La CE estudiará la necesidad de reforzar la normativa sobre niveles de dioxinas en productos de alimentación animal

Destaca que el sistema de alerta rápida comunitario y los mecanismos de trazabilidad han demostrado su eficacia para detectar los recientes casos en Alemania
Por EROSKI Consumer 10 de enero de 2011

El último caso de contaminación por dioxinas, registrado en miles de granjas en Alemania, ha llevado a la Comisión Europea (CE) a comprometerse a estudiar con los Veintisiete y la industria la necesidad de “reforzar más” la normativa comunitaria de 2001 que regula los niveles de dioxina en productos de alimentación animal como piensos. “Exploraré con nuestros socios europeos y las partes afectadas maneras para reforzar nuestro proceso de supervisión de las dioxinas en la alimentación animal”, confirmó el comisario de Salud y Protección al Consumo, John Dalli.

Img pienso
Imagen: Joe Shlabotnik

El comisario, que permanece en «contacto permanente» con las autoridades alemanas sobre la evolución de la situación, defendió sin embargo que tanto el sistema de alerta rápida comunitario como «los mecanismos de trazabilidad han demostrado su eficacia» para detectar los casos. «La gestión correcta del incidente con dioxinas en Alemania es de máxima importancia para la CE y debe hacerse con urgencia y eficacia», subrayó el comisario, que insistió en que la cooperación entre Bruselas y Berlín «es muy buena» en este caso. Representantes sanitarios de los Veintisiete analizarán la situación los próximos 12 y 13 de enero cuando se reúnan en el marco del Comité Permanente para la Cadena Alimentaria y la Seguridad Animal en Bruselas.

Controles rigurosos

El Ejecutivo comunitario confirmó que Alemania ha exportado hace poco dos lotes de huevos «producidos a partir de alimentos contaminados» con dioxina a Países Bajos, uno de los cuales fue a su vez reexportado a Reino Unido, mezclado con otros productos para alimentación animal. Todavía se está a la espera de verificar «que no haya productos contaminados» exportados a otros países comunitarios, para lo que se llevan a cabo los análisis pertinentes, explicó el portavoz de Salud de la CE, Frédérik Vincent.

El origen de la contaminación estaría en la distribuidora de aceites para producir piensos de animales
Se cree que el origen de la contaminación está en una empresa distribuidora de aceites para producir piensos de animales en el estado de Schleswig-Holstein, donde ácidos grasos destinados al uso industrial se han empleado en la alimentación animal. El Gobierno alemán identificó las granjas afectadas y puso en cuarentena alrededor de 4.700 la semana pasada, la mayoría en Schleswig-Holstein.

El Ministerio de Agricultura del estado federado de Baja Sajonia ha anunciado la reapertura de 3.000 de estas explotaciones. Alemania paralizó también la producción en estas granjas y prohibió exportar sus productos a otros países, además de haber sacrificado a miles de gallinas para contener la contaminación.

Sin riesgo

Bruselas recordó que los huevos exportados no son para consumo humano sino para alimentación animal tras su mezcla con otros productos. También indicó que los primeros análisis en Alemania sólo constatan rastros de dioxina «tres o cuatro veces» superiores a lo permitido y que no constituyen «un peligro para la salud». Los niveles de contaminación de dioxina observados en los primeros análisis en Alemania se sitúan entre 12 y 16 pictogramas por g de grasa, insuficiente a juicio del Ejecutivo comunitario para plantear un riesgo para la salud.

BLOQUEO

Según información de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), las granjas alemanas bloqueadas en fecha de 9 de enero fueron 1.635. Esta medida se impone como consecuencia de medidas de precauciones que sólo se levantarán si se demuestra que los productos que proceden de estas granjas no contienen niveles de dioxinas incrementados. Los países que podrían haber sido afectados por esta contaminación son, según la misma fuente, Francia y Dinamarca.

En el primer caso, los análisis realizados a los piensos reflejan que las cantidades de dioxinas se encuentran por debajo del límite máximo permitido por la UE. En el caso de Dinamarca, los niveles son también inferiores excepto en dos partidas, aunque no se han introducido en el mercado. Si bien se enviaron unos 136.000 huevos potencialmente contaminados a los Países Bajos para transformar en ovoproductos, los resultados han dado negativo.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube