Entrevista

María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España

La crisis de los refugiados es un problema global que necesita soluciones globales
Por Esther Camuñas 25 de septiembre de 2015
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Imagen: ACNUR

La crisis humanitaria que estamos viviendo va más allá de lo que las noticias muestran sobre Siria. En total, 60 millones de personas en todo el mundo están en situación de desplazamiento forzado en el mundo. Con firmeza y determinación, María Jesús Vega, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en España, solicita que se mire hacia delante y se tomen decisiones de calado y compromisos, así como una reacción uniforme desde Europa a corto, medio y largo plazo. Su experiencia y su conocimiento sobre la realidad de los refugiados invitan a seguir preguntándola, pero, sobre todo, lo hacen la compasión y la sensibilidad con las que habla de las personas que se han visto forzadas a abandonar su país, su casa, su trabajo, su familia y amigos. Como bien dice, estamos ante un momento histórico en el que la ciudadanía está más interesada en saber qué es un refugiado y, desde luego, organizaciones como ACNUR contribuyen a diario a esta sensibilización.

¿Qué nos ha traído hasta esta crisis de refugiados que estamos viviendo en los últimos meses en el Mediterráneo?

“En lo que va de año cerca de 3.000 personas han perdido la vida en los viajes de la muerte”

Esto es el fruto de la falta de voluntad política y la incapacidad de la comunidad internacional para poder trabajar de manera conjunta en la prevención de conflictos para poner fin a las guerras, para construir y preservar la paz en el mundo. En este momento, la red internacional está fallando y Europa no está a la altura de las circunstancias. No está dando una respuesta efectiva y se está prolongando el sufrimiento de miles de personas que llegan a las costas del Mediterráneo y fronteras europeas sin recibir la asistencia mínima, ni un techo donde dormir. Esto ha provocado que haya en este momento 60 millones de personas en situación de desplazamiento forzado en el mundo. Solo ahora el tema, dentro de Europa, pasa a ocupar un lugar prioritario en la agenda de los estados más poderosos de todo el planeta. Simplemente ha sido después de muchas muertes y la presión de muchas organizaciones que trabajamos en asilo; de mucho titular en medios de comunicación; de líderes de opinión volcados en ofrecer soluciones para abordar la crisis; y, por supuesto, de una foto que pasará a la historia, la de Aylan Kurdi, el niño de tres años ahogado en una playa de Turquía.

Toda persona tiene derecho a solicitar asilo en cualquier país, en caso de persecución y si siente que su vida corre peligro. ¿Cómo estamos vulnerando la legislación y también los Derechos Humanos desde los distintos países europeos? Me refiero a las “devoluciones en caliente”, expulsiones colectivas, sanciones penales de hasta cinco años a las personas que entren en Hungría, etc.

“Se reacciona ante unas imágenes y luego se enfría y, al cabo de las semanas, nos volvemos a olvidar”

Lo que está pasando es que hasta que no ha llegado el problema a nuestras fronteras y no se ha visto de frente la crisis, sobre la que viene ACNUR alertando desde hace muchísimos años, no se ha reaccionado. Y se está reaccionando tarde y mal. Estamos viendo a países como Hungría, perteneciente a la Unión Europea (UE), que está vulnerando el derecho de asilo y limitando el acceso a personas que necesitan protección internacional (personas que son solicitantes de asilo y refugiados) e impidiendo su entrada con gases lacrimógenos y cañones de agua. Esto es una vulneración de la legislación internacional de refugiados y de la propia normativa de la UE. No puede ser que esto esté ocurriendo en un continente que se ha fundando sobre los pilares de los derechos humanos y que hace gala de esos principios. Es muy triste para todas las entidades que trabajamos por estas personas ver que, aunque esto es una pequeña gota de lo que hay alrededor, la respuesta es tibia y perdida. Se reacciona ante unas imágenes y luego se enfría y, al cabo de las semanas, nos volvemos a olvidar. Esto no puede estar pasando en el siglo XXI en Europa. Y ya es hora de que Europa sea capaz de actuar de manera conjunta, demostrando que tiene una política común y unos derechos de asilo, y que se pongan los mecanismos para atender a estas personas que están llegando a la mayor urgencia posible.

