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¿Acaparar o no acaparar? He ahí la cuestión
Durante las primeras horas de un apagón puede entrarnos cierto temor, sobre todo por el contexto en el que vivimos, con los recuerdos de una pandemia y la tensión internacional que nos encontramos a diario en las noticias. Por eso podría darnos por ir a la primera tienda de alimentación a nuestro alcance y hacer acopio de alimentos.
Pero esto no tiene mucho sentido. Precisamente la pandemia nos mostró que nuestro sistema alimentario es robusto y asegura la disponibilidad de productos incluso en situaciones tan complicadas como aquella. De hecho, en aquella ocasión, el desabastecimiento de las tiendas se debió precisamente al acaparamiento que muchas personas hicieron, movidas por el temor a la falta de alimentos.
En definitiva, ante un apagón no hay motivo para comprar alimentos en grandes cantidades y sin sentido.

➡️ Primeras horas de apagón: qué alimentos comer
Cuando se produce un gran apagón como el que hemos vivido recientemente, uno de los principales problemas es la incertidumbre de no saber cuánto tiempo va a durar. Obviamente, si va a tratarse de una incidencia de unas pocas horas, no hay mucho que temer ni que preparar.
Quizá no podamos cocinar, porque ahora la mayoría de las cocinas son eléctricas. Pero casi todo el mundo tiene a mano algún alimento con el que resolver sin problema un par de comidas: conservas, embutidos, quesos, frutas…
Durante esas primeras horas, lo recomendable sería recurrir a los alimentos más vulnerables que tengamos en el frigorífico y que se podrían estropear por el aumento de temperatura:, ensaladas de bolsa, yogures, leche abierta, queso fresco, vegetales cortados (frutas, hortalizas, verduras), salsas o cremas (guacamole, humus, etc.), loncheados (embutidos, fiambres, quesos…), etc.
☝️ Eso sí, para poder consumirlos debemos asegurarnos de que su temperatura no ha subido demasiado (no deberían superar los 5 ºC).
➡️ Primeras horas de apagón: qué comida comprar
Si necesitamos comprar algo para salir del paso durante las primeras horas, podemos adquirir alimentos que no necesiten frío y se puedan comer sin necesidad de cocinarlos. Quizá estemos pensando en latas de conserva y similares, pero eso podemos dejarlo como recurso para caso de necesidad en un apagón de larga duración.
En esos primeros momentos podemos optar por algo que quizá nos puede resultar más interesante y menos recurrente, como hortalizas (tomates, zanahorias, pepinos, etc.), verduras (lechuga, espinacas, etc.) o frutas (manzanas, plátanos, peras, naranjas, etc.), por poner varios ejemplos.

Otras prácticas que tener en cuenta para conservar los alimentos
Si tenemos posibilidad de hacerlo, es buena idea introducir un termómetro en el interior del frigorífico en cuanto se produzca la falta de suministro eléctrico para así poder conocer la temperatura cuando lo necesitemos; por ejemplo, cuando vayamos a echar mano de algún alimento y, sobre todo, en el momento en que todo vuelva a la normalidad. Así podremos saber si la temperatura ha aumentado demasiado.
👉 Por lo general, se considera que más de 4-6 horas sin suministro eléctrico ya pueden suponer un problema para la conservación de los alimentos más sensibles (carnes crudas, pescados crudos, ensaladas de bolsa, platos preparados que necesitan refrigeración, etc.).
👌 Pero siempre es importante considerar la temperatura porque los electrodomésticos modernos tienen buenos sistemas de aislamiento y hermeticidad, que permiten mantener la temperatura del interior durante mucho más tiempo. Así pues, si la temperatura se ha mantenido en todo momento en torno a 4 ºC, no hay problema, independientemente del tiempo que haya pasado desde el corte de luz.

¿Qué hacer si queremos estar preparados ante un apagón de larga duración?
Es poco probable que se pueda producir un apagón de larga duración. De hecho, acabamos de vivir el primer gran corte de luz masivo, y además no ha sido muy prolongado.
Pero, en cualquier caso, si queremos tener un pequeño kit doméstico para casos de emergencia, tal y como recomendó hace unas semanas la Unión Europea, podemos tener en cuenta algunas cuestiones en lo que respecta exclusivamente a la alimentación:
- Para empezar, si nuestra cocina es eléctrica y queremos comer caliente, quizá convendría hacerse con una pequeña cocina de gas, de las que se utilizan para ir de camping.
- También podemos hacer aprovisionamiento de alimentos que puedan almacenarse a temperatura ambiente y tengan larga vida útil, como leche esterilizada (la que compramos habitualmente en tetrabrik), conservas (que podemos encontrar de todo tipo: pescados, legumbres, verduras, hortalizas…), frutas desecadas, frutos secos, barritas energéticas, pan tostado, alimentos desecados o liofilizados (sopas de sobre, leche en polvo, etc.).
- Eso sí, a la hora de la compra siempre conviene comprobar la fecha de duración para tratar que sea lo más larga posible, y también cada cierto tiempo, una vez que ya tenemos esos alimentos almacenados en casa, para cerciorarnos de que esa fecha no ha vencido.
- Por supuesto, también es fundamental almacenarlos en buenas condiciones, es decir, en un lugar fresco, seco y alejado de la luz solar, de olores agresivos y de sustancias peligrosas.