Enfermedades olvidadas: si las tuvieras, quizá no recibirías tratamiento

Algunas enfermedades tropicales provocan más del 11% de las muertes en todo el mundo, pero solo el 1% de los medicamentos las combaten
Por Azucena García 16 de junio de 2015
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Imagen: e-MagineArt.com

En el mundo hay enfermedades olvidadas. Y no porque haya pocos casos. En ocasiones ocurre más bien al contrario. Pero su particularidad es ser enfermedades que padece la población de los países del Sur. Un caso relevante ha sido la crisis del virus del Ébola: mentras en Europa se ponía todo el empeño en curar a los escasos pacientes afectados, en África han fallecido más de 11.000 personas, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicados a comienzos de mayo. Este artículo recoge cuáles son las patologías desatendidas en todo el mundo.

Enfermedades olvidadas

Las enfermedades tropicales son las principales afecciones desatendidas, pese a que provocan más del 11% de las muertes en todo el mundo. Según la iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi), entre 1975 y 2004 se aprobaron 1.556 nuevos medicamentos, pero solo 21 (1,3%) «fueron desarrollados específicamente para las enfermedades tropicales y la tuberculosis».

Unos 350 millones de personas en 98 países (incluido España) están en riesgo de contraer Leishmaniasis

Médicos del Mundo lamenta que dolencias como estas no figuren en la agenda de salud, ya que la consecuencia es la invisibilización de unas enfermedades que afectan a millones de personas. Uno de los ejemplos más claros ha sido el ocurrido con la epidemia del virus del Ébola, que ha causado más de 11.000 muertes en África.

Cuando las patologías afectan a personas de países del Sur es más frecuente que se carezca de medicamentos para tratarlas. Varias ONG han denunciado que esto se debe, entre otras razones, a que los pacientes no pueden afrontar el coste de los tratamientos, lo que supondría que su salud quedaría en manos de su bolsillo. Las siguientes son las afecciones que se enfrentan a esta realidad.

  • Enfermedad del sueño. La mosca tsé-tsé es la causante de esta patología debido a un parásito que causa más del 90% de los casos. Los síntomas varían según el estadio de la dolencia. En el primero pasan por fiebre y debilidad, por lo que son más sencillos de curar. En la segunda fase, estos síntomas empeoran porque «el parásito alcanza el sistema nervioso central», advierte Médicos Sin Fronteras (MSF). Para este segundo periodo se emplea el medicamento conocido como TCNE. La Organización Mundial de la Salud incluyó en 2009 el TCNE en la lista de medicinas esenciales. Sin embargo, «en algunos países, como República Centroafricana, aunque el tratamiento se usa en el terreno, los protocolos nacionales todavía no se han adaptado a esta realidad», subraya MSF. Los conflictos que se viven en el continente africano contribuyen a su expansión, después de haberse controlado en los años sesenta.
  • Leishmaniasis. Unos 350 millones de personas en 98 países (incluido España) están en riesgo de contraer esta enfermedad transmitida por mosquitos -cada año se diagnostican 1.300.000 nuevos casos-. Se la considera una patología asociada a situaciones de pobreza ya que, entre otros aspectos, su tratamiento es muy costoso.
  • Chagas. Unos ocho millones de personas en el mundo padecen esta dolencia, que cada año causa 12.000 muertes. Es endémica en 21 países y no endémica en otros tantos, entre ellos España. Como en los anteriores casos, se transmite a través de la picadura de insectos y, como en la leishmaniasis, es una enfermedad asociada a la pobreza. «Solo existen dos medicamentos para combatir el Chagas: el benznidazol y el nifurtimox. El primero lo fabrica una única empresa y su disponibilidad está en peligro. El segundo se suele utilizar cuando se descarta el primero, ya que presenta más efectos secundarios. Ambos fármacos se desarrollaron hace más de 40 años. No están adaptados para uso pediátrico ni para mujeres embarazadas», explica MSF.
  • Malaria. En todo el mundo, hay 219 millones de personas afectadas y 660.000 muertes. «Aproximadamente la mitad de la población mundial está en riesgo de contraer malaria», indica MSF. Hacer frente a esta afección supone un coste anual de 12.000 millones de dólares. Un centenar de países son víctimas de ella, sobre todo en el sur del planeta. Lo curioso de esta dolencia es que los síntomas se sienten entre 8 y 30 días después de infectarse. Un diagnóstico precoz de la malaria «puede evitar que evolucione a la forma grave y potencialmente mortal de la enfermedad», advierte MSF.
  • VIH en niños. En todo el mundo hay 3,2 millones de menores infectados con VIH/sida. Cada día mueren 530 pequeños por esta causa, en su mayoría, en África Subsahariana. MSF destaca la situación de los niños y advierte: «Es especialmente preocupante. Se estima que 9 de cada 10 niños con VIH/sida no pueden acceder a los medicamentos antirretrovirales que pueden salvarles la vida. La mitad de ellos morirá antes de cumplir los dos años si no recibe tratamiento».
  • Enfermedades filariales. El número de personas afectadas asciende a 175 millones en todas sus variedades. Su principal inconveniente radica en el tratamiento, ya que en algunos casos debe mantenerse durante cinco años y de 12 a 15 años en otros casos.

La falta de apoyo a la salud a través de la cooperación al desarrollo

El Informe 2014 «La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria», elaborado por Médicos del Mundo, Medicusmundi y Prosalus, denuncia el «continuo descenso» de ayuda oficial al desarrollo destinada al sector de la salud. En este sentido, destaca que los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) del ámbito de la salud no se lograrán y apela a que los Objetivos de Desarrollo Sostenible tengan en cuenta esta circunstancia.

Preocupa el «continuo descenso» de ayuda oficial al desarrollo destinada a la salud

La OMS propone la Cobertura Sanitaria Universal «como el objetivo mundial principal para la salud en los próximos años», recuerdan las ONG citadas. No obstante, añaden «al compromiso político le debe seguir un compromiso financiero», algo que choca con el descenso en la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). En el caso de España, en 2013 destinó el 0,16% de su PIB a AOD, «muy lejos de la media del conjunto de donantes, que prácticamente le dobla con el 0,3%», recuerdan.

Preocupa que no haya «señales claras de recuperación», lo que pone en serio riesgo la salud de millones de personas. Los 72 millones destinados en 2012 se redujeron a 38 millones en 2013, y esta disminución se ha mantenido. Por ello las ONG llaman a la reflexión: «La magnitud de las emergencias ha hecho que queden sin cubrir las necesidades humanitarias de 30 millones de personas».

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