Implicaciones de la contaminación viral de moluscos para la salud pública

Por Jesús L. Romalde 27 de junio de 2002

Los brotes de enfermedades producidas por virus entéricos tras el consumo de moluscos constituyen un peligro importante para la salud pública a nivel mundial. Los virus responsables son principalmente gastroentéricos (Norwalk, Rotavirus, Astrovirus) y el virus de la hepatitis A.

Implicaciones de la contaminación viral de moluscos para la salud pública

Las técnicas de depuración de moluscos bivalvos, aunque efectivas para la eliminación de bacterias, no logran eliminar totalmente las partículas virales. Se hace necesario, por tanto, incluir un criterio virológico en el control sanitario de moluscos.

La importancia creciente de los moluscos como proteína de consumo, junto con la estabilización de la producción pesquera mundial, ha llevado a un desarrollo importante de este campo de la acuicultura. En los últimos años se ha incrementado en nuestro país, sobre todo en Galicia, tanto el número de explotaciones de cultivo de moluscos como su volumen de producción debido al amplio mercado de este producto.

El incremento en el consumo conlleva un problema sanitario asociado ya que en el medio acuático, que es donde se desarrollan estos organismos, se pueden encontrar más de cien especies distintas de virus infecciosos para el ser humano. Estos virus normalmente se transmiten vía fecal-oral y se denominan genéricamente “virus entéricos”.

La contaminación viral de los moluscos

La prevalencia de los virus entéricos en el ambiente atiende a varias causas, pero fundamentalmente a la contaminación humana por aguas fecales ya que las partículas virales son vertidas al medio en las heces de los individuos afectados, donde se encuentran en elevadas cantidades. A través de las aguas residuales, estos virus acceden a todo tipo de aguas superficiales, donde representan un serio riesgo sanitario.

Los moluscos son organismos filtradores y se ha demostrado que el flujo que atraviesa su tracto digestivo puede alcanzar los 20 litros en una hora. Como consecuencia de este flujo, se retienen todo tipo de partículas sólidas, muchas de las cuales son flóculos sedimentarios que pueden transportar partículas virales adheridas o bien partículas virales libres.

Así, moluscos como mejillones, lapas, berberechos, almejas y ostras actúan a modo de concentradores virales naturales. Aunque esta bioacumulación es pasiva (los virus entéricos no se multiplican en el interior del molusco), las partículas víricas se pueden acumular en diferentes órganos y tejidos del molusco donde permanecen estables durante largos períodos de tiempo. El hecho de que muchos de estos moluscos se consuman crudos o poco cocinados es una de las causas de que estas partículas virales lleguen perfectamente viables a los consumidores y sean capaces de producir enfermedad.

Todo esto explica porqué estos organismos filtradores actúan a modo de vectores en la transmisión de enfermedades como hepatitis infecciosa o gastroenteritis, entre otros. Este hecho está potenciado además por el crecimiento de moluscos en áreas típicamente contaminadas por la influencia del hombre, lo cual implica un riesgo serio para la salud pública y la necesidad de una vía de prevención de esta transmisión.

Generalmente, los moluscos responsables de los brotes y epidemias virales provienen de zonas de aguas contaminadas, aunque no es infrecuente que procedan de áreas de agua de “buena calidad”, según las exigencias sanitarias actuales que únicamente incluyen para aguas de cultivo de moluscos normativas en cuanto al número de coliformes fecales y presencia de Escherichia coli. Por ello, una de las líneas de investigación que más se ha potenciado se dirige al desarrollo de técnicas para una detección viral eficaz, tanto a partir de agua y sedimentos como de tejidos de organismos.

Virus entéricos humanos presentes en el agua

Grupo víricoEnfermedad que producen
Enterovirus
PoliovirusParálisis, Meningitis séptica
Coxsackievirus AMeningitis séptica, Enfermedades respiratorias
Coxsackievirus BMeningitis aséptica, Pericarditis, Miocarditis
EchovirusInfecciones respiratorias, Pericarditis, Miocarditis
Hepatovirus
Virus hepatitis AHepatitis infecciosa
Rotavirus
RotavirusGastroenteritis Infantil
Calicivirus
Virus NorwalkGastroenteritis
Adenovirus
AdenovirusConjuntivitis aguda, Enfermedades respiratorias

(*) Profesor Titular de Microbiología. Departamento de Microbiología y Parasitología. Facultad de Biología e Instituto de Acuicultura. Universidad de Santiago de Compostela

Control sanitario

Tal y como ya se ha comentado, la normativa vigente sobre control sanitario de moluscos destinados a consumo se basa en la determinación de los niveles de coliformes fecales y Escherichia coli presentes bien en la carne y líquido intervalvar de los moluscos bien en las aguas de cultivo.

