Desarrollan un sistema de liberación controlada de herbicidas para uso agrícola

El nuevo método permite un efecto más duradero del compuesto y una menor contaminación del entorno
Por EROSKI Consumer 6 de marzo de 2009

El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha creado y patentado un sistema de liberación controlada de herbicidas para aplicaciones agrarias. Este sistema permite encapsular el herbicida en un complejo de liposomas y arcilla, que retiene y libera lentamente el plaguicida. Sus ventajas son un efecto más duradero del compuesto y una menor contaminación del entorno, ya que el plaguicida no es arrastrado por el agua.

Los investigadores explican que uno de los efectos indeseados de la aplicación de plaguicidas y herbicidas en la agricultura es la contaminación de los acuíferos, ya que parte del compuesto es arrastrado por el agua de riego o la lluvia a lo largo del perfil del suelo (lixiviación). Otro problema es que al dispersar los plaguicidas por fumigación se volatilizan parte de sus moléculas. El nuevo método permite encapsular y liberar lentamente los plaguicidas de forma que no sólo se evita la lixiviación, sino también la volatilidad de las moléculas, aseguran los expertos.

Este sistema consiste en encapsular el plaguicida en vesículas o liposomas de lecitina, que a su vez se fijan sobre la superficie de arcilla, según explicó Tomás Undabeytia, investigador principal de este proyecto. El producto final es un complejo que aúna liposomas, plaguicida y arcilla y que, a primera vista, tiene un aspecto de arcilla en polvo. Ese complejo, que se aplica disperso en agua, permite que el compuesto químico se libere lentamente, ya que queda fijado a la arcilla. Esto también evita que el compuesto sea arrastrado por el agua de riego o por la lluvia a las capas del subsuelo y a los acuíferos, detalló el científico.

Esta formulación se puede aplicar a moléculas de plaguicidas de cualquier naturaleza, tanto hidrofóbicas, como ácidas y básicas, lo que reduce mucho las complicaciones, según apuntaron los autores del trabajo. Y es que los expertos saben que cuando se habla de plaguicidas, hay que tener muy en cuenta la interacción entre los tipos de compuestos químicos y los diferentes tipos de suelos. Así, en España una gran parte de los suelos de interés agrícola son calcáreos. Estos suelos, con un pH superior a 7, no retienen bien los herbicidas aniónicos, lo que quiere decir que en cuanto hay un exceso de agua, enseguida lixivia todo el plaguicida a las capas inferiores del suelo. De ahí la importancia de un sistema de liberación lento.

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