Consejos para hacer la compra con seguridad

Los establecimientos alimenticios, autorizados a abrir durante la crisis sanitaria del COVID-19, pueden ser un punto de riesgo en el contagio del virus si no se toman las debidas precauciones
Por Nacho Meneses 25 de marzo de 2020
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Imagen: Pixabay

Los supermercados y las tiendas de alimentación son, posiblemente, uno de los destinos favoritos de los ciudadanos españoles que, como muchos otros, ven estas semanas enormemente limitada su libertad de movimiento. Por unos breves minutos, aprovechamos el momento de la compra para cubrir nuestras necesidades de abastecimiento y salir del confinamiento en casa que nos obliga el estado de alarma para evitar la propagación del coronavirus. Grandes o pequeños, esos establecimientos de alimentación se cuentan entre los pocos autorizados a mantener abiertas sus puertas, pero la visita no está libre de riesgos. ¿Hasta qué punto nos arriesgamos a un contagio de COVID-19 al hacer la compra? ¿Es necesario tomar todas esas precauciones que nos llegan por las redes sociales o por WhatsApp? Lo explicamos en el siguiente artículo.

El peligro es relativo, pero subestimarlo sería a todas luces imprudente. La COVID-19 se transmite principalmente de persona a persona y no existe a día de hoy ninguna evidencia de su contagio por medio de los alimentos, pero también sabemos que  el SARS-CoV-2 puede sobrevivir a temperatura ambiente en la superficie de los productos y objetos (carritos, estanterías, puertas) de los establecimientos de compra durante cierto tiempo. Si entramos en contacto con el virus y luego nos llevamos las manos a la boca, la nariz o los ojos, es posible contraer la enfermedad.

Y aunque el riesgo cero no existe, hay una serie de medidas que podemos tomar para minimizarlo tanto como sea posible, empezando por las más básicas: si presentamos algún síntoma, no se puede ir al supermercado. Debemos quedarnos en casa y actuar siempre como si pudiéramos contagiar a otros. Y si no tenemos síntomas y necesitamos ir a la compra, las recomendaciones son las siguientes:

Antes de salir de casa para hacer la compra

Antes de salir de casa, conviene tener una cosa clara: cuanto más tiempo pasemos haciendo la compra, mayor será el riesgo que corramos y la posible exposición al virus.

Una planificación adecuada que incluya el menú de los próximos días y una lista de la compra detallada son, por eso, fundamentales, sabiendo de antemano para cuántos días necesitaremos adquirir. “Podemos comprar productos frescos que aguanten un poco más, o conservas. Y, ante todo, comprar lo normal, no cantidades ingentes de comida que no nos van a hacer falta”, argumenta Gemma del Caño, experta en seguridad alimentaria. “Lo ideal sería ir cada cuatro o cinco días; no a diario. No necesitamos pan todos los días…  Se puede congelar o comprar pan de molde integral. También podemos incluir productos como conservas de verduras, caldos, pasta… No hace falta hacer ningún acopio extraordinario”, comenta.

Al salir de casa, no olvides que debes hacerlo solo y con tu propia bolsa. Aparte de evitar el consumo innecesario de plásticos, así podrás ir y volver sin necesidad de tocar los carros o cestas de la compra (aunque estén desinfectados). Dependiendo del establecimiento o de la hora a la que acudas, puede ser que el acceso esté restringido, a fin de evitar las aglomeraciones de clientes y que se pueda mantener la distancia de seguridad necesaria (de al menos un metro) para prevenir contagios. Y una vez dentro, conviene no tocar nada, excepto los productos que se adquieran, eligiéndolos con la vista y sin andar separándolos para, por ejemplo, coger el que está detrás.

Cuidados dentro del súper

Recuerda que, por muchas precauciones que tomes, algún producto (o superficie) puede estar contaminado. Conviene andar por la parte central del pasillo, para evitar toser o hablar encima de los productos; respetar siempre la distancia de seguridad (sobre todo en áreas como la carnicería y la pescadería, donde tendemos a olvidar estas precauciones); y evitar en todo momento llevarnos las manos a la cara, “porque mientras estemos afuera no podremos lavarnos las manos, que es realmente lo más efectivo para eliminar la presencia de coronavirus. Si seguimos todas estas medidas, no necesitaremos guantes ni mascarillas”, esgrime Del Caño.

Algunos establecimientos distribuyen guantes desechables a la entrada, aunque también podemos dirigirnos directamente a la frutería y coger nosotros mismos un par del dispensador. No obstante, para seleccionar la fruta y la verdura, el uso de guantes es siempre necesario. Como medida de precaución adicional, asegúrate de no abrir la boca mientras la estés eligiendo. Y si llevas mascarilla, cuidado: es muy fácil tocarse la cara en algún momento, porque no son cómodas, molestan y se pueden subir, bajar o mover.

Cuando estemos listos para pagar, se debe evitar en la medida de lo posible el uso de monedas o dinero en efectivo, porque es una posible vía de transmisión (no solo de este, sino de cualquier otro microorganismo patógeno). “No solo por nosotros, sino también para proteger al personal de caja. Es mejor pagar con una tarjeta de crédito contactless o con el móvil, para evitar tocar el datáfono”, advierte Del Caño.grafico compra responsable

La vuelta a casa con la compra

Es hora de regresar a casa. Si el desplazamiento se ha hecho en coche, tocar el volante no es un problema, porque al llegar nos lavaremos las manos (y, mientras tanto, seguiremos sin llevárnoslas a la cara). Pero es un buen momento para utilizar un gel desinfectante, si se dispone de él; pero en cualquier caso conviene evitar los geles hidroalcohólicos caseros, ya que, si no está correctamente hecho o validado, puede no estar funcionándonos, y nosotros creer que sí.

“Hay todo un drama montado con que al llegar nos tenemos que quitar la ropa a la entrada, dejar los zapatos en la calle… A ver, no. La ropa deberías quitártela, pero no por el coronavirus, sino por higiene. La podemos lavar, sin más, pero no hace falta meterla en una bolsa ni lavarla a una temperatura diferente”, explica Del Caño. “Y, respecto a los zapatos, claro que conviene quitártelos, pero porque en la calle hay suciedad, excrementos de perro, gente que escupe… No está bien llevarnos eso a la casa, de un lado para otro”, comenta. Una vez puesta la bolsa en la encimera, es el momento de lavarse las manos concienzudamente.

¿Es necesario lavar los envases al sacarlos? “La capacidad de contagio que presentan no es nula, pero sí muy remota”, cuenta Del Caño. “Si, por quedarnos tranquilos, queremos hacerlo, bastará con limpiar los envases no porosos con un paño, agua y lejía”, apunta.

Lo que sigue entonces son buenas prácticas de seguridad alimentaria, aplicables ante cualquier patógeno: una buena higiene de manos, frotar bien la fruta y la verdura en agua abundante; prevenir la contaminación cruzada al usar los cuchillos; y cocinar bien los alimentos, entre otras. “Frente al miedo, siempre el conocimiento. Lo más importante es no tocarnos la cara, lavarnos bien las manos, no estar con otras personas y respetar la distancia de seguridad. Esto es lo más importante, mucho más que mascarillas y guantes, que nos dan una sensación de seguridad que realmente no existe”, recuerda la experta en seguridad alimentaria.

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