Entrevista

Federica Romeo, presidenta de Cineastas en Acción

La solidaridad ciudadana es la mejor arma contra la crisis
Por Azucena García 26 de octubre de 2013
Img federicaromeo
Imagen: CONSUMER EROSKI

En plena crisis montó una ONG. Federica Romeo, presidenta de Cineastas en Acción, no escuchó a quienes le advertían de que no era el mejor momento y se dejó llevar por su instinto y sus ganas de ayudar. “Cada uno tiene que perseguir sus propios sueños”, defiende. Hoy cuenta con el apoyo de profesionales del mundo del cine y acaba de regresar de Senegal, donde llevan a cabo varios proyectos. Quieren rehabilitar una casa de mujeres, organizan viajes solidarios y el año pasado iniciaron un proyecto de intercambio de videocartas entre alumnos de colegios de Senegal y España. Asegura que el objetivo es eliminar prejuicios porque aún hoy “los niños españoles piensan que los africanos comen del suelo” y “los niños senegaleses creen que España es un lugar donde no hay desempleo ni pobreza”.

Cineastas en Acción se creó en 2010, en plena crisis económica. Asumió un riesgo.

Soy entusiasta por naturaleza, pero cuando comentaba mi idea de montar una ONG, todo el mundo decía que no era buen momento. Lo tuve en cuenta, pero lo hice. Cada uno tiene que perseguir sus propios sueños. Si no te atreves, al final no haces nada.

Han recurrido al crowdfunding para financiar la rehabilitación de una casa de mujeres. ¿La solidaridad ciudadana ha cobrado importancia para las ONG en un momento en el que descienden las subvenciones?

Desde luego que sí. Para mí, la solidaridad ciudadana es la mejor arma contra la crisis. Esta “crisis” es la consecuencia de preocuparse en exceso por uno mismo, pero cuando la gente empieza a mirar a su alrededor, surge la empatía y, a continuación, la solidaridad, que es sinónimo de esperanza. Respecto al crowdfunding, es un instrumento de recaudación para colaborar según nuestras posibilidades y que da la oportunidad de formar parte de un proyecto más grande, compartido con otras personas con los mismos ideales.

Los suyos se relacionan con la producción cinematográfica, ¿cómo la vincula con la solidaridad?

“Los medios audiovisuales se han convertido en algo cotidiano y debemos aprovecharlo para dar a conocer situaciones que no tienen difusión”

La producción, tanto en cine, como en televisión, se encarga de conseguir todo lo necesario para que se lleve a cabo un proyecto, ya sea una película, una serie o un programa de entretenimiento. Con la ONG realizo prácticamente la misma labor: consigo recursos para cubrir una serie de necesidades y supervisar la realización de proyectos que mejoran la vida de familias enteras. Los medios audiovisuales se han convertido en algo cotidiano y debemos aprovechar esta circunstancia para dar a conocer situaciones que no tienen difusión. He visto documentales que me han cambiado la perspectiva sobre un problema concreto. En esa línea se mueven varios de nuestros proyectos, como la realización y exhibición de documentales de temática social.

Cuentan con voluntarios vinculados al cine, ¿qué perfil buscan?

Tenemos voluntarios que provienen de distintos ámbitos: la comunicación, el diseño gráfico, la edición, el periodismo, la traducción y hasta animadores y profesores. Abarcamos varias actividades muy distintas y cada persona voluntaria tiene mucho que aportar. Lo importante es la motivación y las ganas de ayudar.

Algunos profesionales que colaboran son conocidos por el público, como la actriz Ariadna Gil y la directora Iciar Bollaín. ¿De qué manera ayuda a las ONG el apoyo de rostros famosos?

“Disponer de caras conocidas que apoyan tu proyecto da más visibilidad y confianza al mismo, haciendo que la gente se interese más”

Disponer de caras conocidas que apoyan tu proyecto da más visibilidad y confianza al mismo, haciendo que la gente se interese más. En nuestro caso, es natural que contemos con actores y directores, pero esto no quita mérito a su participación, al contrario. Son personas con agendas muy complicadas, que disponen de poco tiempo y, por esta razón, valoramos tanto su colaboración. Su presencia y su interés en nuestros proyectos han permitido que Cineastas en Acción haya conseguido una mayor popularidad y, en consecuencia, hayamos podido ampliar nuestro radio de acción y nuestros talleres.

