Tras la alerta decretada el día 12 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a consecuencia del extraño brote de neumonía atípica surgido en el sudeste asiático, por el momento, los médicos no saben de este fenómeno más que cualquiera que haya escuchado las noticias los últimos días, al menos eso afirma, con cierta modestia, el doctor Carlos Sánchez Lafuente, neumólogo del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga.
La amenaza es sería. La Ministra de Sanidad, Ana Pastor, aconsejaba ayer deponer los viajes a China y Vietnam mientras informaba de la probable existencia de un caso de neumonía atípica en un paciente de 38 años que ingresó el domingo en el hospital Infanta Cristina de Badajoz y que estuvo en Pekín a finales de febrero. En otros países de Europa se conocen otros casos y la alarma ha saltado también a Paraguay.
Y mientras profesionales de la medicina como el doctor Sánchez Lafuente, especialista en enfermedades pulmonares, aseguran que hay otras que presentan mayor tasa de mortalidad que la neumonía asiática, como es el caso de la legionella -que también es otra neumonía atípica- también reconocen que hasta que no se conozca el estudio de los epidemiólogos de la OMS, no podrán pronunciarse al respecto.
Pero la mayoría de los médicos supone que se trata de un virus y eso significaría que las medidas de prevención serían similares al que se despliegan en torno a otras enfermedades infecciosas, como la tuberculosis; es decir, material aislante (mascarillas, guantes etc.).
La psicosis ante una posible guerra bacteriológica hace que la alarma entre la población sea mayor. Sin embargo, los virus mutan constantemente desde siempre, interactúan entre ellos y surgen otros nuevos. La mayoría de la gente sabe, por ejemplo, que eso sucede cada cierto tiempo con el virus de la gripe.
Claro que la existencia de un virus nuevo es inquietante, porque no hay vacuna ni tratamiento de forma inmediata. No obstante, el doctor Julio Ancochea, como miembro de la Sociedad Española de Neumonía y Cirugía Torácica, ha señalado que todo el personal sanitario está concienciado, aunque hasta el momento Sanidad no se ha puesto en contacto con los especialistas en la materia.
Lo que si es cierto es que Sanidad, en colaboración con AENA, ha empezado a distribuir cuestionarios en los aeropuertos a los pasajeros procedentes del sudeste asiático para tratar de prevenir posibles casos. En estos cuestionarios, se les pregunta si padecen alguno de los factores relacionados con el desarrollo de esta enfermedad atípica, principalmente fiebre alta (más de 38º) y tos con dificultad respiratoria.
