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Al llegar a casa tras un viaje: síntomas que no debes ignorar
El regreso a casa después de unas vacaciones en un país exótico no siempre marca el fin de los riesgos sanitarios que puedan darse en destinos con selvas, desiertos, manglares… Algunas enfermedades contraídas en estos lugares pueden tardar días o incluso semanas en manifestarse. Por eso, ante cualquier síntoma inusual, es vital acudir cuanto antes a un centro sanitario: la detección precoz resulta clave para evitar complicaciones.
La vigilancia debe ser más estricta en grupos vulnerables —niños pequeños, mujeres embarazadas, personas mayores o pacientes con enfermedades crónicas—, ya que las complicaciones pueden ser más graves.
Los signos de alarma varían según la infección, pero conviene prestar especial atención a los siguientes síntomas:
- Fiebre persistente
- Fatiga intensa
- Diarrea prolongada
- Dolor abdominal
- Ictericia (color amarillento en piel y ojos)
Y como recuerda el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España, también hay signos de alarma que requieren atención médica inmediata, como dificultad respiratoria, tos prolongada o alteraciones neurológicas, incluidas convulsiones.
👉 Qué hacer
Los expertos recomiendan anotar la evolución de los síntomas, ir a la consulta con la cartilla de vacunación y detallar el viaje: países visitados, duración, actividades realizadas y posibles exposiciones. Y, sobre todo, evitar la automedicación, que puede enmascarar los síntomas y dificultar el diagnóstico.

Prepararse para viajar: consulta médica y precauciones esenciales
Antes de viajar a un país con riesgo sanitario es clave realizar una consulta médica especializada en un Servicio de Salud Internacional o de Atención al Viajero. Lo recomendable es hacerlo entre 4 y 8 semanas antes de la salida, para valorar los riesgos según el destino, el estado de salud de cada persona y la duración del viaje. Durante esta visita se ofrecen recomendaciones sobre vacunas, prevención de enfermedades y medidas de protección.
Es fundamental llevar toda la medicación necesaria para el viaje, acompañada de la documentación médica que justifique su uso, y transportarla en el equipaje de mano. También se recomienda contratar un seguro de viaje con cobertura médica y familiarizarse con los convenios sanitarios entre el país de origen y el destino.
💉 Vacunas antes de viajar
Antes de emprender un viaje, es fundamental revisar el calendario vacunal. Algunos países exigen inmunización obligatoria, como ocurre con la fiebre amarilla en varias zonas de África y Sudamérica. Otras vacunas, aunque no sean obligatorias, se recomiendan según el destino y el perfil del viajero: hepatitis A y B, tétanos, poliomielitis, meningitis o rabia, entre otras.
Completar la pauta de vacunación también resulta esencial. Saltarse dosis o no respetar los tiempos puede reducir la protección y aumentar el riesgo de infección. En enfermedades graves como la rabia o la fiebre amarilla, no disponer de inmunidad completa puede tener consecuencias serias.
En el caso de la malaria, el Consejo General de Farmacéuticos recuerda que no existe una vacuna disponible en España, aunque ya se ha desarrollado una. Actualmente, la protección se basa en una profilaxis oral preventiva que debe iniciarse uno o dos días antes del viaje, mantenerse durante la estancia y prolongarse hasta siete días después del regreso.
Durante el viaje: cómo proteger tu salud lejos de casa
Viajar implica sumergirse en nuevos entornos, sabores y culturas, pero también expone al cuerpo a condiciones que pueden poner a prueba el sistema inmunitario. Para minimizar riesgos, es esencial seguir una serie de pautas esenciales:
🧳 Agua y alimentos
Para prevenir infecciones gastrointestinales, los viajeros deben consumir únicamente agua embotellada o hervida, evitar el hielo, las frutas sin pelar y los alimentos crudos o poco cocinados. También conviene no ingerir alimentos que hayan permanecido varias horas a temperatura ambiente ni helados.
El principal problema sanitario asociado con el agua y los alimentos es la “diarrea del viajero”, provocada por diversos agentes infecciosos; afecta hasta al 80 % de quienes visitan destinos de alto riesgo.

🧳 Higiene personal
Lavarse las manos con frecuencia o utilizar gel hidroalcohólico, sobre todo antes de comer o después de tocar superficies compartidas.
🧳 Mosquitos
En zonas donde hay malaria, dengue o chikungunya, es fundamental usar repelentes con ingredientes activos como DEET, IR3535 o icaridina. También se recomienda vestir ropa de manga larga, dormir bajo mosquiteros y seguir la profilaxis médica indicada.
🧳 Animales
Evitar el contacto directo con animales —ya sean salvajes, domésticos o cautivos—, incluso si parecen inofensivos, para reducir el riesgo de enfermedades zoonóticas.
🧳 Transmisión sexual
Mantener prácticas sexuales seguras y utilizar protección para evitar infecciones de transmisión sexual (ITS), como la hepatitis B, el VIH/SIDA y la sífilis.
🧳 Condiciones ambientales
Protegerse frente a la altitud, temperaturas extremas y exposición solar con medidas adaptadas al entorno. La prevención incluye desde cremas solares hasta ropa térmica o hidratación constante.