Actualmente, y según los criterios de la Directiva del Consejo de las Comunidades Europeas de 1991 (91/142/CEE), la calidad sanitaria de los moluscos se fija según una clasificación de las zonas de producción en función del número de coliformes fecales y E. coli, de la siguiente forma:

  • Zonas A: para consumo humano directo. Moluscos con menos de 300 coliformes fecales o menos de 230 E. coli por 100 g de carne y líquido intervalvar.
  • Zonas B: moderadamente contaminados, moluscos con menos de 6.000 coliformes fecales o menos de 4.600 E. coli por 100 g de carne en el 90% de las muestras tomadas. Sólo se pueden destinar a consumo después de tratamiento en un centro de depuración o tras su reinstalación en una zona A.
  • Zonas C: fuertemente contaminados, moluscos con menos de 60.000 coliformes fecales por 100 g de carne de molusco. Se podrían destinar a consumo tras un largo período de reinstalación en una zona limpia.

Sin embargo, diversos trabajos han demostrado que no existe una buena correlación entre la presencia viral y bacteriana, siendo la viral mucho más elevada que la bacteriana, tanto en moluscos como en el medio ambiente. Por tanto, el uso de coliformes fecales, como indicadores de presencia viral, no es fiable.

Teniendo en cuenta estas evidencias, el Consejo de la Unión Europea adoptó el año pasado una Decisión (1999/313/CE)(10), vinculante para todos los países miembros, en la que se establece la necesidad de estandarización e inclusión en la normativa de metodologías adecuadas para el control virológico de moluscos bivalvos.

Depuración y métodos de detección

El método tradicional utilizado para prevenir la posible contaminación bacteriana o viral de moluscos es la depuración. Consiste en la colocación del molusco en agua no contaminada o limpia durante un periodo medio de 5 días y se basa en capacidad autopurgante de los moluscos por sus características de organismos filtradores.

Un gran número de trabajos publicados en los últimos años demuestran que las reducciones en el número de coliformes fecales y virus (particularmente HAV) tras el proceso de depuración no están muy relacionadas. Teniendo esto en cuenta, parece que la efectividad de la depuración necesita ser evaluada por separado para cada grupo de patógenos.

La evolución de los métodos de detección

Los procedimientos clásicos de detección de virus en muestras clínicas, como el uso de cultivos celulares o los métodos serológicos, presentan grandes limitaciones para su utilización en la detección de virus a partir de muestras de moluscos o de aguas de cultivo. Estos métodos no poseen suficiente sensibilidad para detectar bajas concentraciones virales (que pueden ser suficientes para ocasionar un brote epidémico) y, además, muchos de estos virus no son cultivables in vitro.

Hoy en día, otras técnicas más sensibles, disponibles gracias al desarrollo biotecnológico, como son el uso de sondas marcadas de ácidos nucleicos o la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) remplazan a los métodos clásicos. El desarrollo y perfeccionamiento de estas técnicas tiene como objetivo un control rutinario de la calidad virológica, superando las dificultades de detección de estos virus. Todo ello proporcionará un nivel de seguridad de cara a la salud pública, previniendo la transmisión de este tipo de virus.

¿Se puede minimizar la transmisión a las personas?

La transmisión de virus entéricos al ser humano puede minimizarse si se establece y estandariza un control virológico de los moluscos destinados a consumo, tanto en lo que se refiere a las áreas de crecimiento como en la etapa de puesta en el mercado. En este sentido, la nueva decisión de la Unión Europea constituye el primer paso para poder erradicar un importante problema de la Salud Pública, que redundará, asimismo, en un beneficio para el sector de la Acuicultura.

Brotes importantes de gastroenteritis viral y hepatitis A asociados con el consumo de moluscos

AÑOPAISMOLUSCONº CASOSVIRUS
1955SueciaOstras629HAV
1961USAOstras84HAV
USAAlmejas459HAV
USAOstras31HAV
1963USAAlmejas252HAV
1964USAAlmejas166HAV
USAAlmejas43HAV
1969USAOstras13HAV
1973USAOstras293HAV
1976Gran BretañaBerberechos797NLV
1978Gran BretañaMejillones41HAV
AustraliaOstras>2000NV
AustraliaOstras150NV
1982USAAlmejas441NV
USAAlmejas659NV
USAOstras230NV
1983USAAlmejas84NV
Gran BretañaOstras181NLV
1984ItaliaMejillones>75HAV
1988USAOstras61HAV
ChinaOstras>200.000HAV
1991CanadaOstras>200NLV
1999EspañaAlmejas188HAV

HAV, virus de la hepatitis A; NV, virus de Norwalk (gastroenteritis); NLV, virus similares a Norwalk (gastroenteritis)

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube