El Ministerio de Sanidad y Consumo recomendó ayer la vacuna antigripal en los grupos de riesgo y recordó que, al ser la gripe un proceso vírico, no es eficaz el tratamiento con antibióticos. Según informa una nota del Ministerio, los grupos de riesgo incluyen a las personas de 65 o más años de edad, pacientes con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares, niños con asma, afectados por enfermedades metabólicas crónicas, insuficiencia renal, hemoglobinopatías o inmunosupresión y personas con otras patologías en las que el médico recomiende la vacunación.
También se aconseja la vacuna antigripal a los individuos potencialmente capaces de transmitir la gripe a los grupos de riesgo, como son el personal médico, familiares, cuidadores y personas de servicios públicos.
El Ministerio recomienda para todo el mundo una única dosis, excepto para los niños no vacunados, que deben percibir dos con un intervalo de al menos cuatro semanas.
La vacunación se debe hacer antes de que aparezcan los primeros casos porque su efecto protector no empieza hasta dos semanas después de habérsela puesto, lo que obliga a no retrasar su aplicación para que en el momento en el que lleguen los virus las personas con mayor riesgo estén en condiciones de defenderse.
Para que el tratamiento tenga mayor eficacia, debe ser utilizada la vacuna correspondiente a la temporada en curso, repetir la vacunación anualmente y hacerlo en el cuarto trimestre de cada año, preferentemente desde finales de septiembre o principios de octubre hasta finales de noviembre.
Ante los primeros síntomas de esta enfermedad transmisible aguda, el Ministerio de Sanidad recomienda acudir al médico de cabecera y subraya que en un proceso vírico no es eficaz el tratamiento con antibióticos.
Entre las medidas para aliviar los síntomas, Sanidad recomienda acentuar el reposo, beber agua y zumos en abundancia, tomar antitérmicos y extremar las medidas higiénicas habituales al estornudar y toser.
En la temporada 2000-2001 en España hubo una actividad gripal asociada a una circulación del virus A (fundamentalmente H3N2), cuya incidencia más elevada se produjo entre el 20 y el 26 de enero y remitió a partir del 16 de marzo. En este periodo de baja actividad gripal se observó un predominio relativo de aislamiento del virus de la gripe B.
