La dieta del paciente oncológico

La nutrición de los enfermos de cáncer condiciona su calidad de vida y el pronóstico de su patología
Por EROSKI Consumer 12 de abril de 2002

Muchos enfermos de cáncer tienen dificultades para mantener un buen estado nutricional a causa de la falta de apetito, trastornos en la digestión, mala absorción y las dificultades mecánicas para masticar y deglutir que les provoca la enfermedad. Este defecto nutricional influye de forma negativa en la supervivencia del enfermo, ya que la existencia de malnutrición junto a cáncer es un signo de mal pronóstico.

Los expertos coinciden en señalar la enorme importancia de la nutrición en el paciente oncológico. «Un correcto estado nutricional del enfermo mejora su calidad de vida, la respuesta al tratamiento y el pronóstico de su enfermedad», afirma el doctor Luis Enríquez Acosta, responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria del Complejo Hospitalario de Cáceres.

Según Enríquez Acosta, el paciente oncológico se diferencia del paciente con otra patología en que su enfermedad es multifactorial, y porque desde el principio de su diagnóstico se ha de considerar el soporte nutricional como parte integrada de su tratamiento. «Las características del tumor y el grado de afectación que tenga el enfermo determinan este soporte», comenta. «Las características asociadas del paciente también juegan un papel fundamental», añade.

Otro de los factores a tener en cuenta, en opinión de este experto, a la hora de nutrir a este paciente, es el tratamiento con quimioterapia, radioterapia y cirugía. «Dicho tratamiento tiene una serie de efectos secundarios que contribuyen a aumentar la anorexia o la falta de apetito (boca seca, boca dolorosa, garganta dolorosa, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, entre otros), y que van a influir sobre la alimentación de esa persona», explica. Sin embargo, Enríquez reconoce que resulta muy difícil pedirle al enfermo que aumente su ingesta de comida, «por lo que hay que buscar formas de ofrecer mayor cantidad de energía con la misma cantidad de alimento».

«La pérdida de apetito y de peso son componentes que contribuyen a un peor pronóstico, y además influyen en las posibilidades y eficacia del tratamiento», afirma el doctor. Es por esta razón por la que recomienda cuidar el estado nutricional «puesto que si empeora el estado de salud general también va a ir a peor». Ahondando en esta idea, un reciente estudio comparativo llevado a cabo en Estados Unidos y en el que se analizaron diversos factores en el paciente oncológico, reveló que cuanto más peso perdía el paciente, respondía peor al tratamiento, tenía una peor calidad de vida y un peor pronóstico de su enfermedad.

Al respecto de los resultados de este estudio, Enríquez explica que no se pretende engordar al paciente sino nutrirlo, «porque al proporcionarle un estado nutricional aceptable mejora su respuesta al tratamiento, su calidad de vida y el pronóstico de su enfermedad». «A pesar de la importancia de cuidar su nutrición, no podemos obligarles a comer dadas las características de su patología», apunta.

El cáncer provoca en quien lo sufre una pérdida de peso, anorexia y debilidad, así como alteraciones metabólicas, energéticas, de metabolismo de grasa, hidratos de carbono y proteínas, al tiempo que hay un aumento de la necesidad energética y de macronutrientes muy difícil de cubrir en la práctica. Es por ello que los oncólogos recomiendan a estos pacientes que ingieran alimentos energéticos y proteicos, que han de tener siempre a mano a fin de que pueda ingerirlos a lo largo del día en diferentes comidas, y en un número de 6 a 8 ingestas.

«Hay varias formas de cubrir dichas necesidades de los pacientes», relata el doctor, «en primer lugar darle al enfermo suplementos y alimentos enriquecidos con leche, leche en polvo, leche condensada, harina o miel, a fin de enriquecer la dieta aportando más calorías pero sin modificar la cantidad que toman». En caso de que se presente caquexia (debilidad y delgadez extrema), Enríquez señala la necesidad de recurrir a «los suplementos artificiales con poco volumen pero ricos en energía, proteínas, hidratos de carbono y grasas».

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