Alimentos de IV gama: seguros y listos para consumir

Con solo abrir la bolsa, ya tenemos una ensalada lista para comer. Cada vez hay más productos de la llamada IV gama, pero no todos saben diferenciarlos de los vegetales frescos
Por Maite Pelayo 14 de julio de 2025
alimentos de IV gama y seguridad alimentaria
Los alimentos de IV gama son productos vegetales frescos —frutas, verduras, hortalizas, setas y tubérculos— que han sido lavados, cortados y envasados en condiciones que garantizan su seguridad e higiene, sin perder sus propiedades naturales. Estos alimentos no se someten a tratamiento térmico ni llevan conservantes, sino que se mantienen frescos gracias a su envasado y refrigeración. Se caracterizan por estar listos para su consumo —o cocinado— sin necesidad de una preparación previa adicional, como las ensaladas de bolsa, frutas peladas y troceadas o verduras y hortalizas en trozos.

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Estos alimentos son una opción sencilla para incorporar más frutas y verduras a la dieta diaria, e ideal para quienes buscan comodidad sin renunciar a la frescura, por lo que su consumo está creciendo, pero ¿son seguros? Se nos pueden plantear dudas respecto a la posible salubridad de estos productos, que se comen generalmente crudos, por la presencia de posibles contaminantes que podrían comprometer su seguridad alimentaria.

Hemos hablado con productoras e investigadoras expertas en productos de IV gama para comprobar de primera mano la seguridad de este tipo de alimentos.

De la huerta a la mesa

El proceso de producción es similar al que realiza un consumidor al preparar sus vegetales en casa, pero a lo grande: seleccionar, cortar, lavar, y solo con un único paso añadido, el envasado.

El proceso comienza en el campo, con los proveedores y el cultivo de las verduras y hortalizas. Muchas de estas empresas trabajan estrechamente con agricultores locales, promoviendo prácticas agrícolas que respetan el medio ambiente. “Esto nos permite garantizar la frescura y calidad de las materias primas”, asegura Leyre Herranz, responsable de una de las principales empresas productoras de IV gama.

productos de IV gama dudas frecuentes
Imagen: iStock

🔸 Selección y lavado

Al llegar a las instalaciones, los vegetales son sometidos a una rigurosa inspección para asegurar que cumplen con sus estándares de calidad. Se suele utilizar tecnología de visión artificial para detectar y descartar cualquier producto que no cumpla con estos criterios, entre otras medidas.

Los productos se lavan con agua fría para eliminar impurezas y garantizar la seguridad alimentaria, a la vez que se mantiene la frescura del producto. El agua utilizada es potable e higienizante y se controla periódicamente para certificar su calidad.

🔸 Secado y envasado

Tras el lavado, los vegetales se cortan y se secan cuidadosamente para eliminar el exceso de humedad, manteniendo su textura y frescura. Después de los últimos controles de calidad, el producto es pesado, embolsado y distribuido en frío a los puntos de venta.

Todo el proceso se completa en menos de 10 minutos, lo que garantiza la frescura y calidad.

🔸 Control de temperatura

La clave para mantener intactas sus características es el frío. Se suele recolectar a primera hora de la mañana y se mantiene la temperatura en todo el proceso entre 1 °C y 4 °C. Esta cadena de frío no deberá romperse en ningún momento desde la recolección hasta el consumo, incluido el transporte hasta el hogar.

🔸 Medidas de higiene

Un factor importante a la hora de garantizar su seguridad es la higiene. Los espacios de IV gama están pensados para la seguridad de estos alimentos, por eso, además de controlar la temperatura, en las plantas de producción la limpieza es esencial.

Rigurosos sistemas de control, que incluyen análisis regulares, garantizan que los productos sean manipulados en un ambiente higiénico. Además de una formación estricta, los técnicos van correctamente equipados y siguen un exigente protocolo de manipulación.

Garantías sanitarias

A pesar de este proceso de producción y de los sistemas de control, sigue habiendo dudas sobre la seguridad de estos productos. ¿Realmente hay riesgo de contaminación?

ensalada cuarta gama
Imagen: iStock

“Como en la producción de cualquier alimento vegetal, sea de IV gama o no, los microorganismos más preocupantes son aquellos que pueden estar presentes desde la producción primaria y contaminar los vegetales a través del uso de fertilizantes orgánicos no adecuados, la presencia de animales en cultivos o el uso de agua de riego contaminada”, explica Ana Allende, profesora de investigación y miembro del Panel BIOHAZ de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

“En el caso concreto de los productos de IV gama también hay riesgo de contaminación durante el proceso de lavado por el uso de equipos o utensilios y las manipulaciones no higiénicas que podrían introducir virus y bacterias productores de enfermedades, como la listeria, que además pueden persistir en las plantas de procesado de productos vegetales de IV gama”, añade Allende. Por eso, esta experta pone el foco en la prevención para evitar contaminaciones microbiológicas que luego pueden ser difíciles de eliminar.

Análisis de la calidad

“A pesar de estos riesgos, el estado sanitario de los productos de IV gama que podemos encontrar es, en general, bueno y su calidad microbiológica es correcta. Hay que destacar la especial importancia de la calidad del agua utilizada, tanto de riego como de lavado”, analiza Gloria Sánchez, investigadora del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC) y especialista en seguridad microbiológica de alimentos.

“Todos los análisis que se han hecho recientemente en distintos países, incluyendo España, de la calidad del agua de lavado de la industria de IV gama indican que el uso de higienizantes —cloro o derivados autorizados— es una práctica que se realiza en la gran mayoría de las plantas productoras de nuestro país, lo que reduce mucho la carga microbiológica. Esto indica que la posibilidad de encontrar patógenos en estos productos es muy baja”, analiza la experta.

Pero advierte: “Precisamente, el hecho de que se trate de productos listos para consumir es donde reside el riesgo. Por eso, la prevención es la mejor herramienta de seguridad alimentaria en estos productos”. Algo con lo que Ana Allende coincide. “Es importante entender que las frutas y hortalizas de IV gama se consumen crudas, por lo que no existe ningún tratamiento térmico que elimine bacterias o virus presentes, lo que eleva el nivel de riesgo si se produce una contaminación”, añade Gloria Sánchez.

Certificaciones

Por eso, para garantizar su calidad e inocuidad, estos alimentos no solo se someten a estrictos controles de cumplimiento de normativas de seguridad alimentaria a nivel nacional e internacional, sino que cuentan a menudo con certificaciones, sellos de calidad y de seguridad, como IFS Food o BRC (British Retail Consortium), que certifican que se trabaja con los máximos niveles de higiene, trazabilidad y seguridad alimentaria, respetando también el medio ambiente mediante técnicas agrícolas sostenibles.

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