Cuando las ONG que ponen en marcha proyectos en países en vías de desarrollo obtienen los resultados esperados, pasan el testigo a organizaciones locales. A menudo, los proyectos iniciales duran varios años, incluso décadas, hasta garantizar su continuación en condiciones adecuadas. Es frecuente que en este tiempo se trabaje con contrapartes locales para que sean éstas quienes guíen el funcionamiento correcto, adaptado a las necesidades de la población beneficiaria, y se hagan cargo una vez que la ONG española da por concluida la iniciativa.
Imagen: Brian Sokol/ActionAid
Los proyectos se suceden en las ONG. Las organizaciones ponen en marcha iniciativas en países en vías de desarrollo, que pueden tardar años en cerrar. Sin embargo, cuando lo hacen, se aseguran de dejar el testigo en buenas manos. Hace algunas semanas, Ayuda en Acción cerró una década de trabajo en Dharan, Inarwua e Itahari. Durante este tiempo, ha apoyado la educación de casi 5.000 menores y ha conseguido, precisa, «que 7.500 ‘sin tierra’ se unan para exigir sus derechos, que 3.544 niños y niñas recibieran vacunas y que 3.740 mujeres se organizaran en 55 grupos de ahorro y crédito». La ONG ha cerrado este proyecto, ¿pero qué ocurrirá a partir de ahora?
La salida de la ONG es progresiva y exige a los beneficiarios un nivel de autosuficiencia y capacitación para seguir ellos mismos con el proyecto
Lo habitual es que se elabore un plan de salida durante el cual la ONG evalúa los resultados obtenidos. María Recasens, del área de cooperación de Ayuda en Acción, explica que esta salida es progresiva y, en su caso, se realiza durante los tres últimos años de vigencia. «En ese momento, ya se ha identificado el área nueva, se realizan las acciones de confianza y se gestionan las transferencias del área de desarrollo», precisa.
Para que se decida cerrar un proyecto, el área donde se ha trabajado (área de desarrollo) debe haber alcanzado el nivel de autosuficiencia y capacitación necesario para poder seguir adelante con los logros. En el caso de trabajar con equipos locales, como Organizaciones de Base Comunitaria, grupos de crédito y ahorro o de mujeres, entre otros, Ayuda en Acción sigue un plan que «asegura su formación y preparación para ocuparse de todo ellos mismos, aunque es frecuente que cuenten con apoyo y asesoramiento de otras organizaciones o redes de la zona», añade Recasens. Además, las ONG mantienen contacto con las asociaciones locales «hasta concluir algunas iniciativas o brindar apoyo», señala María Recasens.
Cuando se trabaja con socios o contrapartes locales, «normalmente ONG de ámbito local que ya estaban presentes en la zona y tenían proyectos de menor alcance puestos en marcha», éstas continúan la labor iniciada. Ellas se quedan al frente de las iniciativas desarrolladas antes de manera conjunta, por lo que reciben formación y todos los conocimientos necesarios antes de la despedida.
Varios años de trabajo
Los proyectos en otros países duran varios años. Cesal y Cáritas Diocesana de Matagalpa también cerraron el 10 de noviembre una iniciativa que ha durado cuatro años y se ha llevado a cabo en tres municipios del norte de Nicaragua. Ambas han desarrollado un convenio de salud materno infantil, financiado con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que ha permitido la implementación del programa gubernamental PROCOSAN, la remodelación de dispensarios médicos y farmacias comunitarias y la dotación de huertos y granjas familiares para combatir la desnutrición, según explica la entidad.
La duración depende de la magnitud del proyecto, puesto que se deciden en zonas con carencias destacadas e incluyen la formación de personal para mantener los beneficios del mismo una vez que la ONG pionera lo cierra. Algunas veces, ni siquiera es posible cerrarlos, ya que hacerlo supondría su fin ante la carencia de personal cualificado o la falta de resultados en el futuro, al actuar como herramienta de presión.
Médicos Sin Fronteras implantó en 1999 la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales, todavía vigente. Sus objetivos son: hacer asequibles los medicamentos esenciales a todos los pacientes y todos los países, favorecer la aplicación de acuerdos comerciales a favor del acceso a medicamentos y estimular la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, vacunas y diagnósticos para enfermedades olvidadas.
La promoción de los proyectos y de sus beneficios en la población es una herramienta óptima para asegurar su trayectoria. Sin embargo, otro aspecto básico es la sensibilización. La población debe conocer el proyecto, saber si puede ayudar de alguna manera y colaborar en el mantenimiento de los resultados positivos.
Médicos Sin Fronteras lleva a cabo una tarea de educación a las comunidades afectadas por el cólera, mediante la transmisión de sus causas y tratamiento. El objetivo, indica, es “disipar miedos y ayudar a la gente a entender por qué un nuevo centro de tratamiento de cólera es crucial para tratar a pacientes y detener la propagación de la enfermedad”. Haití es uno de los países claves en la actualidad, ya que la epidemia se ha estabilizado en la región de Artibonite, pero ahora se expande en el norte y en el sur.
También Ingeniera Sin Fronteras respalda diferentes campañas de sensibilización social para “favorecer el mejor conocimiento por parte de la sociedad civil de los factores implicados en el desarrollo humano, así como influir en la toma de decisiones de los diferentes agentes sociales”. Los resultados de estas campañas se extienden a numerosos grupos, puesto que su acción es posible tanto en España como en el país beneficiario. Algunas campañas, incluso, se desarrollan de forma conjunta con otras asociaciones para que el efecto sea aún mayor.
