Nehme: una vida como refugiada de Palestina en Líbano

Más de 493.000 personas refugiadas de Palestina viven en Líbano. El 80 % de ellas se encuentran bajo el umbral nacional de la pobreza y su situación es desesperante y agotadora
Por UNRWA Comité Español 20 de junio de 2025
Nehme refugiada palestina
Imagen: UNRWA
Cada día, millones de personas se enfrentan a las duras circunstancias de ser refugiadas y afrontan una vida atravesada y condicionada en cualquier aspecto por ese estatus. En el Día Mundial de la Personas Refugiadas, recordamos que hay alrededor de 43 millones de refugiados y refugiadas en todo el mundo en una difícil situación y que merecen apoyo y solidaridad para mantener viva su esperanza.

📌 Ya estamos en WhatsApp Telegram. ¡Entra y síguenos!

En la actualidad, una de cada seis personas refugiadas en el mundo es de Palestina. En total, casi seis millones de personas palestinas son refugiadas en su propio territorio, en la Franja de Gaza y Cisjordania, o en otros países de Oriente Próximo, en Jordania, Siria y Líbano. Viven, o sobreviven, con ese estatus desde 1948, desde la guerra árabe-israelí. Por ello, la población refugiada de Palestina es la población refugiada más antigua del mundo. 

Las personas palestinas más mayores, aquellas que fueron expulsadas de sus hogares, han visto pasar 77 años sin una solución a su situación y viendo a sus descendientes heredar un estatus que también marcará sus vidas. Además, conviven con el recuerdo y el trauma del éxodo. 

El éxodo y la pérdida de derechos

“Dejé Palestina en 1948, cuando tenía siete años […]. Salimos como estábamos, pensando que nos estaban ayudando [el ejército israelí]. Así que salimos sin coger nada de nuestras casas, ni siquiera un trapo. Recuerdo todo cada vez que pongo la cabeza en la almohada”, cuenta con dolor Nehme, una refugiada palestina de 82 años que vive en el campamento de Wavel, al norte de Líbano. 

Desde el momento en el que tuvo que huir de su pueblo, en Galilea, su vida nunca fue la misma. Durante décadas, ha tenido que ver cómo muchos de sus derechos han sido restringidos, solo por el hecho de ser refugiada. En Líbano, las personas palestinas con ese estatus no tienen derecho a la ciudadanía libanesa. Sin este derecho, no pueden acceder a tener propiedades, ni siquiera en las que viven, o tener un contrato de trabajo. Esta situación afecta a más de medio millón de personas refugiadas de Palestina en el país. 

La difícil situación económica

Pero huir de su hogar no fue el fin del terror de la violencia para Nehme y para muchos otros. La violencia y los conflictos la han seguido. El último, hace unos meses, en septiembre de 2024, cuando los ataques israelíes en Líbano provocaron el desplazamiento de cientos de miles de personas, incluidas 30.000 refugiadas palestinas, que se vieron obligadas a instalarse en refugios de UNRWA, en casas de familiares o huyeron a Siria para buscar seguridad. 

Nehme refugiada palestina
Imagen: UNRWA

Además, el país afronta una grave crisis económica y las personas refugiadas de Palestina son uno de los grupos más vulnerables ante sus consecuencias. “Siempre hemos tenido problemas en este país. Hoy tenemos aún más dificultades debido a la crisis. Los precios han subido tanto que una no puede permitirse comprar alimentos o verduras”, cuenta Nehme. 

“La vida es miserable aquí, especialmente en nuestro campamento. No hay oportunidades de trabajo ni para las mujeres ni para los hombres”, se lamenta. Encontrar un trabajo con el que hacer frente a la vida diaria y mantener a las familias es uno de los desafíos más grandes a los que tiene que enfrentarse la población refugiada palestina en el país libanés. Sufren constantemente prejuicios y rechazos, que agravan su salud mental y su situación económica. 

La ayuda humanitaria internacional

Más de 493.000 personas refugiadas de Palestina viven en Líbano. El 80 % de ellas viven bajo el umbral nacional de la pobreza y su situación es desesperante y agotadora. Gran parte de ellas dependen de la asistencia de UNRWA para seguir adelante. 

“UNRWA nos ayudó a rehabilitar la casa, ellos pagaron parte del importe y nosotros el resto”, explica Nehme. Los equipos de la Agencia trabajan para asistir a la población refugiada de Palestina en el país. Les brindan servicios esenciales, como sanidad, apoyo psicológico, educación o asistencia en efectivo, así como alimentos y otros artículos esenciales, especialmente en contexto de violencia o desplazamiento, como el del pasado mes de septiembre. 

La vida de Nehme ha estado atravesada por la huida de su hogar y por ser refugiada. “Todos los días pienso en Palestina”, asegura. Después de tantas décadas de sufrimiento y de esperar un regreso que no llega, su esperanza empieza a disiparse: “No tengo esperanzas de volver a Palestina, porque no me queda mucho tiempo de vida. Siempre que duermo, me pregunto si me despertaré al día siguiente o no”. 

No podemos permitir que su esperanza se agote. Nadie elige ser refugiada y menos durante toda su vida. Después de 77 años, las personas refugiadas de Palestina deben tener una solución justa y definitiva a su situación. 

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube