Lipotimias estivales

Aunque la pérdida transitoria de conocimiento es una de las patologías más frecuentes durante el verano, puede prevenirse fácilmente con una correcta hidratación
Por Blanca Álvarez Barco 30 de junio de 2005

Sudoración fría, visión borrosa, malestar general y palidez. Son los síntomas más frecuentes de uno de los trastornos que más se repite durante la época estival: las lipotimias. Esta patología que, según los expertos, ha padecido alguna vez en su vida cerca de la mitad de la población es una pérdida momentánea del conocimiento debido a que no llega suficiente oxígeno al cerebro. Su recuperación suele ser rápida y completa y, aunque no siempre es posible evitarla, una correcta hidratación en los días de mayor calor puede ayudar a prevenirla.

Causas

Con la llegada del verano el número de desvanecimientos se incrementa de manera notable durante la temporada estival, según indica Asunción Mateo, enfermera y responsable de la Escuela de Formación de la fundación DYA Guipúzcoa. Estos mareos o lipotimias son, como explica Carlos Urkia, médico y técnico del Departamento de Salud y Socorro de Cruz Roja Española, una alteración transitoria del conocimiento, por un aporte insuficiente de oxígeno al cerebro. Se trata de un proceso leve (la pérdida de conocimiento dura alrededor de tres o cuatro segundos) y su recuperación suele ser rápida y completa en casi la totalidad de los casos.

Entre las causas más frecuentes que originan estos desmayos o desvanecimientos, el doctor Pedro Villarroel, coordinador del servicio de Urgencias del Hospital Clínico Universitario San Carlos, de Madrid, destaca las siguientes:

  • Padecer enfermedades cardiovasculares, aunque esta razón tan sólo representa el 5% de los casos de lipotimias.
  • El miedo o el estrés ante una situación desagradable.
  • Tener tensión arterial baja.
  • Un dolor especialmente intenso.
  • Permanecer de pie y parados durante mucho tiempo.
  • Cambios bruscos de posición, como levantarse de la cama muy rápidamente. Estos cambios afectan de manera especial a niños y ancianos, ya que en los pequeños aún no está desarrollado el sistema de control de reflejos y en los ancianos, por la vejez, está alterado.
  • Calor excesivo. Tanto al aire libre, especialmente cuando a las elevadas temperaturas se une una gran humedad ambiental, como en espacios confinados, donde el aire no se renueva y la cantidad de oxígeno disminuye.

El exceso de calor es la causa de la mayor parte de los desvanecimientos que se producen durante el verano

El exceso de calor es la causa de la mayor parte de los desvanecimientos que se producen durante el verano

porque, como señala el doctor Urkia, los vasos sanguíneos se dilatan y ello hace disminuir la presión con que circula la sangre, lo que da lugar a que no llegue al cerebro. Cuando esto ocurre, el cerebro provoca que perdamos el conocimiento y caigamos al suelo, “ya que en posición horizontal la cabeza y el corazón quedan al mismo nivel, al corazón le es más fácil bombear y llega sangre a los dos”, dice el especialista.

Medidas preventivas

El calor afecta a todos, pero existen grupos de riesgo, personas más propensas a sufrir los desagradables mareos, según asegura el coordinador del servicio de Urgencias del Hospital Clínico Universitario San Carlos. Las mujeres (especialmente las embarazadas o las que acaban de dar a luz), las personas delgadas, quienes tienen la tensión arterial baja y los ancianos son los candidatos idóneos para sufrir con más frecuencia una lipotimia.

Medidas preventivas

Un trastorno de este tipo presenta los siguientes síntomas:

  • Mareos
  • Sudoración fría
  • Malestar general
  • Visión borrosa
  • Palidez

Los síntomas se presentan cuando el mareo o el desvanecimiento son inminentes y no da tiempo a reaccionar. Ahora bien, ¿puede prevenirse una lipotimia? En opinión del doctor Urkia no es fácil prevenirla, aunque proteger la cabeza del sol e hidratarse mucho los días de calor excesivo son medidas que ayudan a evitar este mal. Coincide con él Asunción Mateo quien, además, recomienda procurar llevar a cabo una serie de medidas preventivas:

  • Las personas que saben que tienen tensión baja deben beber líquido con frecuencia, ya que en días de calor la sudoración provoca que se pierdan cerca de dos litros de líquido que deben reponerse.
    • Hay personas, como los ancianos, que tienen la sensación de sed disminuida por lo que hay que insistir en que ingieran líquidos de una manera regular.
    • Conviene realizar los cambios posicionales de una manera lenta y progresiva, sobre todo pasar de estar tumbado a ponerse en pie. Si se comienzan a notar los síntomas de un mareo, hay que volver a la posición de tumbado.
    • Si la temperatura es muy elevada no son convenientes las comidas copiosas y es muy recomendable aumentar el consumo de frutas y verduras.
    • No se debe abusar de la exposición al sol, sino permanecer durante los días más calurosos en los lugares ventilados y a la sombra. Si aún tomando estas medidas se produce una lipotimia, ¿cuál es el modo de actuar correctamente?

      Cómo actuar

      Si una persona ha sufrido un desmayo hay que actuar para favorecer el riesgo sanguíneo al cerebro, para así asegurar un aporte correcto de oxígeno al mismo. Ante todo, hay que evitar la presencia de curiosos que se amontonen cerca de la víctima, “ya que esta situación trae consigo que el aire que le llega a la persona tendida en el suelo sea insuficiente”, aclara Asunción Mateo. Además, existen una serie de medidas generales a llevar a cabo ante uno de estos desvanecimientos, según indican los tres expertos:

      • Tumbar a la persona en el suelo y subirle las piernas por encima del nivel de la cabeza. De esta manera se aumenta el flujo cerebral y se recupera la conciencia rápidamente. Si no hubiera sitio suficiente para tumbarlo (un autobús, un ascensor?) se debe inclinar a la persona hacia delante y colocarle la cabeza entre las piernas.
      • Si el mareo se produce en un lugar cerrado, se deben abrir las ventanas para asegurar una buena ventilación.
      • Si cuando se produce el desvanecimiento el afectado está en la calle, hay que evitar la exposición al sol.
      • Es fundamental aflojar la ropa de la víctima, sobre todo la que oprima el cuello y la cintura: corbatas, pañuelos, cinturones…
      • Conviene enfriar a la persona afectada y colocarle compresas o paños fríos en la nuca y en la frente.
      • Tras el episodio de mareo, hay que tranquilizar al afectado, que suele ponerse muy nervioso.
      • Después de un desmayo son muy frecuentes las nauseas y los vómitos, por lo que es conveniente mantener a la víctima en posición lateral durante un tiempo para evitar que se atragante con su propio vómito.
      • Está contraindicado dar de comer o beber a la persona que ha sufrido un desmayo si la conciencia no está totalmente recuperada.
      • Cuando la persona crea que está recuperada, se debe incorporar lentamente para evitar el riesgo de otro mareo. Es conveniente permanecer unos minutos en posición de sentado antes de levantarse.

      Aunque generalmente la recuperación después de uno de estos desmayos es rápida y sin secuelas, las lipotimias no están exentas de riesgo. Si la persona está totalmente inconsciente y se le mantiene tumbado hacia arriba existe un riesgo de obstrucción de la vía aérea por su propia lengua, debido a que al desmayarse todos los músculos se relajan. Para evitar esta complicación basta con poner a la persona en posición lateral, además de vigilar su respiración. En opinión de Urkia si el afectado no respira acompasadamente o presenta los labios morados, es muy importante practicarle el boca a boca si se conoce bien la técnica o avisar con toda celeridad a los servicios de urgencia para que acudan en su ayuda, ya que el desmayo “puede reconvertirse en una parada respiratoria, una situación mucho más grave”.

      Asimismo, existen los riesgos derivados del propio desplome del afectado. “Si la pérdida de conciencia ha sido brusca y la persona ha caído al suelo, es decir, se ha producido un síncope, hay que descartar la existencia de otras lesiones como heridas, traumatismos o fracturas”, señala el doctor Villarroel. Además, es muy importante -señala el médico- tener en cuenta que un desplome puede también ser el reflejo de una enfermedad, por lo que es importante que tras sufrir uno de estos episodios la persona afectada acuda al médico para que éste pueda valorar el motivo y, en su caso, administrarle el tratamiento correspondiente.

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