Tratado europeo sobre agua y salud

Entra en vigor el tratado europeo de prevención de enfermedades relacionadas con el agua
Por Marta Chavarrías 25 de agosto de 2005

El acceso a agua potable es un lujo que no pueden permitirse casi 140 millones de personas en Europa, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por este motivo, las autoridades sanitarias internacionales apoyan de forma incondicional la lucha para garantizar este servicio. El pasado 4 de agosto entraba en vigor en Europa un tratado para prevenir las enfermedades relacionadas con el agua.

Con la entrada en vigor del Protocolo sobre Agua y Salud se ha puesto en marcha el «primer acuerdo internacional legalmente obligatorio en el mundo de lucha contra enfermedades relacionadas con el agua», tal y como reconoce Marc Danzon, director de la OMS en Europa. Según esta organización, la carencia de agua potable segura y el saneamiento amenazan la salud de millones de personas en Europa. De los 140 millones de personas que no disponen de conexión doméstica de agua potable, 85 millones no han logrado mejorar el saneamiento.

El documento aprobado, que ha obtenido la ratificación de 16 países (Albania, Azerbaiján, Bélgica, República Checa, Estonia, Finlandia, Francia, Hungría, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Noruega, Rumania, Rusia, Eslovaquia y Ucrania), ordena a mejorar los sistemas de salud, así como la calidad de sus reservas de agua, sus servicios sanitarios y la administración de los recursos acuíferos. Del mismo modo, fija como prioridad adelantarse a futuros riesgos de salud pública y garantizar un entorno saludable. Hoy por hoy, uno de los principales problemas es que muchos de estos recursos acuíferos los comparten varios países a la vez, y algunas naciones dependen de sus vecinos para obtener hasta un 90% del agua que necesitan.

Agua y enfermedades

Cólera, disentería y Escherichia coli son algunas de las enfermedades relacionadas con el agua

Las enfermedades relacionadas con el agua de origen microbiológico que se identifican incluyen el cólera, la disentería y la Escherichia coli, entre otras. Ahora, con el protocolo los países deberán ratificar sus sistemas de vigilancia de la enfermedad y las detecciones de brotes, y aplicarán medidas de vacunación o de tratamiento de aguas para reducir el número de estas enfermedades.

Los brotes epidémicos provocados por la existencia de microbios en el agua potable pueden llegar a afectar a cientos de miles de personas en todo el mundo, según la OMS. De hecho, en los últimos años se han visto afectadas por el consumo de agua contaminada distintas comunidades, grandes y pequeñas, de algunos de los países más desarrollados del mundo. Algunos de los brotes epidémicos han causado E.coli O157 y Campylobacter en Canadá y Cryptosporidium en Estados Unidos, Japón y Francia, lo que demuestra que no puede bajarse la guardia.

Guías de prevención

Actualmenta, la lucha para garantizar el abastecimiento de agua potable en todos los países del mundo cuenta con una extensa publicación de la OMS, que se traduce en forma de guías para la calidad del agua potable. En el momento de su publicación, esta aportación supuso un cambio de «orientación desde el punto de vista de la salud pública ya que garantizan a las autoridades responsables centrarse en la contaminación microbiológica y química de las aguas utilizadas», afirma Kerstin Leitner, subdirectora general de la OMS para el Desarrollo Sostenible.

Una de las particularidades de estas guías es generalización, ya que son útiles tanto en sistemas urbanos de abastecimiento de agua potable de América del Sur como en pozos protegidos en países en vías de desarrollo. El enfoque que se le había dado hasta ahora al control del agua potable se centraba en el análisis de muestras, un análisis que no permitía detectar el problema hasta después de haberse consumido el agua. Aquí el factor de prevención no juega ningún papel, a pesar de su importancia.

En las guías pueden encontrarse recomendaciones como el control desde un enfoque holísticos y sistemático, que incluya desde la fuente al grifo, y garantizar que las presas o depósitos, o los pozos locales, no estén expuestos a ningún tipo de contaminación derivada de residuos urbanos y animales. Para Michael Rouse, presidente de la International Water Association (IWA), la tercera edición de las guías constituye uno de los «avances más importantes registrados en la esfera de la salud pública y el agua desde la introducción del cloro».

HECHOS Y CIFRAS

Img aguamineral

A pesar de que pueda resultar chocante, en los países más desarrollados económicamente continúan dándose brotes epidémicos relacionados con el agua. En la mayoría de los casos, estos brotes están relacionados con la contaminación de los sistemas de abastecimiento de agua sin tratar, a lo que se une además la ausencia de procedimientos de desinfección o fallos detectados en estos métodos.

Los datos son claros. En Noruega, por ejemplo, entre 1988 y 2002 se registraron 72 brotes que afectaron a más de 10.600 personas debido a la contaminación o desinfección defectuosa. De 1992 a 1995, el Reino Unido confirmó 26 brotes de enfermedades intestinales infecciosas transmitidas por el agua. A pesar de las mejoras introducidas en Europa Oriental, las enfermedades relacionadas con el agua tienen una incidencia superior a la registrada en otros países. En América Latina y el Caribe, sólo el 24% de la población urbana dispone de algún tipo de sistema de vigilancia y control del agua. En Honduras, Nicaragua, Haití, Guyana y Bolivia, más del 50% de la población sólo tiene acceso a agua corriente potable menos del 50% del tiempo.

En cuanto a las enfermedades, la diarrea provoca la muerte de 1,8 millones de personas al año, de las que un 90% son niños menores de cinco años, principalmente procedentes de países en vías de desarrollo. En el 88% de los casos se piensa que son producto de un abastecimiento de agua insalubre y de un saneamiento y una higiene deficientes. Según la OMS, la mejora de la calidad del agua bebida mediante el tratamiento del agua doméstica con la cloración en el punto de consumo puede reducir de un 35% a un 39%.

El problema del abastecimiento potable del agua está incluido en los Objetivos del Milenio (ODM), algo que facilita que la comunidad mundial lo haya reconocido como de vital importancia. Koki Annan, secretario general de las Naciones Unidas, ha admitido que no se acabará con ninguna de las «enfermedades infecciosas que asolan al mundo en desarrollo si no se gana antes la batalla para asegurar la disponibilidad de agua potable, saneamiento y asistencia sanitaria básicas».

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