Mayores en el medio rural

Mejorar la calidad de vida de este grupo es una prioridad, por ello se premia a los servicios innovadores que logran este objetivo
Por Azucena García 9 de septiembre de 2009

El medio rural representa el 90% del territorio nacional. Sin embargo, más de 6.000 municipios cuentan con menos de 2.000 habitantes y la tasa de envejecimiento supera el 30%. La vida en el pueblo no atrae. Por este motivo, se premia a las buenas prácticas que lo consiguen y a las iniciativas que mejoran la calidad de vida de quienes se quedan: las personas mayores.

Img abuelo paseoImagen: Néstor

Atrae a más de 14 millones de personas, pero no son suficientes. El medio rural es víctima de la despoblación. Se marchan sus habitantes y, con ellos, se escapan médicos, abogados, profesores y un sinfín de profesionales necesarios para gestionar el día a día de cualquier localidad.

Apenas se quedan los ciudadanos a los que se les ha hecho tarde para empezar de nuevo. Las personas mayores son los vecinos más fieles del medio rural. Para ellos se buscan iniciativas y servicios que mejoren su calidad de vida. Las propuestas más innovadoras tienen premio.

El Ministerio de Sanidad y Política Social impulsa el portal ENclaverural. Su filosofía es convertirse en «un espacio público, gratuito, abierto y solidario», destinado a hacer visibles a las personas mayores y/o con discapacidad, así como a los servicios de proximidad que les atienden. La idea: conseguir que estos servicios se imiten en otros enclaves rurales.

Buenas prácticas

El medio rural es una cantera de oportunidades. Favorece la creación de servicios de atención social, que son «fuente de desarrollo sostenible» y creación de empleo, «con especial incidencia en la mujer». La intención de ENclaverural es reunir estas iniciativas que se desarrollan en entornos rurales del país y que han sido calificadas como «buenas prácticas» porque fomentan el envejecimiento activo y la atención a las personas en situación de dependencia.

Las buenas prácticas fomentan el envejecimiento activo y la atención a las personas en situación de dependencia

Se destacan también los nuevos servicios de proximidad para la estimulación, atención y cuidado de las personas mayores dependientes o con discapacidad, nuevos modelos de centros de atención adaptados a las características y necesidades de los territorios rurales y proyectos de dinamización y fomento de la participación social.

Las buenas prácticas se distinguen por su carácter innovador y eficacia para mejorar la calidad de vida. Se definen como tales a partir de ocho criterios que, además de fijarse en los dos rasgos anteriores, valoran la participación activa de las personas, la posibilidad de ponerse en práctica en otro entorno rural, la planificación del proceso, la eficiencia en la organización de los recursos, el impacto positivo y la durabilidad de su aplicación.

Las iniciativas que cumplen estos requisitos son comunicadas a ENclaverural mediante un correo electrónico, que se envía junto a una ficha técnica del proyecto y una auto-entrevista.

Recuperar la artesanía

El último proyecto en incorporarse al catálogo de buenas prácticas ha sido “Artesaneando”, de Cáritas Jerez. En funcionamiento desde 2001, forma parte del Programa de Animación Comunitaria Rural que desarrolla la entidad en la zona, una comarca rural con alrededor de 23.000 habitantes (un 25%, mayores de 55 años). La idea primigenia pasaba por constituir “grupos asociativos de la tercera edad para mejorar su situación de aislamiento”. ¿Cómo lograrlo? El potencial artesanal de la zona dio una pista.

Se apostó por recuperar la artesanía comarcal y surgió “Artesaneando”, que fomenta la participación, la mejora de la calidad de vida de los destinatarios y la integración de las personas mayores. “Se convierten en transmisores de su experiencia y sabiduría popular a los más jóvenes, además de contribuir a la recuperación de conocimientos y habilidades tradicionales”, subraya la entidad. Los antiguos oficios artesanales y tradicionales de la comarca y alrededores, en especial los trabajos con fibras vegetales, habían comenzado a perderse, pero gracias a esta experiencia se han recuperado.

Lourdes Barrera, técnica de Cáritas Jerez, destaca, entre las principales dificultades para sacar adelante el proyecto, la amplitud de la comarca -que ha impedido hasta el momento llegar a todas las barriadas y pedanías-, los escasos recursos económicos con que cuenta la entidad y la desconfianza o escasa motivación de algunas personas mayores hacia estos servicios. Respecto a los logros, subraya que se han cumplido los objetivos del proyecto, se ha conseguido una coordinación óptima con otras entidades y administraciones, y resalta cómo, gracias a esta iniciativa, “muchos mayores han transmitido su testimonio, sabiduría y experiencia”.”Se ha realizado un gran trabajo”, apunta Barrera. “Pero el reconocimiento más merecido se dirige a las personas mayores, que hacen posible que el proyecto salga adelante”, agrega.

El programa se desarrolla en centros de la tercera edad y centros culturales de la Campiña de Jerez. Éste es uno de los términos municipales más extensos de España, compuesto por numerosos núcleos de población, algunos asentados en vías pecuarias o sin planificación urbanística. En total, se atiende a unos 24.000 habitantes (el 25% supera los 55 años), asentados en más de 30 barriadas rurales. El papel de las personas mayores es trascendental. Su conocimiento de las artesanías tradicionales, sobre todo por parte de las mujeres, ha sido la pieza que ha permitido la implantación de “Artesaneando”.

Otra iniciativa destacada por su apuesta a favor de las personas mayores es el Programa Rompiendo Distancias, que engloba a varios servicios:

  • Biblioteca móvil. Se desarrolla en el municipio asturiano de Taramundi, con 742 habitantes (el 35% tiene más de 65 años). Allí se implantó una biblioteca móvil que, con periodicidad mensual, acude a la localidad para prestar libros, revistas y prensa diaria. El punto habitual de encuentro es el centro del pueblo, pero en lugares donde la población está muy dispersa se hacen varias paradas para facilitar volúmenes a lectores habituales. El 80% de los usuarios son mujeres adultas.
  • Comida a domicilio. En la Mancomunidad de la Comarca de la Sidra, constituida por seis municipios, comenzó a funcionar en 2001 el primer servicio de comidas a domicilio para personas mayores de Asturias. En la comarca residen un total de 28.252 habitantes: 8.374 son mayores de 65 años y 2.505 superan los 80. Se reparten comidas “completas y equilibradas en forma de almuerzos y cenas listos para calentar”. Se envasan en recipientes desechables que se pueden calentar en el microondas.
  • Transporte Adaptado. Se desarrolla en la Mancomunidad de Cangas de Onís, Amieva, Onís y Ponga (Asturias). El 26,6% de los habitantes tiene más de 65 años y la orografía es montañosa, con una población muy dispersa. Se acerca a los beneficiarios a los centros de salud, así como a los lugares donde tengan que realizar gestiones. El vehículo sirve también como biblioteca móvil y transporta a los miembros de las asociaciones de mayores de la zona para que participen en las actividades impulsadas desde estas entidades.
  • Balnearios de Verano. El Balneario Las Mestas, en el Concejo de Ponga (Asturias) organiza sesiones terapéuticas durante los meses de verano. Para potenciar la asistencia, se acerca a las personas mayores al balneario (a 24 kilómetros de Cangas de Onís) mediante un servicio de transporte especial.
Contacto

Para dar a conocer las iniciativas que pueden ser reconocidas como buenas prácticas, hay que enviar un correo electrónico a:

  • bbppenclaverural@solidaridadintergeneracional.es
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