Nuevo plan contra las enfermedades transmitidas por mosquitos y otros vectores

El Ministerio de Sanidad ha actualizado su estrategia nacional contra las enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, el virus del Nilo Occidental o el zika
Por Sonia Recio 9 de julio de 2025
enfermedades transmitidas por vectores
Las enfermedades transmitidas por vectores —como mosquitos, garrapatas, piojos o pulgas— son una de las principales amenazas para la salud pública. Estos artrópodos actúan como vehículos de virus, bacterias o parásitos, que se transmiten entre animales y personas a través de picaduras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), causan más del 17 % de las enfermedades infecciosas y provocan alrededor de 700.000 muertes cada año. Para hacer frente a este problema, la OMS impulsa desde 2017 una estrategia internacional que apuesta por reforzar los sistemas de vigilancia, mejorar la capacidad técnica e implicar más activamente a la población en el control de vectores. En esta misma línea, el Ministerio de Sanidad acaba de actualizar su plan de prevención, vigilancia y control con el objetivo de anticiparse a posibles brotes y reforzar la detección precoz.

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España refuerza su estrategia contra las enfermedades transmitidas por vectores

El Ministerio de Sanidad ha reforzado su lucha contra las enfermedades transmitidas por vectores con la actualización del manual “Técnicas de Gestión Integrada del Vector”, dentro del marco del «Plan Nacional de prevención, vigilancia y control de las enfermedades transmitidas por vectores«. Esta revisión apuesta por el enfoque “Una Sola Salud” (One Health), que reconoce la conexión entre la salud humana, animal y ambiental, a través de la promoción de una respuesta coordinada y multidisciplinar.

La guía, de aplicación obligatoria para administraciones públicas y profesionales de salud ambiental y sanidad exterior, incorpora las técnicas más avanzadas en vigilancia entomológica y control físico, biológico y químico. También destaca la importancia de la formación continua para los expertos del sector y la adopción de un ciclo constante de actuación, evaluación y prevención, situando esta última como pilar fundamental para minimizar riesgos sanitarios y ambientales.

La participación ciudadana y la prevención, claves en la lucha contra los vectores

El documento establece parámetros esenciales para la vigilancia de vectores, como la densidad poblacional, la interacción entre humanos y mosquitos, y la capacidad de estos para transmitir enfermedades. También describe con detalle los métodos de muestreo —ovitrampas, trampas para adultos, muestreos larvarios— y resalta la importancia de la colaboración ciudadana.

prevenir picaduras de mosquitos
Imagen: Jimmy Chan

La participación de la ciudadanía ha sido fundamental en varias ocasiones. Por ejemplo, la primera detección del mosquito tigre (Aedes albopictus) en la península ibérica en 2004 fue posible gracias a la colaboración entre municipios y vecinos, dentro de un programa de control de plagas impulsado por la Diputación de Barcelona. En la actualidad, plataformas como Mosquito Alert continúan siendo herramientas esenciales para descubrir de forma temprana la presencia de especies invasoras.

En materia de prevención, el documento es contundente: entre el 60 % y el 80 % de los criaderos de mosquitos se encuentran en propiedades privadas. Por eso, subraya que la ciudadanía juega un papel fundamental con acciones simples pero efectivas, como vaciar y cubrir recipientes con agua, limpiar canalones y desagües, o mantener piscinas adecuadamente tratadas. “Solo el esfuerzo conjunto entre Administración y ciudadanía permitirá abordar el problema a nivel local de forma efectiva y sostenible”, destaca el documento.

¿Qué son las enfermedades transmitidas por vectores?

Las enfermedades transmitidas por vectores son infecciones que se propagan principalmente a través de artrópodos como insectos (mosquitos, pulgas, moscas) y arácnidos (garrapatas). Estos vectores pueden portar virus, bacterias o parásitos y transmitirlos a los seres humanos al picarlos o morderlos, después de haberse alimentado previamente de un animal o persona infectada.

🦟 Hay dos formas principales de transmisión:

  • Vector biológico: el microorganismo se desarrolla dentro del vector antes de infectar a una persona. Es el caso del mosquito que transmite la malaria.
  • Vector mecánico: el patógeno se transporta en el cuerpo del vector (por ejemplo, en las patas o la boca) sin multiplicarse en él, como ocurre con algunas moscas.
garrapata piel
Imagen: Erik Karits

🦟 Principales enfermedades asociadas a vectores

Entre las enfermedades más comunes transmitidas por vectores están:

  • la malaria, causada por mosquitos Anopheles.
  • el dengue, zika, chikungunya y la fiebre amarilla, transmitidas por mosquitos Aedes.
  • la enfermedad de Lyme y la encefalitis, asociadas a garrapatas.
  • la leishmaniasis, que se propaga a través de flebótomos.
  • el mal de Chagas, transmitido por chinches Triatominae.
  • la fiebre del Nilo Occidental, vinculada a mosquitos.

A estas se suman otras enfermedades como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, la babesiosis o la tularemia.

Estas enfermedades suponen un desafío cada vez mayor para la salud pública, especialmente en regiones tropicales y subtropicales, donde las condiciones climáticas favorecen la proliferación de vectores. El último informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte sobre un repunte de dengue en 2024: se contabilizaron más de 13 millones de casos en el continente americano —casi el triple que en 2023— y más de 7.700 muertes, la mayoría en Brasil.

A pesar de estos datos, muchas de estas enfermedades pueden prevenirse con estrategias eficaces de control, vigilancia sanitaria y protección personal.

¿Se están registrando estas enfermedades en España?

Sí, y cada vez con mayor frecuencia. En los últimos años, algunas especies de vectores están expandiendo su presencia en territorio español, impulsadas por factores como el cambio climático, el aumento sostenido de las temperaturas y la globalización.

Un ejemplo claro es el Aedes albopictus, conocido como mosquito tigre. Aunque inicialmente se concentraba en la cuenca mediterránea, hoy su presencia se ha extendido a más de la mitad del país, incluyendo áreas del interior y del norte. Esta expansión amplía significativamente el riesgo de transmisión de enfermedades como el dengue, el zika o el chikungunya.

También se ha detectado un aumento de casos autóctonos de fiebre del Nilo Occidental. Solo en 2024, el Ministerio de Sanidad notificó 158 infecciones en humanos, con la mayoría concentradas en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. El 84 % de los afectados desarrollaron formas graves con afectación neurológica, y se contabilizaron 20 fallecimientos, lo que eleva la tasa de letalidad al 13 % entre los casos sintomáticos.

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