Entrevista

Joaquín Sastre, alergólogo de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid

La vitamina D, liberada por la exposición solar, regula nuestro sistema inmune
Por Jordi Montaner 19 de agosto de 2008
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Uno de cada tres asmáticos afirma que la enfermedad le impide la práctica del ejercicio físico. Los Juegos Olímpicos, sin embargo, han marcado con oro la trayectoria de más de un afectado de asma que ha hecho del deporte de competición su modo de vida. Con Joaquín Sastre, especialista en asma profesional y deportivo, repasamos la actualidad en torno a esta enfermedad alérgica, también en clave olímpica.

Cuentan que el aire de Pekín no es el mejor para la práctica del deporte de competición.

Teóricamente, las modalidades que más acusan un aire de escasa calidad ambiental serían la carrera de fondo (maratón) y la natación; pero hay atletas que han aprendido a sacar provecho del aire comprometido y a efectuar, pese al contratiempo, unos juegos brillantes. Me refiero a los atletas asmáticos.

No será por falta de tratamientos, pero los controles antidopaje son muy estrictos.

Los asmáticos tienen un permiso federativo para reglamentar el tratamiento de mantenimiento que están siguiendo, de forma que no interfiera con los análisis a que se somete a todos los atletas. Es preciso subrayar, asimismo, que en el caso de las alergias se pueden hacer bien pocas trampas, porque nadie va a tener más fuerza ni va a ir más rápido por consumir los tratamientos antiasmáticos con propósito de dopaje.

Pacientes tratados no siempre ven los retos deportivos como una posibilidad…

Normalmente es porque no se tratan bien. No me refiero a que bien tratados pudieran competir en certámenes de élite o a que los tratamientos tengan una utilidad muy limitada, sino a que sólo una tercera parte de los enfermos asmáticos consigue un control eficaz de la enfermedad con los tratamientos de que disponemos. Los atletas saben que, en su caso, de controlarse a no hacerlo, está en juego su dedicación. Por este motivo suelen ser disciplinados y buenos cumplidores de las terapias y, de este modo, pueden competir con las mismas garantías que un atleta no asmático.

¿Es, entonces, culpa del paciente?

Los anticuerpos monoclonales anti-IgE son útiles en pacientes que no consiguen controlarse con el tratamiento tradicional

No, el paciente no es culpable de ser asmático, y las causas de un mal control de la enfermedad pueden serle ajenas. Cada vez más, los médicos constatamos que el éxito de un buen control antiasmático es aquel que permita al paciente llevar una vida normal con garantías. Es necesario un tratamiento individualizado, a la medida del enfermo.

Se conoce, asimismo, que uno de los desencadenantes de las crisis asmáticas es el estrés emocional. ¿No es mal asunto para un deportista de competición?

En una práctica deportiva de tan alto nivel, el entrenamiento lo es casi todo. Los atletas no sólo entrenan sus cuerpos, sus reflejos y su respiración, sino también el estado mental con el que deben acometer cada reto.

En cualquier caso, el aire y lo que flota en él determinan la enfermedad del asmático.

Entre otras cosas, porque del 70% al 80% de todos los asmas tiene un desencadenante ambiental alérgico; puede tratarse de pólenes o ácaros. Pero, además, se ha descrito que sustancias como el tabaco, las emisiones de residuos combustibles o el cloro empleado en las piscinas pueden empeorar el cuadro asmático… Aun así, choca comprobar que uno de los deportes en los que mejor les va a los asmáticos sea la natación.

Que el medio ambiente pesa, también lo demuestra el hecho de que la prevalencia del asma varía mucho según la zona de Europa que se tome en consideración.

En el Reino Unido sobrepasa el 20%, mientras que en algunos países mediterráneos no llega al 5%. Además de las hipótesis higienistas (el mundo desarrollado está tan desinfectado y vacunado que nuestro sistema inmunológico es incapaz de reconocer estímulos exteriores), se postula que la dieta mediterránea y los muchos días de sol al año pueden protegernos… Sobre esto último se ha demostrado recientemente que la vitamina D, liberada por la exposición solar, ejerce un efecto inmunorregulador.

En cuanto a tratamiento, lo último son los anticuerpos monoclonales anti-IgE.

Se trata de agentes biológicos que han demostrado su utilidad como alternativa al tratamiento estándar en pacientes que no consiguen el control preceptivo con lo de siempre: medicamentos controladores de la sintomatología (antihistamínicos), la inflamación (corticoides inhalados), los broncodilatadores de larga acción y las vacunas (inmunoterapia). No obstante, mi opinión es que, en el asma, educar e informar al paciente es tan importante como prescribir.

¿Qué es el consenso BASE?

Es una iniciativa de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI) en apoyo de los atletas alérgicos que toman parte en los Juegos Olímpicos de Pekín. El BASE (Bronchoconstriction, Asthma and allergy in Sports And Exercise) pretende servirse del ejemplo de estos deportistas de élite para inculcar la práctica deportiva entre afectados de asma, de rinitis o de alergia en general. El deporte es saludable también para ellos, bajo la oportuna vigilancia médica y el adecuado seguimiento del tratamiento prescrito. ¿Cuántos de los atletas que concurren en estas Olimpiadas cree usted que son asmáticos?

Ni idea.

Pues, un 25%… Una proporción nada desdeñable y que ilustra la buena condición física que es posible conseguir incluso con una condición crónica colgada a las espaldas.

DESAHOGO EN LA PISCINA
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Imagen: PiGsty/Flickr

Lo que más teme un paciente asmático es el ahogo (dispnea), y cuesta pensar que el deporte en el que los asmáticos han cosechado más medallas de oro se practique en una piscina. La natación estadounidense dispone de una colección de asmáticos célebres; desde los legendarios Rick Demont, Mark Spitz o Greg Louganis, a los actuales Tom Dolan o Amy Van Dycken, la primera mujer nadadora que ha ganado cuatro medallas de oro para EE.UU. en unos solos Juegos.

En nuestro país, David Meca aspira también a hacer historia, habiendo ganado hasta la fecha 28 copas del mundo e inscribiendo siete records mundiales en su palmarés. El ejercicio, opina Meca, es tan necesario para un asmático como para cualquier otra persona; “desarrolla la capacidad pulmonar y hace que te encuentres bien psicológicamente”. El asma, asegura, no es ninguna barrera.

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