“Unos 120 millones de niños de 5 a 14 años de edad se encuentran en situación de trabajo infantil”, advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La cifra debería escandalizar. Es la misma que toda la población de México, a punto de ser uno de los diez países más poblados del planeta. El 12 de junio se conmemora el Día mundial contra el trabajo infantil y se recuerda a aquellos niños que no pueden serlo, porque se hallan en situación de pobreza, sin protección, en ocasiones sin familia… Este año la OIT reclama con motivo de este día una educación de calidad como factor clave en la lucha contra el trabajo infantil.
NO al trabajo infantil, SÍ a una educación de calidad
El lema de este año está claro: «NO al trabajo infantil – SÍ a una educación de calidad». La educación se considera una herramienta eficaz para combatir el trabajo infantil y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) centra en ella el Día mundial contra el trabajo infantil. Según sus datos, se estima que unos 120 millones de niños de 5 a 14 años de edad se encuentran en esta situación. «La persistencia del trabajo infantil tiene sus raíces en la pobreza, la falta de trabajo decente para los adultos, la falta de protección social y la incapacidad para asegurar la asistencia de los niños a la escuela hasta la edad mínima legal de admisión al empleo», señala la OIT.
Por ello entre sus reivindicaciones destaca tres:
- Una educación de calidad, gratuita y obligatoria para todos los pequeños, al menos hasta la edad mínima de admisión al empleo, y emprender acciones para llegar a los menores que están en la actualidad en situación de trabajo infantil.
- Nuevos esfuerzos para asegurar que las políticas nacionales sobre trabajo infantil y educación sean coherentes y eficaces.
- Políticas que garanticen el acceso a una educación de calidad e inversiones en personal docente.
La finalidad, subraya Misiones Salesianas, es luchar «para que niños y niñas puedan vivir su infancia con alegría». Por ello apuesta por programas educativos con el objetivo de que los jóvenes puedan elegir profesión en vez de trabajar en lugares como mercadillos, restaurantes o la calle. «Además, son trabajadores silenciosos porque desconocen sus derechos y difícilmente se rebelan», advierte Ana Muñoz, portavoz de esta organización, quien alerta también sobre las consecuencias de las largas jornadas a las que se somete a los pequeños o los pesos que tienen que acarrear y que «causan malformaciones y enfermedades crónicas en cuerpos que no están preparados para ello, baja autoestima e, incluso, depresión».
Manos Unidas también se une «a todas las voces que claman para que todos los niños del mundo tengan acceso a una educación de calidad, que les permita romper el círculo de la pobreza que los oprime». Con motivo de este Día, destaca el programa de reinserción escolar que apoya en la localidad de Ongole (Andhra Pradesh, India), donde niños y niñas de 4 a 15 años logran acceder a la educación en una zona donde prima el abandono escolar y la nula escolarización de la mayoría de los pequeños.
Trabajo decente para los jóvenes
Junto con las anteriores reivindicaciones, la OIT ha editado el segundo volumen de la serie «Informe mundial de la OIT sobre el trabajo infantil». En él se constata que el trabajo infantil mantiene una estrecha unión con el empleo juvenil, esto es, es una continuación del anterior. Por ello de nuevo se apela a la educación como herramienta para el empoderamiento de los pequeños. Está comprobado que la educación reduce la situación de vulnerabilidad de los niños y les da más facilidades para encontrar un empleo en la siguiente etapa.
La educación reduce la situación de vulnerabilidad de los niños
Preocupan sobre todo los trabajos considerados peligrosos entre los adolescentes de 15 a 17 años, ya que están «por encima de la edad mínima de admisión al empleo en la mayoría de los países, pero legalmente son considerados aún como niños». Niños en situación de trabajo infantil. En este sentido, el Senado ha aprobado este año la creación de una Comisión de Estudio sobre trabajo infantil, encargada de asegurar que los productos que llegan a España procedentes de otros países no han sido realizados por menores. El objetivo es no contribuir a fomentar la fabricación de artículos por parte de quienes, a su edad, solo deberían tener juguetes entre sus manos.
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ), precisamente, ha recordado que «detrás de muchos productos que compramos cotidianamente existe explotación infantil», por lo que ha hecho un llamamiento a los consumidores «para que realicen un consumo más crítico y responsable». La CECJ insiste en la importancia de conocer en qué condiciones se han elaborado los artículos «para evitar la violación de los derechos de la infancia». Asia-Pacífico es la región donde se registra un mayor número de menores trabajadores, aunque en África la incidencia es mayor, con más del 20% de los niños en situación de trabajo infantil. Por sectores, seis de cada diez menores trabajan en la agricultura. «En la cosecha del cacao en África trabajan 284.000 niños y niñas, y más de 12.000 lo hacen de manera forzosa, sometidos a abusos y en condiciones de esclavitud. En el caso del algodón, en Uzbekistán, niños y niñas son obligados cada año a participar en la recogida. En India, en la campaña de 2010 trabajaron 400.000 menores», recuerda la CECJ.