Gripe aviar y vacunación

La administración de vacunas preventivas contra la gripe aviar suscita dudas entre la comunidad científica
Por Mercè Fernández 23 de noviembre de 2005

Canadá confirmó el pasado 18 de noviembre la infección por gripe aviar en un pato de una granja de British Columbia. Los inspectores en salud animal han puesto la granja en cuarentena e inspeccionan ahora todas las explotaciones que se encuentran en un radio de cinco kilómetros. En China, donde se han confirmado los dos primeros casos de personas infectadas por el virus, las autoridades sanitarias han decidido lanzar una campaña de vacunación masiva para todas las aves de corral, una medida que no esté exenta de problemas.

Las autoridades sanitarias chinas confirmaban la semana pasada los dos primeros casos de personas infectadas por el virus de la gripe aviar. Una de ellas es un niño de nueve años, que se ha recuperado totalmente; el segundo caso corresponde a una mujer que trabajaba en una granja avícola, con desenlace fatal. Los expertos estudian ahora un posible caso, sin confirmar, de la hermana del niño, de doce años, que también enfermó.

Algunas voces se han apresurado a afirmar que en el caso de los hermanos podría tratarse de un episodio de transmisión de humano a humano, extremo que ni ha sido ni podrá ser confirmado por las autoridades sanitarias, ya que las muestras que se tomaron de la niña cuando aún vivía no son adecuadas para los análisis, han explicado portavoces de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En cualquier caso, la crisis de la gripe aviar ya ha sido calificada por las autoridades chinas como «grave», según informa esta misma semana el Canal de noticias News Asia, y tiene visos de empeorar con la llegada del invierno. Las últimas cifras oficiales reconocen hasta 21 brotes este año en granjas de nueve provincias de China, que han afectado a 45 localidades, han causado la muerte de 144.624 aves y el sacrificio de 21,1 millones de animales, según ha explicado a los medios de comunicación el viceministro chino de agricultura, Yin Chengjie. «Aunque algunos brotes en áreas afectadas han sido controlados de forma efectiva, la situación global es todavía grave», afirma Yin Chengjie. El peligro, continúa el viceministro, es que con las temperaturas más frías al virus le resultará más fácil sobrevivir, lo que complica la ya difícil situación.

Para controlar esta crisis, las autoridades chinas decidieron lanzar, hace apenas una semana, una campaña de vacunación para todas las aves en las granjas del país. Con una de las mayores industrias avícolas del mundo, China debe vacunar 5.200 millones de aves, de las cuales ya se han vacunado un 60%, ha asegurado esta semana el Ministerio de Agricultura chino. No deja de sorprender que se haya avanzado tanto: es una ardua tarea aplicar las dos dosis que normalmente se requiere a cada una de las más de cinco mil millones de aves, en un país que combina tanto la gran industria como los pequeñas granjas.

El virus sigue circulando, pero atenuado

Según los expertos, no se produce infección en todos los casos en los que hay contacto con aves enfermas, por lo que podría haber factores aún desconocidos

La vacunación en aves no impedirá que el virus siga circulando aunque, eso sí, se tratará de un virus atenuado. De hecho, entre los grandes inconvenientes que tiene la vacunación de las aves contra la gripe aviar está que no se evita la dispersión del virus, que se puede hallar por ejemplo en las heces de las aves vacunadas. Esa ha sido siempre una de las objeciones a la hora de plantear una vacunación preventiva y por lo que únicamente se recurre a ella como herramienta de control.

Los otros inconvenientes de la vacuna veterinaria tradicional son la imposibilidad de diferenciar entre aves vacunadas y aves infectadas (lo que hace muy difícil detectar un posible brote) y, obviamente, la prohibición para todo el país de exportar aves si se lleva a cabo una campaña de vacunación. La única excepción a esto es Italia, que ha puesto en marcha la vacunación preventiva en el norte del país con una vacuna biotecnológica marcada y con estrictos sistemas de control.

