Planes integrales de empleo para personas en riesgo de exclusión

Estos programas ayudan a las personas en riesgo de exclusión a recuperar habilidades o aprender otras que les permitan encontrar un trabajo
Por Azucena García 22 de octubre de 2013
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Imagen: RAIS Fundación

Encontrar un empleo es la principal preocupación de millones de personas. Tener un trabajo significa generar ingresos y poder cubrir las necesidades básicas, además de hacer frente a otros gastos. Pero no todos parten de la misma situación. Las personas excluidas o en riesgo de exclusión se enfrentan a más dificultades. Diversas ONG cuentan con programas para ayudar en la recuperación de habilidades, el desarrollo de competencias sociolaborales y el proceso de búsqueda de empleo. Así se contribuye a la integración y se mejoran las oportunidades de acceso al mercado de trabajo.

Planes integrales de empleo: acompañar a las personas en la búsqueda de un trabajo

Los planes integrales de empleo son itinerarios de ayuda, programas desarrollados por ONG que prestan apoyo a una persona durante todo el proceso de búsqueda activa de trabajo. Actúan en dos frentes. Por un lado, se diseñan para mejorar la formación y las habilidades sociales, recuperar destrezas con las que se contaba y que se han olvidado, así como aprender técnicas de búsqueda de empleo (cómo hacer un currículum o preparar una entrevista de trabajo). Por otro lado, se media con las empresas para obtener ofertas de empleo a las que concurren las personas a quienes se acompaña. Se cuidan todos los detalles para facilitar que quienes tienen una peor situación de partida consigan también llegar a la meta: acceder al mercado laboral.

Los planes integrales de empleo prestan apoyo a una persona durante todo el proceso de búsqueda activa de trabajo e, incluso, median con empresas

Estos programas se dirigen a personas desempleadas, quienes perciben la Renta Mínima de Inserción o han finalizado un proceso de reinserción, personas sin hogar, personas inmigrantes sin permiso de trabajo o cuyo permiso tenga una duración superior a tres meses, mujeres, parados de larga duración o que no han trabajado en el último año y jóvenes que quieren acceder a su primer empleo.

En general, se atiende a personas con pocas habilidades sociales y escasa o nula red de apoyo, por lo que se les ayuda a aumentar sus posibilidades de acceder a un trabajo. «Además, carecen de graves problemas asociados que les impidan acceder o mantener un empleo, como adicciones, causas penales pendientes o enfermedades mentales graves no tratadas», explica RAIS Fundación. En su caso, los planes de empleo se centran en cuatro actuaciones:

  1. Acompañamiento y asesoramiento individual social y laboral para responder a las necesidades de cada caso.

  2. Intervención grupal a través de talleres de informática, entrevistas, habilidades sociales, manipulación de alimentos u otros cursos que resulten de interés para las personas beneficiarias.

  3. Prospección e intermediación con el tejido empresarial del entorno: búsqueda de candidatos, visitas guiadas a compañías y coordinación de acciones formativas para mejorar el grado de cualificación.

  4. Empleo con apoyo para el mantenimiento del puesto de trabajo. Este consiste en el acompañamiento de las personas que han accedido a un contrato de trabajo, «para garantizar una correcta incorporación al puesto y apoyar su proceso de adaptación en la empresa».

Organizaciones que desarrollan planes de empleo frente a la exclusión

Los planes integrales de empleo están pensados para fomentar la igualdad de oportunidades. Pero las personas que los necesitan no siempre saben dónde acudir. En la actualidad, varias entidades les prestan apoyo y velan por su bienestar.

  • Cruz Roja. En una apuesta fuerte por conseguir la inserción laboral de las personas que más lo necesitan, Cruz Roja dispone de un plan integral de empleo, cuyos itinerarios se dirigen a personas inmigrantes, de muy baja empleabilidad, mujeres, parados de larga duración, solicitantes de asilo, personas sin hogar y otras que han abandonado el sistema educativo o tienen baja cualificación. Las personas más vulnerables o con más dificultades para acceder a un trabajo son el objetivo de estos programas.

  • Fundación ONCE. Las personas con discapacidad atesoran una de las tasas de empleabilidad más bajas. De hecho, la tasa de paro ha aumentado un 100% entre ellas en los últimos años. A través del Programa Xtalento, la Fundación ONCE desarrolla itinerarios integrados de inserción, junto con otras acciones. Desde su puesta en marcha en 2007, ha atendido a más de 102.000 personas con discapacidad en situación de desempleo o precariedad laboral y ha logrado más de 25.700 inserciones laborales.

  • Fundación Secretariado Gitano. Mediante la orientación y el acompañamiento a personas gitanas, busca que estas consigan un trabajo. Para ello, se realiza un diagnóstico individualizado, se conoce el perfil de cada una para adecuarlo a las demandas del mercado y se facilita la ayuda necesaria hasta lograr un empleo. Incluso dispone de un servicio de intermediación con empresas para que las personas en contacto con la Fundación accedan a procesos de selección y puestos de trabajo. Esta entidad cuenta con sedes en la mayoría de las comunidades autónomas.

  • RAIS Fundación. Desarrolla planes integrales de empleo en Sevilla, Valencia y Madrid. En esta última comunidad ha atendido a un total de 147 personas: 119 personas que se han acogido al programa de inserción sociolaboral y 28 más, en el programa de empleo con apoyo. De ellas, el 12% tenía una discapacidad reconocida, por lo que en su caso la ayuda adquiere más importancia si cabe. En Valencia, durante 2013, se ha atendido de manera intensa a un grupo de 60 personas.

Resultados: ¿cuántas personas acceden a un empleo?

Los planes integrales de empleo han ganado relevancia en los últimos años, pero no son una novedad. Entre 2006 y 2011, el Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación (POLcD), cofinanciado por el Fondo Social Europeo, contribuyó a que miles de personas en riesgo de exclusión social accedieran a unos 100.000 puestos de trabajo. En su mayoría tuvieron un carácter temporal, pero se registró un incremento en los contratos con una duración superior a un año.

El estudio «El empleo de las personas vulnerables: una inversión social rentable», que evalúa el impacto del programa, señala que por cada euro invertido se recuperan 91 céntimos por medio de retornos fiscales, «lo que a su vez implica una tasa de retorno del gasto nacional de 2,55 euros por euro nacional invertido». Esto es, invertir en las personas vulnerables no solo proporciona una rentabilidad social, sino también económica.

Durante 2012, Rais Fundación ayudó en Madrid a un total de 28 personas (17 hombres y 11 mujeres) a acceder al mercado de trabajo, «lo que supone el 19% de inserciones laborales», explica. En Valencia, ha gestionado desde 2004 cuatro planes integrales de empleo para personas en situación o riesgo de exclusión social y un plan más para personas inmigrantes durante el periodo 2007-2008. «En todos los casos los objetivos fueron cubiertos al 100%, excepto en 2009, cuando los objetivos logrados fueron del 95%», precisa. A través de estos planes, un total de 186 personas se beneficiaron de itinerarios de inserción y 101 personas obtuvieron un trabajo.

Esta entidad recuerda que, en total, ha conseguido que hasta que el 53% de los participantes consiga un empleo, sobre todo en el sector de la hostelería, servicios de limpieza, cuidado de personas mayores o como peones de almacén, pero recuerda que algunos proyectos carecen de objetivos de inserción, sin perder de vista «una clara orientación al éxito y a la consecución de resultados relacionados con la mejora de la empleabilidad y la capacitación de sus participantes».

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