Se cumplen 25 años del descubrimiento del virus causante del sida

El 20 de mayo de 1983 investigadores del Instituto Pasteur aislaron un virus diferente a todos los conocidos hasta entonces
Por EROSKI Consumer 20 de mayo de 2008

Tal día como hoy, pero hace ya 25 años, fue descubierto el VIH, el virus causante de una epidemia mundial que desde principios de los años 80 no ha dejado de crecer, sobre todo en los países menos desarrollados, donde se ha cobrado millones de vidas. El 20 de mayo de 1983, un equipo de investigadores del Instituto Pasteur de París, con el profesor Luc Montagnier a la cabeza, publicaba en la revista «Science» el descubrimiento de un nuevo tipo de virus, aislado a partir de un paciente seropositivo, diferente a todos los virus conocidos hasta entonces y susceptible de ser el causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

Los primeros casos sospechosos de sida habían sido descritos el 5 de junio de 1981 por el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de EE.UU., pero fueron atribuidos a un tipo de neumonía.

La enorme diversidad de secuencias genéticas del VIH es la culpable de que aún no exista vacuna
Un mes más tarde, en San Francisco, varios casos de sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de piel, fueron asociados en algunos enfermos con brotes de neumonía. La conjunción de ambas enfermedades resultaba llamativa, y más teniendo en cuenta que se trataba de pacientes homosexuales. Todos ellos tenían en común carecer del número adecuado de las células sanguíneas conocidas como linfocitos T CD4+. En 1982, la nueva enfermedad era bautizada oficialmente como Acquired Immune Deficiency Syndrome (AIDS).

Fracaso de la vacuna

Pese a que nunca en la historia se habían logrado descubrir tan rápidamente las claves de una enfermedad, 25 años después el sida sigue careciendo de vacuna. La búsqueda de un preparado eficaz ha sido un fracaso en todo este tiempo. El principal problema estriba en la enorme diversidad de secuencias genéticas del VIH. «En una sola persona infectada se presentan más variaciones genéticas del virus que en una epidemia mundial de gripe», señala Gary Nabel, científico del Centro de Investigación de Vacunas de Bethesda (EE.UU.).

Los especialistas coinciden en que hará falta todavía mucho tiempo para desarrollar una vacuna eficaz. «Los investigadores seremos juzgados por lo que seamos capaces de hacer en los próximos 25 años para vencer al sida», afirma Anthony Fauci, del Instituto Nacional de la Alergia y las Enfermedades Infecciosas de EE.UU. En la misma línea, Simon Wain-Hobson, investigador del Instituto Pasteur, opina que no «no habrá una solución inmediata. El túnel va a ser muy largo, pero podemos ver un punto de luz al final».

Robert Gallo, por su parte, advierte de que «es necesario huir de cualquier triunfalismo», y subraya que la imposibilidad de acceder a los tratamientos en la mayor parte del mundo en desarrollo es tan grave como el riesgo de banalizar la pandemia que se observa en Occidente desde hace unos años. Para Luc Montagnier «es desalentador que las cosas no vayan más deprisa», pero confía en que «a medio plazo» se desarrolle «una vacuna terapéutica que restaure el sistema inmunitario de los pacientes, y puede que un día haya una vacuna preventiva».

Las estrategias desarrolladas para combatir la infección han logrado que el número de nuevos seropositivos vaya en clara remisión, pero aun así 2007 se cerró con 33,2 millones de enfermos -2,1 millones niños- en el mundo, 2,5 millones de nuevos casos y dos millones de muertos.

LAV

Montagnier y su equipo bautizaron en un primer momento al nuevo virus como LAV (Lymphadenopathy Associated Virus), en referencia a su asociación con la linfadenopatía, una inflamación de los ganglios que es síntoma precursor del sida. Un año más tarde, el profesor estadounidense Robert Gallo publicó también en “Science” un artículo en el que argumentaba que el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), el retrovirus identificado por Montagnier y sus colaboradores, era efectivamente la causa del sida.

En la actualidad se acepta que el grupo de Montagnier fue el primero en identificar el virus, pero también que el equipo de Gallo contribuyó significativamente a demostrar qué causa el sida. En 1985, ambos científicos acordaron compartir el crédito por el descubrimiento. Montagnier y Gallo compartieron en el año 2000 el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por “el descubrimiento del virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 o virus del sida”.

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