Estos inconvenientes están en la raíz de decisiones controvertidas. Por ejemplo, la dilación de Tailandia en vacunar a sus aves, al inicio de la crisis, respondía a que quería retrasar al máximo la prohibición de exportación, afirmaban voces críticas. Mientras la decisión llegaba, los primeros granjeros afectados perdían sus aves, que eran sacrificadas. La consecuencia fue que empezaron a circular vacunas ilegales y de seguridad dudosa con las que los granjeros que todavía no se habían visto afectados intentaban proteger a sus aves. Pero una vacuna obtenida sin ninguna garantía puede ser el peor remedio, afirman los expertos.

Asuntos sin resolver

Con la aparición de nuevos casos de personas infectadas en China, «empieza a ser urgente disponer de muestras de los virus de aquel país», destaca una de las informaciones aparecidas el pasado 19 de noviembre en ProMed mail, de la Sociedad Internacional para Enfermedades Infecciosas. Sin embargo, aunque China ha compartido información de los virus H5N1 aislados (ha puesto sus secuencia genéticas a disposición de los investigadores de todo el mundo en una base de datos), no ha hecho lo mismo con muestras reales, necesarias para los experimentos biológicos, para saber si la letalidad del virus ha cambiado o si el actual prototipo de vacuna sigue siendo una buena opción. Conocer las variaciones genéticas de un virus sirve para determinar y diferenciar los diferentes brotes, pero eso no es suficiente.

Uno de los motivos que explicaría la lentitud de China en compartir muestras biológicas es que los investigadores de ese país no reciben reconocimiento por su contribución científica, explica en ProMed J. Lubroth, director del Sistema de Prevención de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Otra de las preocupaciones es la que manifiestan los países afectados por los brotes: uno de los motivos por los cuales los países desarrollados quieren muestras de virus es para garantizarse que la vacuna desarrollada contra el H5N1 es efectiva, pero ellos mismos tienen pocas posibilidades de acceder a suficientes reservas de vacunas. Sin embargo, compartir y distribuir virus entre países no es algo simple, y sólo se pueden distribuir a aquellos laboratorios con suficientes medidas de seguridad.

Otra incógnita sin resolver, y no la menos importante, es que aunque la mayoría de casos, que no todos, son debidos al contacto con aves enfermas, no en todos los casos en lo que hay contacto se produce la infección. De hecho, siempre según la información aparecida en ProMed, el número de infectados es una pequeña proporción de todos los contactos entre humanos y aves. Los expertos especulan en esta misma publicación con la existencia de otros factores implicados aún sin identificar.

ES HORA DE EMPEZAR A CAMBIAR

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Frente a los brotes de gripe aviar, lo que hasta ahora siempre se ha aconsejado es el sacrificio de las aves, explica Juan José Badiola, director del Laboratorio de Referencia de Gripe Aviar en España. Pero esto quizás debería empezar a cambiar ya. «El problema es que nos hemos visto imbuidos por la filosofía europea de erradicar los patógenos del suelo», explica este experto, y esa filosofía tiene entre sus estrategias el sacrificio sistemático de las aves, que no dejan de ser «víctimas inocentes».

Algo que sorprende a este experto es que no se hayan desarrollado mejores vacunas veterinarias. «Hoy la biotecnología ofrece muchas posibilidades y es sorprendente que para un virus tan importante como el de la gripe no se hayan obtenido ya vacunas más avanzadas». Uno de los problemas a los que se alude siempre es el económico, aunque, esgrime Badiola, eso no sería nuevo porque es «el trasfondo de todas las vacunas».

Badiola es de los que creen que la pandemia es evitable, «si de verdad se puede acabar con los focos y brotes que se dan en animales». A menos animales enfermos, menos posibilidades de que éstos dispersen el virus a animales y personas, y menos posibilidades de que el virus mute. En su opinión, la alarma suscitada responde en parte a que se trata de un problema que combina la salud y la seguridad alimentaria con la salud, temas hacia los cuales la sociedad se ha sensibilizado en los últimos años. «Y no será el último caso», afirma. «Hay hasta 300 zoonosis en el mundo», explica, así que en los próximos años las crisis de este tipo no serán «precisamente raras».

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