarrillo o el generado por la utilización de la biomasa como fuente de calor.

El principal síntoma es la disnea o sensación de ahogo, que al principio se relaciona con la actividad física intensa, pero con el tiempo la dificultad respiratoria puede producirse en actividades de baja intensidad, incluso en reposo. Otros signos son la tos crónica¸ que suele tener un inicio insidioso, con frecuencia por las mañanas; esta tos crónica se volverá persistente con el paso del tiempo. A su vez, también puede originarse un aumento en la cantidad de expectoración o cambio de color de estas secreciones.

Puede sospecharse de la existencia de EPOC cuando aparecen estos síntomas y se ha estado o se está expuesto a factores de riesgo. Pero para establecer el diagnóstico definitivo es imprescindible la realización de una espirometría con la finalidad de estudiar la función pulmonar.

¿Cómo es el tratamiento de la EPOC?

El tratamiento de la EPOC consta de los siguientes pasos:

  • Dejar de fumar. Indispensable, ya que el tabaco es la causa del 90% de los casos con EPOC.
  • Medicación inhalada. Sirve para ayudar a controlar los síntomas y disminuir la frecuencia y gravedad de las agudizaciones. Este tratamiento llega de una forma más directa al pulmón y su eficacia es más rápida. Cualquier dispositivo de inhalación es efectivo si se realiza de modo correcto; para ello es necesario revisar cómo se hace la técnica de manera habitual. Aunque el paciente se encuentre bien, no debe dejar de tomarla, salvo que lo prescriba el médico.
  • Mantener un peso saludable. Es común que los pacientes con EPOC tengan alterado su peso, ya sea por defecto o por exceso. Un exceso de peso, en especial alrededor del vientre, puede aumentar la sensación de falta de aire, además de incrementar el riesgo de sufrir enfermedades coronarias, hipertensión arterial y diabetes. Mientras, en los casos de desnutrición, empeora la función pulmonar, la calidad de vida de la persona y su fuerza muscular y puede padecer alteraciones inmunológicas que pueden generar una agudización de la enfermedad.
  • Hacer ejercicio. Realizar actividades físicas aumenta la sensación de ahogo en las personas que sufren EPOC, por lo que estos pacientes suelen reducir su nivel de actividad para evitar la disnea. Sin embargo, es necesario mantener una vida activa y hacer ejercicio por todos los efectos beneficiosos que tiene en el organismo. Por eso, el ejercicio físico es el tratamiento no farmacológico más recomendado en estas personas. Para controlar los síntomas es fundamental coordinar la actividad física con la técnica de respiración con labios fruncidos.
  • Dormir bien. Para tener una buena calidad de vida es necesario descansar bien todos los días. La EPOC, unida al tabaquismo, el consumo de alcohol, la obesidad… puede contribuir a la aparición del síndrome de apnea-hipoapnea del sueño, por lo que quienes tienen problemas para dormir, que roncan o se levantan con sensación de falta de descanso, irritabilidad o dolor de cabeza matutino, deben de consultar a su médico.
  • Superar la ansiedad o depresión. Padecer una enfermedad crónica incrementa el riesgo de sufrir depresión, estrés y ansiedad, pero la aparición de cualquiera de ellas puede empeorar síntomas, como la falta de aire.
  • Continuar con su vida social. Sufrir EPOC no implica tener que quedarse en casa y no disfrutar del tiempo libre; solo se requiere un poco más de planificación.

  • Oxigenoterapia. Es un tratamiento necesario cuando los niveles de oxígeno en sangre son inferiores a lo normal. No produce dependencia, siendo necesaria su administración tanto tiempo como haya sido pautado. Es poco probable que la administración intermitente de oxígeno le aporte beneficios.

Una exacerbación es un empeoramiento de la enfermedad que produce un cambio, en general brusco, del estado de salud. Para detectarlo hay que actuar ante cualquier signo de alarma, como el aumento de la disnea, de la tos, cambios en el aspecto y cantidad de las secreciones, peor tolerancia a la actividad habitual, incremento de la necesidad de más medicación, fiebre o hinchazón de las piernas.

Para obtener más información, desde la Fundación Lovexair invitan a realizar «El viaje del paciente con EPOC», donde se desarrollan todos los aspectos más importantes de esta patología. Además, se puede consultar con educadores expertos a través del correo electrónico cuentanos@lovexair.com.

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