Una de las proteínas producidas por el sistema inmune del organismo, la interferona-gamma (IFN-gamma) es la responsable de que la «Mycobacterium tuberculosis» logre vencer las defensas activadas por el propio cuerpo para reducir a los patógenos, según un trabajo desarrollado por investigadores del Weill Cornell Medical College de Nueva York.
Dirigida por la doctora Sabine Ehrt, esta investigación detalla cómo la interferona-gamma se fija a la membrana celular de la «Mycobacterium» y convierte a dicha membrana en impermeable a la acción del ambiente ácido creado por el sistema inmune para vencer a los patógenos. El experimento, realizado con ratones de laboratorio, explica cómo el sistema inmune del organismo produce toda una batería de defensas ante la presencia de algún agente patógeno, entre ellas una proteína, la interferona-gamma, cuya misión es inhibir la replicación viral o bacteriana. La IFN-gamma es producida por un grupo de linfocitos, las células T, y su secreción comienza a las pocas horas de producirse la infección viral o bacteriana, por lo que desempeña un importante papel en la eliminación precoz de las infecciones.
Uno de los mecanismos activados por el sistema inmune para vencer a las infecciones es provocar un aumento de la acidez en el entorno de la infección, ya que los virus o bacterias no son capaces, por lo general, de sobrevivir a un aumento del pH. Los investigadores del Weill Cornell Medical College han comprobado cómo el bacilo de Koch, o «Mycobacterium tuberculosis», es capaz de sobrevivir y de proliferar en medio de ambientes ácidos que superan una acidez de pH 4,5. Para sobrevivir, la bacteria de la tuberculosis activa un gen, el denominado Rv3671c, que codifica la capacidad de captar la proteína IFN-gamma en la membrana celular de la bacteria, de forma que la impermeabiliza ante la acidez del ambiente.
Los investigadores no han podido determinar si el pH ácido mata directamente a las bacterias o si inhibe su capacidad de replicación. En cualquier caso, frena su proliferación y las erradica del organismo. El equipo dirigido por Sabine Ehrt comprobó que eliminando la interferona-gamma del entorno de la infección, la bacteria de la tuberculosis sucumbe a la acidez intrabacteriana, es decir, a un ambiente de pH ácido. La IFN-gamma actuaría así como un «doble agente»: por una parte, es activada por el sistema inmune para combatir la infección; y, por otra, es captada por las bacterias para reforzar sus membranas defensivas.