Desde al año 2012 llevan a cabo un proyecto de intercambio de videocartas entre alumnos de colegios de Senegal y España. ¿Cuál es su objetivo?

El objetivo del intercambio de videocartas es dar a conocer a los alumnos de ambos países una realidad que en muchas ocasiones está manipulada por los medios de comunicación, que tienden a describir África como un continente donde solo hay conflictos, hambrunas y enfermedades. Nosotros intentamos ampliar esa visión y dar a conocer, a través de los niños, los aspectos positivos: la cultura, los valores, las iniciativas…

En 2013, seguiremos manteniendo esta iniciativa y pretendemos incrementarla con la producción de una road movie que empezaremos a rodar entre diciembre y enero. Será un documental en el que grabaremos videocartas de niños a lo largo de Marruecos, Sáhara, Mauritania y Senegal. Será un testimonio plural sobre la infancia, sus juegos, sus costumbres, sus preocupaciones, sus sueños… Una prueba más de lo que estos países nos pueden ofrecer.

Lo he leído en el dossier de presentación del anterior proyecto: “¿Qué saben unos niños españoles de África y qué imagen tienen los niños africanos de España?”. ¿Me lo cuenta?

El objetivo del programa de videocartas es eliminar los prejuicios que puedan tener los pequeños de ambas partes. Los niños españoles piensan que los africanos comen del suelo, se alimentan de raíces y no suelen tener zapatos, mientras que los pequeños senegaleses creen que España es un lugar donde no hay desempleo ni pobreza, donde todos los niños utilizan la tecnología y viven en grandes casas.

Yo también tenía muchos prejuicios al principio y me ha sorprendido comprobar que los niños senegaleses con quienes trabajamos poseen unos valores mucho más fuertes que la mayoría de los menores españoles, no necesitan juguetes para divertirse y tienen un respeto hacia las personas mayores que en nuestra sociedad estamos perdiendo.

¿Son los niños más solidarios que los mayores?

Es más fácil educar a los niños en la solidaridad, que enseñar a los mayores a ser solidarios. En la mayoría de los casos, los pequeños suelen ser un reflejo del entorno en el que viven. Los niños senegaleses viven la solidaridad de forma natural, porque allí la comunidad es más importante que el individuo. Los juegos se comparten entre niños y niñas, se ayudan entre ellos y los mayores se responsabilizan de los pequeños. En España, cada vez se juega menos en la calle, los menores tienden a divertirse en solitario con la televisión y los videojuegos y este aislamiento repercute en sus relaciones personales. Si no hay comunicación, no puede haber solidaridad.

Imagino que esto es lo que trabajan con los adultos. El año pasado pusieron en marcha el programa vacaciones solidarias en Senegal, ¿qué aporta esta experiencia a los viajeros?

La experiencia es siempre positiva y, a la vez, bastante personal. Todas las experiencias son de tipo emocional, es difícil describirlas con palabras, hay que vivirlas. En general, nos hemos acostumbrado a viajar sin mezclarnos, observando desde nuestra propia perspectiva y sin profundizar en las costumbres, ni relacionarnos con la gente del lugar. La peculiaridad de estos viajes es el contacto directo con una sociedad que, en realidad, se parece mucho a la que teníamos en España hace 40 o 50 años. El progreso ofrece muchas cosas buenas, pero también nos hace renunciar a cosas básicas, como disfrutar de un paseo por la naturaleza sin tener en cuenta el tiempo. Ellos no conocen la prisa. Como me dijeron una vez en Senegal: en Europa tenemos relojes, pero ellos tienen el tiempo.

Siempre pensamos en que podemos ayudar, ¿pero cómo nos ayuda el contacto con personas de otros países?

“Descubrir que hay muchas formas de hacer una misma cosa es realmente liberador”

La principal ayuda parte de nosotros mismos, de nuestra actitud. Si estás dispuesto a abrir tu mente a diferentes formas de hacer las cosas, de pensar o de actuar, te puede cambiar la vida. Descubrir que hay muchas formas de hacer una misma cosa es realmente liberador, te llena la cabeza de posibilidades y te permite vivir de una forma mucho más creativa. También te ayuda a quitarte prejuicios, que suelen ser como esos saquitos que llevan los globos aerostáticos: a medida que los vas soltando, te sientes más ligero, puedes volar y observar el paisaje desde el aire. Por supuesto, la perspectiva desde arriba siempre es más amplia y completa.

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