Triptólemos es el héroe de la mitología griega que recibió de la diosa Ceres los conocimientos del mundo de la agricultura y representa el paso del paleolítico al neolítico. La gran revolución que permitió el desarrollo de toda la cultura humana. La Fundación Triptólemos para el desarrollo agroalimentario se constituyó recientemente con el objetivo de colaborar en el aumento de la disponibilidad y seguridad de los alimentos en unas condiciones que generen confianza en el sistema alimentario por parte de la sociedad.
El embrión físico se encuentra en el equipo de Dirección de un máster de gestión en Empresas Agroalimentarias de la Fundación Bosch i Gimpera de la Universidad de Barcelona, que generó un debate sobre los temas agroalimentarios y la sociedad en todas sus implicaciones.
La Fundación, presidida por Don Federico Mayor Zaragoza, agrupa incialmente a seis univerdidades públicas catalanas: Universidad Politécnica de Catalunya, Universidad de Barcelona, Universidad Autónoma de Barcelona, Universidad de Lleida, Universidad de Girona y la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. También participan los productores agrarios representados por CAE (Confederación de Cooperativas Agrarias de España), empresas de elaboración pioneras en sus áreas como Freixenet, Casademont, Corporación Aimentaria Peñasanta, Danone, Gallina Blanca, Nestlé y Nutrexpa y entidades financieras como Rabobank, un banco holandés especializado en el sector alimentario.
El hecho alimentario es el primer eslabón de la calidad global de la vida por la que estamos tan preocupados. Esta preocupación es la que motiva que la disponibilidad, la calidad de los alimentos y la confianza en los mismos sean los fundamentos de toda vida digna, y en ello merece invertir todos nuestros esfuerzos. Esta filosofía ética fue la que consiguió unir un conjunto de entidades que la compartían con la voluntad abierta a todo aquel que la suscriba.
Promover el diálogo y la interacción entre todos los actores que intervienen en la cadena alimentaria. Esto se lleva a cabo a través de cualquier acción que favorezca la eficacia máxima del sistema, tanto en investigación como en producción, seguridad, disponibilidad, distribución, formación e información, entre otros aspectos. Pero, además de estos objetivos, la finalidad básica es alcanzar un clima de confianza entre todos los involucrados, incluido el consumidor final que, al fin y al cabo, es lo que somos cada uno de nosotros.
El problema del hambre en el mundo es muy complejo. Evidentemente, la investigación sobre la mejora de las capacidades productivas es muy importante, pero intervienen otros factores críticos como, por ejemplo, los precios, que tienen que permitir una vida digna a los productores, la capacidad adquisitiva y la estructura política. En la diagnosis del problema del hambre no hay que olvidar los trabajos de Amartya Sen, Premio Nobel de economía en 1998, quien, entre otras premisas, comentó que “la escasez implica hambruna pero no viceversa”.
La expresión citada hay que situarla en el contexto de que históricamente la problemática alimentaria es la que ha movido la historia. La Fundación Triptólemos aspira a que en el futuro la problemática alimentaria no sea problema endémico de la humanidad. Y es en este sentido donde se debe abrir una nueva etapa de la historia.
Las seis universidades que participan como patronos fundadores de la Fundación trabajan en diversos campos de la investigación agroalimentaria. Se han iniciado proyectos de investigación de interés común entre universidades y empresas productoras que podrán dar lugar a tesis doctorales cuyos realizadores serán a su vez mayores conocedores de las problemáticas empresariales y, por lo tanto, estarán mejor preparados para desarrollar un futuro trabajo en las mismas.
Depende. Al hablar de calidad se crea generalmente una confusión porque no se explicita de qué calidad se habla. En los productos alimenticios al menos hay tres conceptos de calidad, como son: higiénica, nutricional y sensorial. Sólo el cumplimiento de los estándares de calidad en higiene y nutrición, que a su vez van evolucionando según los conocimientos, dan seguridad objetivizable. Por ejemplo, en el siglo XIV ya existían normas higiénicas alimentarias. Otra cosa es que se relacione calidad sensorial con seguridad. Muchas veces esta relación no existe.
Se están ya proyectando publicaciones que ayuden a formar al consumidor para que pueda interpretar y tener criterio sobre la información de que dispone sobre los productos alimentarios que compra y para que observe que no todos los puntos de la cadena alimentaria informan con la misma amplitud. Éste es un problema señalado en el libro blanco sobre seguridad alimentaria de la Unión Europea. A medida que haya más formación las alarmas infundadas serán menores.
Sí, evidentemente, y nace con la vocación de ayudar a todos los elementos implicados a trabajar con eficacia, rigor y transparencia, de tal forma de que nazca una confianza en el sistema alimentario, sabiendo, eso sí, que no existen ni el cero defectos ni el riesgo cero. La confianza en el sistema no se fija en partes por millón ni en probabilidades, sino que es una actitud basada en el conocimiento global de las cosas bien hechas.
