Identifican el hongo causante de una enfermedad del ajo que pudre los bulbos durante su almacenamiento

Los investigadores analizan ahora el origen de los agentes patógenos y la posibilidad de que afecte a otros cultivos
Por EROSKI Consumer 6 de abril de 2010

nvestigadores del grupo de Sistemas de producción y protección vegetal sostenible de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han estudiado la causa de una enfermedad del ajo que pudre los bulbos durante su almacenamiento. Tras haber conseguido aislar el hongo causante de la enfermedad, el Fusarium proliferatum, en la actualidad analizan el origen de los agentes patógenos, la posibilidad de que este mismo hongo pueda afectar a otros cultivos, así como el efecto de la temperatura del terreno en todo este proceso.

España, con un total de 52.455 toneladas, ocupa el tercer puesto en el ranking mundial de exportaciones de ajo. Este sector vive momentos complicados, debido sobre todo a las masivas importaciones de ajo desde China, así como a las plagas y enfermedades que le afectan y que provocan grandes pérdidas de rendimiento en campo y almacén. En octubre de 2008, agricultores de la comarca de Vallelado (Segovia) detectaron bulbos de ajo con síntomas de podredumbres en el almacenamiento, consistentes en la presencia de pudriciones húmedas. Más tarde, los mismos síntomas se detectaron en 30 localidades donde se cultivaba el ajo, ubicadas en las provincias de Segovia y Valladolid.

Los agentes responsables de la podredumbre observada fueron identificados como Fusarium proliferatum, por lo que se confirma la presencia del hongo en el campo ajero español tan sólo dos años después de haberse detectado por primera vez en Estados Unidos. Varios científicos han informado además sobre la presencia de fumonisinas (toxinas producidas por el hongo) en bulbos de ajo en Alemania.

El estudio de la UPM despeja las dudas sobre la causa de la enfermedad pero plantea varias preguntas sobre el posible origen de los agentes patógenos, la posibilidad de que estos mismos hongos pudieran afectar a otros cultivos (cebollas, puerros, cebolletas, cebollinos, etc.) o sobre el efecto de la temperatura del terreno durante el cultivo sobre la población del hongo en el suelo o sobre la futura aparición de la podredumbre en almacén. El equipo de investigadores lleva a cabo ahora estudios para dar respuesta a algunas de estas cuestiones.

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