Conseguir un compost supresor de las enfermedades que afectan a los cultivos. Ese es el objetivo con el que trabaja un equipo de investigadores del grupo Aprovechamiento de Residuos Orgánicos en Agricultura (RESIAGRI) de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).
Los científicos señalan que el compost que se obtiene a partir de la basura doméstica, restos de las podas, estiércol, etc., y que los agricultores han utilizado tradicionalmente para fertilizar sus cultivos, tiene efectos que van más allá de la nutrición de las plantas. «Los propios agricultores observan frecuentemente estos efectos beneficiosos del compost y ahora se trata de que los investigadores detectemos cuáles son los agentes presentes en el compost que atacan a los organismos causantes de las enfermedades de dichos cultivos», explica uno de los coordinadores de los trabajos, Fernando Fornes.
El equipo de la UPV desarrolla sus trabajos con el cometido de detectar los microorganismos presentes en el compost que favorecen la supresión de patógenos vegetales, para poder aislarlos, cultivarlos de manera comercial y enriquecer los abonos orgánicos con ellos.
Igualmente, el mismo equipo tiene otra línea de investigación que estudia el uso del compost como ayuda a la descontaminación de terrenos industriales saturados de metales pesados, reduciendo su distribución por el suelo y disminuyendo, por tanto, su contaminación efectiva. Asimismo, este compost permite incrementar el crecimiento de plantas especializadas en absorber y acumular metales pesados, por lo que éstas pueden retirar del suelo una mayor cantidad de los mismos.