¿Qué medidas considera ACNUR que se necesitan aplicar desde la Unión Europea para acoger a los refugiados?

Estamos pidiendo desde hace dos años unas medidas y recomendaciones para trabajar en relación con la llegada y el perfil de personas, que son mayoritariamente refugiados y necesitan otra respuesta y abordaje diferente a la llegada de inmigrantes económicos. Estamos solicitando unas medidas de búsqueda y rescate adecuadas, que no se pierdan más vidas, pues el año pasado fallecieron 3.500 personas y vamos cerca de las 3.000 en lo que va de año con las últimas tragedias en las islas del Egeo. Pedimos que se pongan en marcha ya mecanismos de acogida y de registro a gran escala en Grecia, Hungría e Italia, que son los países desde los que se procesarán las salidas de las personas que necesitan protección internacional y serán reubicadas en la UE. No podemos seguir viendo escenas como los campamentos de cualquier emergencia en África en pleno corazón de Europa. Pedimos un mecanismo permanente de ubicación en Europa. Esta crisis viene para quedarse. 

¿Qué proponen entonces?

Pedimos alternativas legales a estos viajes de la muerte y que la gente no tenga que ponerse en manos de mafias y traficantes para poder alcanzar países seguros cuando vienen huyendo de la guerra, encarcelamientos, torturas. Tienen que poder entrar sin arriesgar su vida y dejarse los ahorros de toda su vida y lo que no tienen. Es necesario un proceso de reunificación familiar más sensible. Solicitamos una ampliación de los programas de asentamiento de los refugiados, que haya visados humanitarios y se considere a los refugiados dentro de los permisos de trabajo que se dan a los inmigrantes. Que haya posibilidad de que gente de manera privada pueda hacer de sponsor y acoger a estas personas y que entren por otras vías. Es esencial una armonización del sistema de asilo en Europa, porque tiene una legislación común que es de obligatorio cumplimiento, pero en la realidad no se muestra y las políticas de asilo son muy dispares: dependiendo de si entras en Italia, Grecia o en Suecia tu futuro va a ser diferente (desde la concesión de asilo a los años que has de esperar para la reunificación familiar). Pedimos que se trabaje en la prevención y resolución de conflictos, porque, mientras que no se invierta en eso, la gente va a seguir saliendo. Que se preste más atención a la cooperación internacional, pues se ha recortado mucho presupuesto a la ayuda humanitaria, y a luchar contra las mafias, como principales beneficiarias de la falta de respuesta europea. Y esto no va a desaparecer mientras que no haya alternativas legales. De los 4 millones de sirios que han salido del país, casi el 96% está en los países de la región, como Turquía, Líbano, Jordania e Irak, que para pedir protección a Irak has de estar muy mal con tanta violencia. Esto es un problema global que necesita soluciones globales.

El artículo 13.4 de la Constitución española recoge que “los ciudadanos de otros países y los apátridas podrán gozar del derecho de asilo en España (aunque no se disponga de visado)”. ¿De qué depende que nuestro país pueda dar asilo a una persona refugiada?

“España tiene una legislación de asilo garantista, una buena legislación de asilo; pero una cosa es la teoría y otra la práctica”

España tiene una legislación de asilo garantista, una buena legislación de asilo. Es cierto que no tiene un desarrollo reglamentario de aplicación de la Ley de Asilo, pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Para poder hacer una buena determinación del estatuto de refugiado y decidir si la persona que está delante es un refugiado o no, el procedimiento ha de ser de calidad: entrevistas en profundidad, intérpretes, poder hacer una derivación adecuada a personas especialmente vulnerables (menores, víctimas de trata, etc.). También se necesita que los plazos de resolución de asilo se respeten. Ahora para pedir asilo en Madrid tienes una espera de cuatro meses y no hay protección de los servicios sociales especializados en asilo. Conviene redimensionar la acogida y mecanismos de integración y recepción. Hay 1.000 plazas de acogida y este año entre enero y junio ha habido más de 6.000 peticiones de asilo.

¿Qué haría falta?

Hacen falta más fondos, porque llevamos tres años de un incremento constante de peticiones de asilo (2.500 en 2012, 4.500 en 2013, 6.000 en 2014) y hemos funcionado con los mismos presupuestos. Aplaudimos la ola de solidaridad que se ha levantado y que hay que canalizar haciendo un pacto global. Estamos viviendo un momento histórico en cuanto al interés y sensibilización sobre lo que es un refugiado por parte de España. Vuelve a darnos una lección la sociedad civil con la solidaridad y estamos con los que lo necesitan, hasta en momentos de crisis económica.

¿Cómo podemos garantizar en España una vida digna a todos los refugiados que llegan?

El objetivo es que puedan vivir en condiciones de dignidad y todos ellos quieren conseguir una independencia y ser autosuficientes lo antes posible. Ninguno tiene interés en recibir las ayudas de otros para poder sobrevivir. Son personas que tenían sus vidas, sus casas, sus trabajos, sus amigos, sus planes… y todo esto se ha truncado. Han salido de su país porque ya no les quedaba ninguna otra opción y quieren volver cuando las circunstancias lo permitan. Para garantizar esta independencia, el liderazgo ha de llevarlo el Gobierno, que es el principal responsable de la atención a refugiados, que ha de coordinar y canalizar. Se ha creado una comisión interministerial encabezada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, junto con otras comisiones territoriales de las que están saliendo propuestas. Las administraciones han de ver la viabilidad y sostenibilidad en el tiempo de las medidas que se adopten. Hasta ahora, la respuesta de España ha sido positiva y el Gobierno ha aceptado la cuota de 15.000 refugiados, ante la propuesta del Comisario Junker del 9 de septiembre sobre la reubicación de las 120.000 personas en la UE. Están implicados todos los ministerios: el Ministerio de Empleo y Servicios Sociales, que lleva la acogida e integración de refugiados; el Ministerio de Interior, que lleva asilo; el Ministerio de Asuntos Exteriores, que participa en la Comisión Interministerial de Asilo y Refugio; y el Ministerio de Educación, ayudando a recuperar la titulación que los refugiados tenían en su país y poder hacer las convalidaciones que necesitan o dar becas para estudiantes refugiados.

Financiación de ACNUR

ACNUR se financia en un 98% de contribuciones voluntarias. Pero si el dinero no llega, como afirma María Jesús Vega, “toca recortar de ayuda humanitaria, programas de educación, tiendas de campaña, atención psicológica y otros programas”.

La financiación de los programas de ACNUR para la crisis de Siria no llega al 37% de lo que se necesita. Se precisa el apoyo de la comunidad internacional para que al menos no salgan de la región en la que están. “Son de países que están en un mismo entorno, son de la misma cultura, hablan el mismo idioma; para ellos es un descoloque salir de allí, pero no tienen otra alternativa. Por ejemplo, el 86% de los refugiados está en Jordania y el 86% de los refugiados vive bajo el umbral de la pobreza. Si la comunidad internacional estuviera apoyando a estos países, no se marcharían”, reconoce la portavoz de ACNUR en España.

El número de refugiados ha crecido en los últimos cinco años, pero no se han incrementado las aportaciones a ACNUR de la misma manera. “Nos estamos viendo obligados a tomar decisiones difíciles, como ver a qué familia ayudamos o cuál es la más vulnerable de las vulnerables, y es muy frustrante”, confiesa Vega.

  • Para colaborar con los refugiados sirios, es posible hacerlo a través de los canales habilitados para apoyar en esta emergencia:

    Teléfono de emergencias: 902 218 218

    Nº de cuenta: Triodos Bank ES40 1491 0001 2120 6878 8419

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