Los hospitales españoles detectan más casos de neumonía debido a la temprana aparición de la gripe

El virus gripal debilita las defensas del cuerpo y predispone a una infección pulmonar
Por EROSKI Consumer 19 de diciembre de 2003

En los últimos días, los hospitales españoles están detectando más de casos de neumonía (inflamación pulmonar causada por una infección) que en otras épocas del año. No se trata de un aumento preocupante, ya que mas bien se debe al hecho de que la gripe ha llegado este año más pronto de lo habitual, según los expertos. Gabriel Zubillaga, neumólogo y jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Donostia de San Sebastián (Guipúzcoa), explica que existe una estrecha relación entre neumonía (o pulmonía) y gripe, si bien matiza que no todas las infecciones pulmonares son consecuencia del ataque de los agentes gripales.

En invierno se tratan más neumonías que en otras épocas del año. La gripe y otros virus alteran el aparato respiratorio, debilitan el mecanismo protector y predisponen a infecciones bacterianas con los gérmenes que habitualmente viven en la boca y en la faringe, agentes como el neumococo o el haemophilus. «De ahí el énfasis que se hace desde Sanidad para vacunarse contra la gripe: se previene esta enfermedad y, secundariamente, la neumonía», afirma Zubillaga.

Los médicos siempre han avisado de los peligros de los catarros mal curados como desencadenantes de una pulmonía, lo mismo que una bronquitis conduce también a una infección bronco-pulmonar. Pero no es una enfermedad con una alta incidencia entre la población, ni en las épocas de mayor intensidad anual, como sucede ahora.

La más frecuente de las neumonías, la causada por neumococos, suele afectar a 1 ó 2 personas entre 1.000 al año y el 20% de los afectados precisan hospitalización. No obstante, la gravedad de la neumonía guarda relación con la edad de las personas que la sufren. Antes de la penicilina, las pulmonías eran temibles en todas las edades. Ahora, en Occidente, son la primera causa de muerte por enfermedad infecciosa en adultos, sobre todo en mayores de 75 años. La mortalidad en personas de esta edad o superior es del 20%, mientras que a los 65 es menor del 10% y en los menores de 40 años, de un 1%.

Diferentes tipos

El 40% de las neumonías vienen causadas por neumococos, un 20% por gérmenes como haemophilus y estafilococos, microorganismos que originan las denominadas neumonías típicas; y el 40% restante son provocadas por otras bacterias, como la coxiella burneti (fiebre Q), cuya incidencia más elevada se registra en las poblaciones de la cornisa cantábrica; y la mycoplasma o la legionela, que se trasmite por el aire y que afecta con más intensidad a la zona de Levante.

Entre las neumonías atípicas también aparecen las causadas por virus, como el de la gripe o el conocido coronavirus de la neumonía asiática. Otras son provocadas por microorganismos que aparecen en los hospitales y cuyos efectos suelen ser graves, ya que atacan los debilitados mecanismos de defensa del paciente. En estos casos tienen especial riesgo los operados, ancianos e inmunodeprimidos.

Síntomas

Las neumonías más habituales suelen aparecer a la semana o dos semanas de haber padecido gripe, catarro o alguna infección respiratoria. Los síntomas suelen variar según la edad del paciente. Lo primero que llama la atención del médico es la fatiga (disnea) del paciente y que presenta entre 30 y 40 respiraciones por minuto, cuando lo habitual son entre 10 y 15. Otros síntomas característicos son: fiebre, escalofríos, sudoración, tos con expectoración, dolor torácico que se incrementa al respirar o toser, malestar general, falta de apetito y, en algunos casos, dolor de cabeza o diferentes combinaciones de lo anterior.

Pero, como explica Gabriel Zubillaga, a veces no son perceptibles los síntomas, especialmente en las personas mayores. En algunos casos, tan sólo muestran fiebre, cansancio e inapetencia. A veces, incluso, en el primer reconocimiento hay problemas para distinguir una pulmonía de una bronquitis. En la fiebre Q, por ejemplo, es característica la fiebre alta y la tos seca, mientras que la legionela se manifiesta mediante fiebre alta, fatiga intensa y confusión mental. Además de la sintomatología del paciente, los análisis y una radiografía del tórax permiten a los médicos afinar en el diagnóstico de la enfermedad.

Tratamiento con antibióticos

La mayor parte de las neumonías son causadas por bacterias y se combaten con antibióticos. En los casos más leves, el tratamiento hay que administrarlo durante diez días y en los más graves, entre 14 y 21. Hay que asegurarse de que no queda ni rastro de la infección. Tres semanas es lo mínimo que se precisa, por ejemplo, para tratar una legionela. Por último, los expertos recuerdan que, como sucede con la gripe, los antibióticos no son efectivos contra las neumonías causadas por virus.

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