Científicos de la Universidad de Salamanca desarrollan un método de diagnóstico para un parásito intestinal que afecta a las gallinas

La enfermedad que provoca repercute en la reducción de la puesta de huevos y en la producción de carne para consumo
Por EROSKI Consumer 1 de diciembre de 2009

El parásito intestinal «ascaridia galli» es responsable, junto con otros patógenos, del deterioro de la calidad de vida de las gallinas, a las que llega a causar un estado de letargo. La ascaridiasis, nombre de la patología causada por este helminto, repercute de forma directa en la reducción de la puesta de los huevos y en la producción de carne para consumo. Científicos de la Universidad de Salamanca (USAL) han desarrollado ahora un método de diagnóstico para detectar este parásito.

El origen del estudio en el que se basa el nuevo método de diagnóstico, liderado por Fernando Simón Martín, profesor del departamento de Parasitología de la Universidad de Salamanca, estriba en el interés de la empresa Ibérica de Tecnología Avícola (IBERTEC) de adecuarse a la Directiva de la Unión Europea 1999/74/CE, por la que en todas las gallinas ponedoras criadas en la Unión Europea (UE) deberán mantenerse en el suelo. Los resultados del trabajo han mostrado que el grado de infección de dicho parásito en las granjas industriales analizadas variaba entre el 12% y el 90%, tal como preveían en un principio los investigadores. «Sospechábamos que con la vuelta al sistema de cría en el suelo de estos animales aparecerían las enfermedades intestinales, tal como se daba en los años 1950 y 1960», señaló Simón Martín.

Estos trabajos han dado como resultado la obtención de un nuevo método de diagnóstico que ha permitido comprobar que los anticuerpos producidos por estas aves pasan también a los huevos. Por ello, con un «sencillo y rápido» análisis en las yemas de los huevos puede saberse si la gallina ponedora está o no infectada, explicó el profesor. No es necesaria así la manipulación de las gallinas que antes, para diagnosticar el parásito, eran sometidas a pinchazos debajo del ala previos al análisis en un proceso lento y problemático, añadió.

Aunque este avance podrá ser utilizado para intentar desarrollar una vacuna contra el parásito, Simón Martín advirtió de la «complejidad de dicho objetivo». El profesor destacó las «ventajas y el menor coste» de unas medidas más básicas, entre las que mencionó «la detección precoz, la separación de las gallinas y una mayor limpieza, frente a la complejidad e incertidumbre de una vacuna». Sobre la transferencia de la inmunidad de las madres a los pollitos, el investigador sostuvo que los anticuerpos que desarrollan las gallinas enfermas «no parecen ejercer una acción protectora».

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