El pasado martes se cumplió un año del embargo financiero a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) decretado por la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Canadá y Japón tras la victoria de Hamas en las elecciones legislativas. A ello se añade que Israel mantiene retenidos 475 millones de dólares de impuestos y aranceles recaudados en nombre de la ANP. Estas medidas están causando un enorme daño a la población palestina, que queda patente en las variables sociales, económicas y sanitarias.
Intermón Oxfam y Médicos del Mundo denuncian que el 46% de los palestinos no cubre sus necesidades alimentarias, el número de personas en situación de pobreza extrema se ha doblado y cada trabajador gubernamental debe una media de 2.000 dólares a causa del impago de los salarios. Ante esta situación, las citadas ONG piden al Gobierno español que presione en el seno de la UE para levantar el embargo y reanudar las ayudas directas a la ANP.
La tasa de paro registrada en algunas zonas como la Franja de Gaza se eleva al 40%. Una encuesta realizada por Oxfam Internacional en 677 hogares de la Franja y Cisjordania el pasado mes de marzo arrojó que el 84% de los entrevistados declaraba que sus ingresos se habían reducido durante el último año. Sólo en Gaza, el 52% de las familias encuestadas había visto como sus ingresos quedaban reducidos a la mitad.
La suspensión de las ayudas internacionales y la retención de esos 475 millones de dólares por parte de Israel han desencadenado además un rápido deterioro del sistema de salud público palestino, según las ONG. «En Gaza, 400 médicos han perdido su trabajo por la falta de fondos para sufragar sus salarios», explica Irene Milleiro, del departamento de Campañas y Estudios de Intermón. La escasez de medicamentos esenciales ha sido otra de las consecuencias del embargo. «En marzo, un 24% de los fármacos esenciales, 113 medicamentos, se encontraban por debajo de los niveles de emergencia; de ellos, un 71% estaban a cero en los almacenes centrales del Ministerio de Salud palestino», señala Tina Miñana, coordinadora de Médicos del Mundo en Jerusalén.
El fracaso del TIM
En mayo de 2006, a la vista de las consecuencias sociales que estaba originando el embargo, la UE decidió crear un Mecanismo Internacional Temporal (TIM) para tratar de hacer llegar la ayuda evitando el contacto con el Gobierno de Hamas. Sin embargo, las organizaciones humanitarias dicen que este sistema no ha conseguido evitar el deterioro en las condiciones de vida de la población palestina.
Así, a pesar de que uno de sus objetivos específicos era apoyar al sector sanitario y educativo, durante el año 2006, el TIM no proveyó ningún medicamento y, diez meses después de su creación, la contribución ha sido mínima. «El resultado de todo ello es que fármacos vitales como la insulina se han agotado en más de una ocasión y otros medicamentos llevan más de cinco meses sin existencias», comenta Tina Miñana.
«El gran fracaso de este mecanismo es que, aunque ha facilitado asistencia a la población palestina más vulnerable, no ha conseguido frenar el deterioro de la situación humanitaria en su conjunto, ni el incremento del nivel de pobreza de las familias», apunta Milleiro.
A juicio de ambas organizaciones, la ayuda internacional debe proveerse de forma imparcial basándose en las necesidades y no como una herramienta para cambiar las políticas de un gobierno. Por ello, piden al Gobierno español que se una a otros como el de Francia e inste a la UE, de cara a la próxima reunión del Cuarteto de Madrid (UE, Rusia, Estados Unidos y la ONU), a levantar el embargo financiero a la ANP, y presione a Israel para que libere esos casi 500 millones de dólares de tasas y aranceles.
