La gripe aviar ya ha alcanzado al menos dos regiones de los montes Urales, tras su paso por Siberia, por lo que la enfermedad sigue acercándose a Europa, según informaron ayer las autoridades rusas. De hecho, algunos expertos han anunciado que las aves migratorias podrían extender el virus desde Rusia a Azerbaiyán, Irán, Irak, Georgia, Ucrania y los países mediterráneos en los próximos meses, tras un estudio de las rutas que siguen estas aves desde Siberia.
El vicegobernador de la región de Cheliabinsk ha asegurado que el fin de semana pasado murieron más de medio centenar de aves de corral, mientras que un portavoz del Ministerio de Emergencias confirmó ayer que en la región de Kurgan, también en los Urales, el virus ya ha matado a más de 3.000 aves y otras 4.600 han tenido que ser sacrificadas.
Ayer también se supo que en el territorio autónomo de Altai, en Siberia, se han producido casos de muerte masiva de aves de corral en las aldeas de al menos 13 distritos.
La mayoría de los lugares afectados por la gripe aviar están en cuarentena y las autoridades han ordenado la caza de aves en lagos y embalses para conocer cuáles son las especies que transmiten el virus. Como aspectos positivos, todavía no se han detectado casos de personas contagiadas y la enfermedad ya ha bajado de intensidad en varias regiones de Siberia.
El pasado viernes, la Unión Europea (UE) lanzó una serie de medidas para impedir la entrada de aves de corral procedentes de Rusia y Kazajstán, países de los que la UE no importa carne de pollo ni otros tipos de productos avícolas. De hecho, no compra este tipo de productos de ningún país asiático, excepto Corea del Sur, Japón y Filipinas, y por eso ha calificado la medida como «un problema formal» y «no una prohibición práctica porque no hay importaciones».
