Viajes solidarios: ¿qué tengo que saber antes de partir?

Lo primordial antes de partir en un viaje solidario es ser consciente de la importancia de respetar la cultura y el entorno que se visitará
Por Azucena García 14 de julio de 2015
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Los viajes solidarios enganchan. Basta hacer uno para tener ganas de repetir. Y es que aportan unos valores de los que a menudo carecen las propuestas tradicionales. Sobre todo, permiten acercarse a una cultura desde dentro, conocer a su gente, sus costumbres, sus modos de vida… A esto se une el respeto al entorno que garantizan. Por todo ello, los viajes solidarios se convierten en una experiencia única. En este artículo se recogen aspectos básicos de los viajes solidarios que se deben conocer antes de partir.

Qué es un viaje solidario

Los viajes solidarios son una experiencia única que pueden cambiar la vida. Pero antes de realizarlos, hay que tener en cuenta las características que los definen. Es importante embarcarse siendo consciente de qué es y qué no es un viaje solidario:

  • Ha de realizarse con otra mirada. Son una experiencia que cambia la visión sobre muchas cuestiones, como los modos de vida de otras culturas y lugares. Son un aprendizaje vital.
  • Se enmarca dentro de lo que se denomina turismo responsable, ya que respeta el entorno que se visita -o al menos provoca un impacto mínimo (no hay que olvidar que a menudo se viaja en avión y esto genera ciertos niveles de contaminación)-, así como la cultura y las normas sociales del país al que se viaja.
  • Apoya proyectos locales, impulsados en su mayoría por una Organización No Gubernamental (ONG) o una agencia especializada, que destinan parte de los beneficios al desarrollo de los proyectos que se visitan durante la estancia. En este sentido, SODePAZ recuerda que un viaje solidario no ha de entenderse como caridad, sino como «apoyo mutuo, compromiso y horizontalidad».
  • Mantiene un enfoque de derechos humanos que quienes viajan han de respetar siempre. Se logra así la sensibilización de quienes se embarcan en esta aventura y se busca el apoyo a las causas que se presentan durante los viajes (respeto a poblaciones locales, a costumbres ancestrales, a modos de vida y sistemas económicos que buscan la equidad).

Dónde contratar un viaje solidario

Si se quiere realizar un viaje solidario, hay que consultar con ONG y agencias de viaje especializadas, ya que las convencionales no organizan este tipo de periplos. En el caso de las ONG, es frecuente que trabajen con agencias de viajes, pero siempre son agencias que conocen bien los proyectos de las entidades y cumplen unos criterios de solidaridad y responsabilidad.

Si se quiere realizar un viaje solidario, hay que consultar con ONG y agencias de viaje especializadas

Es el caso de Sonrisas de Bombay, que con motivo de su décimo aniversario ha preparado un viaje solidario a Bombay de la mano de una agencia especializada en «un estilo de viaje acorde a las pautas del turismo sostenible en sus dos facetas, tanto la humana como la medioambiental».

Si se opta por India, también la Fundación Vicente Ferrer organiza viajes a Anantapur (Andhra Pradesh) para conocer el trabajo que desarrollan allí.

Por su parte, Viajes Solidarios Tumaini da la posibilidad de identificar el proyecto que se quiere visitar o apoyar y se encarga de preparar todo, ya sea a título particular, para universidades o empresas.

La Asociación de Turismo Sostenible Ethnic también diseña «propuestas turísticas basadas en los criterios de sostenibilidad y responsabilidad» con el objetivo de «reforzar las economías locales, valorar los recursos naturales y dar a conocer la realidad social del país de destino».

Otros detalles de un viaje solidario

Los viajes solidarios son similares al resto, aunque sí difieren de estos en cuanto a su gestión, finalidad y precio. En este último caso, el coste de un viaje solidario oscila entre 400 y 1.000 euros, a los que se suma el importe del billete. En total, el precio varía en función del destino, los días y las actividades incluidas. Como en los viajes convencionales, esta cantidad sirve para hacer frente al coste del alojamiento, el seguro del viaje y las gestiones administrativas que requiere el desplazamiento. En ocasiones, se pide además una cantidad, alrededor de 100 o 150 euros, que se destina directamente al proyecto que se visita.

Aunque la mayoría de los viajes se organizan en verano, por ser la época del año en la que más personas disfrutan de las vacaciones y de tiempo libre, se puede valorar la opción de viajar en otras fechas con el fin de abaratar costes. En este caso, no suelen ser viajes en grupo, sino individuales, pero que se ajustan a la disponibilidad de las personas que los contratan.

Por último, uno de los principales atractivos de estos viajes son los destinos. Los proyectos que se visitan se localizan en países como Argentina, Brasil, Cuba, Ecuador, Guatemala, India, Kenia, Malí o Nepal. Son lugares de Asia, África y América Latina que se conocen de un modo diferente, cercano, integrador, siempre desde el respeto y con ganas de descubrir todo lo que no se cuenta en un folleto turístico.

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