La OMS publica unas directrices para garantizar la inocuidad y eficacia de las plantas medicinales y evitar su desaparición

Algunas de estas hierbas están en peligro de extinción porque la demanda supera a la oferta
Por EROSKI Consumer 10 de febrero de 2004

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho públicas una serie de pautas para mejorar la calidad y garantizar la inocuidad y eficacia de las plantas medicinales, así como para prevenir la desaparición de algunas especies amenazadas. Las ventas mundiales de productos herbarios superan en la actualidad los 60.000 millones de dólares al año.

Estas directrices se inspiran en la tradición de China, Japón y la Unión Europea (UE) y se dirigen a proporcionar orientación sobre buenas prácticas agrícolas y de recolección de plantas medicinales, así como sobre los procedimientos normalizados de actuación, según señaló la organización sanitaria en un comunicado. Además, tratan de impulsar el cultivo y la recolección sostenible de esas plantas de buena calidad, mediante métodos que propicien la conservación de esas especies y del medio ambiente en general.

La OMS ha decidido dar este paso a raíz de una serie de informaciones sobre los perjuicios para la salud que causan ciertos remedios naturales. Según la agencia de la ONU, muchos casos de reacciones adversas se deben bien al uso inadvertido de especies vegetales equivocadas, bien a la adulteración con otros medicamentos, a una dosificación exagerada o al consumo simultáneo con otros fármacos, lo que puede provocar interacciones farmacológicas contraproducentes.

Las directrices de la OMS también pretenden hacer frente al abuso y consiguiente peligro de extinción de plantas silvestres medicinales muy populares como el ginseng (Panax ginseng), usado para tratar problemas digestivos de origen neurológico.

Se han dado casos en los que se han sustituido plantas silvestres por otras de cultivo, como ocurre con la «Catharantus roseus», que se cultiva ampliamente en España y EE.UU. por sus propiedades contra la leucemia infantil y la enfermedad de Hodgkin. Especial atención merece el «Prunus africana», una planta cuya demanda supera a la oferta potencial. Su corteza es un remedio muy popular para los desórdenes prostáticos en algunos países europeos; se obtiene de árboles silvestres que crecen en el África continental y Madagascar, y está en peligro de extinción.

Algunas de las buenas prácticas agrícolas recomendadas por la OMS son la identificación y selección de las plantas; tener en cuenta su emplazamiento y la calidad del suelo; mantener las prácticas de riego hasta el momento óptimo para la recolección, y vigilar las posteriores operaciones de envasado y etiquetado, almacenamiento y transporte, así como las normas de salud e higiene.

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