Los médicos de EE.UU. podrán emplear sanguijuelas para injertos de piel y restaurar la circulación

Estudios recientes han demostrado la eficacia de estos anélidos en el tratamiento del dolor provocado por la artrosis de rodilla
Por EROSKI Consumer 4 de julio de 2004

El Departamento de Sanidad de EE.UU. ha dado su visto bueno al uso de sanguijuelas con fines terapéuticos, un remedio de salud milenario. Los médicos podrán emplear este tipo de gusanos en dos tipos de intervenciones: para ayudar a cicatrizar injertos de piel y restaurar la circulación sanguínea en venas y arterias bloqueadas por coágulos de sangre.

Médicos y curanderos han recurrido al uso de sanguijuelas desde hace miles de años. La enorme capacidad de estos animales para succionar la sangre les otorgó fama como un remedio eficaz para la cura y el alivio de muchas enfermedades, desde simples dolores de cabeza hasta problemas de exceso de ácido úrico. Hubo mucho de cierto en todo ello. De hecho, recientes estudios han demostrado la eficacia de estos anélidos en el tratamiento del dolor provocado por la artrosis de rodilla.

Existen países, como Chile, donde los cirujanos plásticos emplean sanguijuelas en intervenciones de microcirugía, para facilitar el trasplante y reimplante de tejidos. Francia y Reino Unido, por su parte, han desarrollado una floreciente industria farmacéutica productora de sanguijuelas dirigidas al mercado sanitario.

La agencia estadounidense para el control de los medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha dado su autorización precisamente a una firma francesa que lleva 150 años dedicada a la cría de estos gusanos. Las sanguijuelas, según la empresa Ricarimpex SAS, se emplean para eliminar acumulaciones de sangre bajo los injertos de piel de pacientes con quemaduras y también para restablecer la circulación en venas bloqueadas. Su uso resulta «particularmente útil» para volver a pegar partes desgajadas del cuerpo, como dedos u orejas.

Los especialistas que trabajan con ellas aseguran que, al succionar la sangre, las sanguijuelas inyectan un anticoagulante muy poderoso que tiene la facultad de impedir la formación de trombos. Eso sí, deben ser ejemplares hambrientos, porque, si bien chupan una cantidad enorme de sangre, ya saciados pueden permanecer sin comer tres o cuatro meses.

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