Investigadores norteamericanos desvelan por qué la soledad crónica afecta a la salud

Afirman que el asilamiento del individuo modifica la respuesta de los genes
Por EROSKI Consumer 24 de septiembre de 2007

Las causas y efectos de la soledad sobre el organismo humano son objeto de investigación desde hace años. En las últimas décadas, médicos y biólogos han profundizado sobre su reflejo en la salud, casi siempre negativo. Aumenta el estrés, la tensión arterial, el riesgo coronario, adormece el sistema inmunológico, etc. Hasta ahora se desconocía la causa. Para dar con ella, varios equipos interdisciplinares de todo el mundo han tratado de descubrir el rastro genético de la soledad.

Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y de la Universidad de Chicago afirman haber dado con la clave. Se han centrado en analizar el transcriptoma de los leucocitos de la sangre de un grupo de 14 voluntarios carentes de relaciones personales a todos los niveles (sin familia, sin amigos y sin pareja).

Estos expertos han hallado en los glóbulos blancos hasta 209 genes cuya transcripción se expresa de manera distinta en los individuos solitarios, con respecto al hombre normalmente socializado. El estudio se llevó a cabo sobre leucocitos por ser las células sanguíneas responsables de la respuesta inmune, toda vez que es un hecho comprobado que la soledad baja la respuesta inmunológica.

Exposición a infecciones

Los genetistas norteamericanos concluyen, por tanto, que la soledad crónica modifica la respuesta de los genes. De las 209 transcripciones genéticas estudiadas, 78 fueron sobreexpresiones, mientras que las 131 restantes eran expresiones inferiores a lo normal. Estas últimas conllevan una menor respuesta del sistema inmunológico, minimizando la capacidad antiviral del organismo, que queda más expuesto a infecciones e inflamaciones.

Los análisis bioinformáticos realizados han identificado algunas de las señales biológicas a las que dan lugar estas diferencias en las expresiones genéticas entre los solitarios y el resto. Una de ellas es la reducida actividad de los glucocorticoides que producen la respuesta antiinflamatoria del organismo. La activación de estas hormonas podría, por lo tanto, ayudar a contrarrestar los efectos adversos de la soledad sobre la salud del individuo.

Las diferencias en la expresión genética entre las personas solitarias y las altamente socializadas proporcionan la «huella genética» que deja la soledad en el organismo. Ello explicaría por qué los solitarios tienen una salud más precaria.

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